Marwán: "Este mundo no para de culpabilizar a las víctimas, es acojonante"
Veinte años. Veinte años han pasado ya desde que Marwán (Marwan Abu-Tahoun Recio, Madrid, 1979) diera sus primeros pasos en el mundo de la música con una mezcla de cautela, incredulidad y determinación en cuanto su carrera comenzó a coger velocidad. Aprovechando la efeméride, mira hacia atrás con alegría regrabando una veintena de sus canciones en compañía de amigos como Nach, Jorge Drexler, Rozalén, Pedro Guerra, Miguel Poveda, Andrés Suárez o Mikel Izal, entre otros muchos. Una recapitulación para coger impulso y seguir en el camino "hasta que el cuerpo aguante", tal y como asegura a infoLibre en una conversación en el emblemático Café Libertad 8 de Madrid, cuna y patria de cantautores donde debutó hace, efectivamente, veinte años ya.
¿Qué hacemos aquí, en el Café Libertad 8?
Estamos presentando mi nuevo disco, Canciones para una urgencia, con el que celebro mi veinte aniversario. Es la recuperación y regrabación, casi todos con duetos, de los temas más emblemáticos de estos años y de mis discos anteriores, durante los que he tenido mi crecimiento y mi evolución, que se refleja en las nuevas grabaciones con diferentes sonidos. Y quería celebrarlo de buenos amigos y artistas. Es también homenajear a mis canciones más especiales, porque al final, yo le debo todo a las canciones.
Regrabar canciones es muy peligroso, hay gente que sale muy mal parada.
Lo sé, lo sé (risas). Pero he tenido mucha progresión también en cuanto al canto, de modo que si escuchas por ejemplo grabaciones de mi disco Trapecista (2008), que tiene tres canciones que están en este nuevo disco llamadas Mi paracaídas, Ángel y Meninos da rúa, se nota que mi voz es infinitamente mejor que en aquel entonces. Y, sinceramente, creo que las producciones también, porque le hemos dado un sonido más moderno. Me he alejado en gran parte de la canción de autor, que es algo que también estoy buscando. Últimamente, desde que me rompí el brazo y no puedo tocar la guitarra, tengo un show que es más cañero y más festivo. Y creo que en casi todas las canciones hemos mejorado con las regrabaciones, si bien hay algunas que las hemos tocado poco porque estaban muy bien.
Efectivamente, te estás alejando cada vez más de la canción de autor y se nota claramente en Pensábamos que el amor era solo una fiesta, que es muy bailable.
Es el single y es un brutalmente pop, eso sí, con una letra de autor. La letra siempre va a ser el nexo. Decía mi amigo Fabián el otro día que la canción de autor no es un género sino una forma de cuidar las canciones. De tratar bien las letras, que sean bonitas y tengan una carga poética y una profundidad.
¿Qué sientes volviendo aquí, al Café Libertad 8?
Es una manera de homenajear al principio de todo esto, porque hace veinte años y pico que hice mi primer concierto en el Libertad 8. Me parecía un buen lugar para volver a los orígenes pero dejando también claro que soy un cantautor en absoluta evolución que me he alejado mucho de la puesta en escena de los cantautores clásicos.
De aquí salió una generación entera de músicos que con los años habéis obtenido un gran reconocimiento. Es un lugar importante para todos los que empiezan.
Totalmente. De los que están en el disco, Luis Ramiro, Jorge Drexler, Rozalén, Funambulista, Pedro Guerra y Andrés Suárez. Todos hemos salido de aquí. He traído a este disco a toda mi gente, a todos los artistas que me han emocionado. Nos hemos convertido en amiguísimos y compañeros del alma. A casi todos los que ahora nos está yendo bien en la canción de autor hemos partido de aquí. Pienso también en Conchita o en Mikel Izal, que está en el disco. Realmente este es un sitio mítico de donde han salido muchos quilates de talento.
Claro que te preguntas a veces por qué algunos artistas con más talento que uno no triunfan en la música. Es una pena, porque hay gente maravillosa que se ha quedado en el camino
Da que pensar en todos los quilates que se perdieron por el camino. ¿Piensas alguna vez por qué tú sí y otros no con la cantidad de gente con talento que hay?
Sí, claro. Yo creo que me ha ido bien porque he aunado un cierto talento con una cantidad de curro brutal. He tenido mis sinsabores en la música, evidentemente, pero no me he rendido en ningún momento. Siempre he ido en línea recta confiando en lo mío, pero claro que te preguntas a veces por qué algunos artistas con más talento que uno no triunfan en la música. Es una pena, porque hay gente maravillosa que se ha quedado en el camino. Pero desde luego creo que es importante confiar en el proyecto de uno y no cejar en el empeño.
Y así llegamos a estas Canciones para una urgencia que editas en formato disco-libro muy cuidado y con mucha historia. No es una excusa, es un libro de verdad.
He tratado de dar una joya a la gente. Ya que celebro los veinte años los celebro en condiciones. En total aquí hay 22 canciones, de las cuales veinte son antiguas y dos nuevas: el single Pensábamos que el amor era una fiesta y Lo llaman vida, que está basada en la película En los márgenes, de Juan Diego Botto, y la compongo con Nach, porque nos emocionó mucho. A estas 22 canciones les acompaña un disco de cien páginas donde aparece cada letra y hago una autopsia total de cada canción contando en qué momento emocional estaba cuando la compuse, por qué la compuse y qué pienso hoy en día. Voy reflexionando en torno a las canciones y sus secretos.
Eso también es peligroso porque puedes estar destripando las canciones que ya son de la gente.
Es verdad, eso lo he pensado, pero lo hice pensando en lo mucho que me gustan a mí canciones como Unicornio, de Silvio Rodríguez, o Peces de ciudad, de Joaquín Sabina. Canciones que las he gozado toda la vida y que cuando quince años después me enteré de lo que iban me dejaron flipado porque de repente tenía otra lectura que sumar a la que yo había hecho. Me gusta mucho conocer los secretos de las canciones que amo y creo que, si la gente ama estas canciones, también le va a gustar conocer sus secretos.
¿Molabas más cuando vendías cuatro discos y eras auténtico y tocabas en bares como este, como cantas en la canción 5 gramos de resentimiento?
(Risas) Yo creo que siempre he tenido lo mío, aunque eso lo tiene que juzgar la gente. Lo que no puede ser es que se juzgue a alguien solo porque ya le vaya bien, que es algo que yo he visto. Es curioso que hay gente que te admira pero si te empieza a ir bien, dejas de ser suyo y dejas de ser de nicho, dejan a su vez de admirarte aunque seas mejor artista. Porque yo creo que soy mejor artista ahora que hace veinte años. Mi puesta en escena es mejor, canto mucho mejor, soy muchísimo más completo como artista y con más matices, pero hay gente a la que le gusto menos.
La única cosa que me fascina tanto como las canciones, aparte del gol de Iniesta (risas), es el comportamiento humano, que me vuelve loco y también es material para canciones
Eso es, seguramente, cosa suya.
Es que también es verdad que a veces le gustas menos a la gente porque cambio yo y cambian ellos, de manera que a lo mejor lo que echan de menos es al Marwán de hace veinte años pero también a su yo de hace veinte años. Eso es normal, pero lo cierto es que yo creo que no molo menos que cuando vendía cuatro discos, creo que molo bastante más (risas).
Escuchando tus canciones es evidente la inspiración del amor en todos sus estadios. Después de veinte años escribiendo sobre amor, ¿has aprendido algo o no tienes ni idea todavía?
Bueno, uno va madurando y entendiendo ciertas claves de las relaciones. Lo cierto es que es imposible que ahora con 44 años tenga la misma madurez que con 24. Y yo, con toda la terapia que hago y lo que me gusta leer sobre la psicología, estoy en continua investigación, porque la única cosa que me fascina tanto como las canciones, aparte del gol de Iniesta (risas), es el comportamiento humano, que me vuelve loco y también es material para canciones. Creo que siempre va a haber lugares desde los que abordar las canciones de amor. En su momento quizás las abordaba después de una ruptura, puede que desde la estupefacción, pero con el tiempo las ves desde la reflexión, tratando de razonar para manejarlas. Este trabajo aparece en las canciones sin pasarme, porque creo que si reflexionas demasiado la canción se vuelve un ladrillo.
Si quisieran meter mano e impusieran sanciones económicas a Israel en lugar de tratos de favor, como hacen desde la UE y EEUU, se podría empezar a solucionar lo que pasa en Palestina
El activismo también es muy importante en tu carrera y llevas veinte años en ello. Me pregunto si una canción puede hacer algo en este momento trágico entre Israel y Palestina.
A lo más que puede llegar una canción es a trasladar un mensaje para concienciar. A todos nos gustaría poder cambiar el mundo con nuestras canciones, aunque creo que es imposible. Sí creo que una canción a alguien le puede hacer que de repente le asalte una inquietud. Por ejemplo, si escucha una canción mía sobre Palestina como Los hijos de las piedras. O como Canción a mi padre, en la que hablo sobre su vida como refugiado. Y de repente un día te escriben y te piden que les cuentes algo más sobre el tema o que les recomiendes algún libro. Con una canción creo que se puede reflexionar e invitar a la reflexión al resto o emocionar.
Fue en mayo cuando promoviste el concierto solidario por los 75 años de la Nakba.
Así es. La Nakba se produjo cuando 750.000 palestinos tuvieron que abandonar sus hogares y, sí, organicé este concierto con la Agencia de la ONU para refugiados palestinos (UNRWA). Además, es exactamente la organización que ayudaba a mi padre cuando él era un niño nacido en un campamento de refugiados. La primera casa que tuvo fue de la UNRWA, igual que toda la ayuda humanitaria que recibió. Su colegio también era de UNRWA, que son los que van apareciendo hoy en día siendo bombardeados en Gaza... Se trata de poner mi pequeño granito de arena. La verdad es que es absolutamente insuficiente con lo que está sucediendo en Palestina.
¿Tiene solución lo que está pasando allí?
Pues yo la solución la tengo clarísima y es que se cumpla la legislación internacional. Durante estos 75 años la ONU ha hecho cientos y cientos de resoluciones tratando de que se detengan los asentamientos ilegales de Israel, que se detenga la ocupación, que se detenga el bloqueo de Gaza. Que se detenga todo lo que Israel hace contra los palestinos, que se detengan las matanzas y los bombardeos. Y todas y cada una de esas resoluciones han sido vetadas por Estados Unidos, que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Desde ese punto de vista es imposible que se solucione el problema, pero si quisieran meter mano, hicieran eso e impusieran sanciones económicas a Israel en lugar de tratos de favor como hacen desde la Unión Europea y Estados Unidos creo que se podría empezar a solucionar.
En muchas de las cadenas de televisión nacionales no se para de hablar de 'okupación' cuando no es un problema real para los ciudadanos españoles, mientras que nunca se habla de los desahucios
Has mencionado antes la película En los márgenes, que trata el problema de los desahucios en nuestro país. Lo estamos comentando, es obvio, pero la temática social es también muy importante para ti. ¿Desde qué punto escribes una canción sobre desahucios?
Lo hago para ponerlo en la cara de la gente y decir 'mirad esto'. Porque en nuestro país hay muchísimos inmigrantes ilegales y también legales que no son bien recibidos, que sufren racismo y discriminación, que solo tienen trabajos precarios. Y hay mucha gente que está siendo desahuciada por unas reglas absolutamente injustas que han puesto los bancos. Creo que es importante seguir hablando de esto, porque en muchas de las cadenas de televisión nacionales no se para de hablar de okupación cuando no es un problema real para los ciudadanos españoles, mientras nunca se habla de los desahucios ni vemos imágenes. Nunca se habla de las urgencias que tienen muchísimas familias para encontrar una casa y que no pueden pagarla por estas políticas neoliberales loquísimas que se llevan a cabo en nuestro país. Creo que hay que seguir hablando de estas cosas porque parece que se habla de todo lo contrario... igual que lo de Palestina, en este mundo no para de culpabilizarse a las víctimas, que es algo absolutamente acojonante. Y no para de ayudarse en los medios de comunicación a los opresores y a aquellos que se enriquecen con los bienes básicos de la gente.
Ahí es cuando convertimos en armas las canciones. Y son ya veinte años cambiando las vidas de la gente en mayor o menor medida con ellas. ¿Eso sería tu mayor éxito en 2023?
Sí. Es un gran éxito el hecho de hacer unas canciones que creo que reman en cierto modo bastante a contracorriente con respecto a lo que es el mainstream hoy en día y a las ventanas mediáticas. Y también poder vivir de esto y poder seguir haciendo libremente lo que uno hace y tener un público que compre tus discos y vaya a tus conciertos. Eso es la hostia.
Mi vida y mi misión es componer canciones y cantarlas por el mundo
El Marwán que actuó por primera vez en el Libertad 8 hace veinte años no podía imaginar el día de hoy.
Absolutamente. Hay gente que lo tiene muy claro desde el principio y dice 'yo voy a llenar sitios grandes', pero cuando yo venía aquí mis primeras veces no pensaba más allá de que ver si se llenaba la sala, emocionar y emocionarme.
Han sido prácticamente veinte años sin parar. Pero sin parar de verdad.
Sí, sí. Solo he parado en un par de ocasiones unos meses, pero nunca un año en blanco. Y este año iba a parar algo y al final he estado tocando. Es que es mi vida y mi misión es componer canciones y cantarlas por el mundo. Ahora tenemos por delante una gira brutal por España y Latinoamérica y ojalá salgan más conciertos, que seguro que pronto van a salir.
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Como Bob Dylan y su gira interminable.
Claro que sí, eso es (risas). Hasta que el cuerpo aguante.
La gira de veinte aniversario de Marwán, cuyas entradas están ya a la venta, comenzará el próximo 27 de octubre en Murcia y continuará con una serie de conciertos que incluyen ciudades como Pamplona, Santander, Oviedo y Albacete. En 2024, Marwán visitará Barcelona, Zaragoza, La Laguna, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, Granada, Almería, Santiago de Compostela y Alicante, a falta de más ciudades por confirmar.