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De José María García a Pablo Motos, así se las gastan los reyes mediáticos cuando ven amenazado su trono

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De la guerra televisiva entre La Revuelta de David Broncano y El Hormiguero de Pablo Motos se hablará dentro de unos lustros como se habla ahora de la contienda radiofónica entre José María García, Butanito, y José Ramón de la Morena. Distintos campos de batalla, pero mismas armas de destrucción de (medios de) masas, a tortas por los invitados. Célebres son los secuestros que perpetraba García, ordenando al periodista de turno estar junto al entrevistado y mantenerle incomunicado con el mundo durante las horas previas al programa para que nadie más pudiera hablar con él (muy recomendable la serie Reyes de la noche sobre esto... ¿veremos alguna vez otra sobre los Reyes de la tele?). No faltaban tampoco, por supuesto, las coacciones y las amenazas.

Lo mismo ocurre en el mundo del corazón y el papel couché, con sus exclusivas millonarias y sus refriegas en los platós, pero en eso no entraremos ahora. Tenemos, en definitiva, al líder de audiencia que defiende su castillo con fosos, catapultas y todo tipo de prácticas dudosas, mientras el postulante revoluciona todo con un nuevo estilo, con naturalidad, como si no revolucionara nada (pero lo hace). Los tiempos cambian, y todavía estamos descubriendo quien es el gato y quien el ratón en esta historia de Motos y Broncano. Es imposible que ganen realmente ambos, y por eso andan a la gresca por el relato, con Atresmedia aireando los datos de audiencias y remarcando que es el mejor año de las hormigas y los de RTVE disfrutando de su inesperado éxito, del inminente derrocamiento.

"Hoy ha sido exagerado porque ha sido ya con el invitado aquí, pero algún día contaremos la cantidad de veces que nos han movido la agenda, que nos han llamado las distribuidoras o los representantes diciendo que no se puede porque nos han amenazado", contaba Broncano anoche al contar a la audiencia con una insólita honestidad brutal que habían perdido al entrevistado por presiones desde El Hormiguero. De manera que el flamante campeón del mundo de Moto GP, Jorge Martín, aún estando literalmente en los camerinos del programa, optó por no salir a escena (irá la próxima semana al espacio de Antena 3 y después ya se podría ver la entrevista en La Revuelta, que fue grabada pero no emitida). "Nos ha dicho que no puede hacer la entrevista aquí, que lo siente mucho pero pasarían algunas cosas", añadía el presentador del espacio del ente público, que sin entrar en más detalles remarcaba: "Tienen sus formas de presionar en estas cosas".

Y aún añadía: "No es la primera vez que pasa y hemos decidido contarlo porque se ha cargado nuestro programa de hoy. Alguna vez lo hemos insinuado aquí, lleva pasando años desde que estábamos en La Resistencia. Por su parte siempre ha habido mucho juego con esto, y cuando pueden hacer que no vengan aquí, lo hacen, y cuando no tienen tanta fuerza exigen que primero vayan allí. No tengo un problema personal, pero es verdad que son muchos años que esto nos ha pasado continuamente. Yo sé que ellos nos critican porque hacemos chistes con El Hormiguero, como con otra gente y nosotros mismos. Siempre se han mantenido como elegantes en ese sentido, pero es que ojalá me respondieran con chistes y no con cosas por debajo".

Huelga aclarar que Atresmedia, el grupo mediático del que forma parte Antena 3, tiene los derechos para emitir los Grandes Premios de Motociclismo que se celebran en España desde marzo de 2024. El Hormiguero y Dorna, la compañía encargada de organizar el Mundial, fueron las que llamaron ipso facto al piloto después de que este publicara una story en Instagram de camino a Televisión Española. No porque tuvieran exclusividad o algún tipo de contrato firmado al respecto, sino para recordarle la importancia de mantener buenas relaciones con los socios comerciales. Y eso básicamente implica que Pablo Motos tiene prioridad.

Es por ello que desde El Hormiguero se reduce todo a "un malentendido sin mayor importancia". Eso es todo por su parte, mientras la denuncia pública de La Revuelta pone el foco en las malas artes no pocas veces denunciadas del equipo del programa de las hormigas.

Hay multitud de testimonios como el de la periodista y escritora Jimina Sabadú: "A mí también me llamó su... lo que fuera. Tres horas al teléfono porque Pablo estaba muy dolido con mi columna porque dije que me había parecido un mojón su discurso. Y yo tratando de explicarle que si a mí me ponen mal una novela me aguanto y no llamo a pedir explicaciones. De frenopático". El cofundador de El Mundo Today y colaborador de la Cadena Ser, Kike García, también habló públicamente del asunto: "Y no hace falta que explique los problemas que tuvimos con el puto Motos y su programa porque lo explicamos en el 'A vivir que son dos días' hace años. Los días posteriores a la sección fue un festival de amenazas bastante disfrutón".

Incluso artistas como Rayden: "Recuerdo cuando, por ser crítico con El Hormiguero, los guionistas y su presentador, me llamó una de sus hormigas por teléfono (adivina cual). Intentaba justificar las actitudes machistas de abuso de poder del programa alegando que eran errores puntuales y que, por ejemplo, cuando Sergio Ramos fallaba un penalti no se le echaba todo el mundo encima. Terminó su relato avisándome que no me convenía convertirme en el enemigo público numero 1 del programa". Las presiones llegan hasta el ámbito político, tal y como desveló el hace un año el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla: "Pablo Motos habla de libertad de expresión, pero el día después de mencionarle en un discurso sobre masculinidad y desigualdades en salud recibí un correo y llamada de su agencia de comunicación. Supongo que él no lo llama censura sino 'gestión de riesgo reputacional' o así".

Otra denuncia de hace unas horas es la de Xavi Martínez: "Recuerdo cuando presentaba un programa hace unos años. Éramos los segundos en audiencias según el EGM, pero teníamos una gran base y muy activa. Como hacía años no se veía. Habíamos cerrado una entrevista con One Direction (el fenómeno fan era una locura). Se produjo una llamada del líder en audiencias en el mercado en ese momento. Bueno, era la enésima. No sabéis como os entiendo, La Revuelta". 

No deja de ser sintomático tampoco, curioso cuanto menos, que varios excolaboradores de El Hormiguero hayan salido a la palestra para posicionarse del lado de La Revuelta. "Hoy estaba en un evento -en los premios de infoLibre, concretamente- y me he perdido La Revuelta. Por lo que oigo han hecho un programón", escribe nuestra columnista Raquel Martos. El mago Jandro, por su parte, era escueto pero claro: "Viendo animales en prime time". Y Flipy tiraba de cachondeo: "Qué maravilla cerrar con los animales. Me parece una joya de la comedia lo que habéis hecho esta noche. Mis respetos a La Revuelta. La próxima vez os dejo material de Campamento Flipy".

Recodemos, asimismo, que en septiembre la humorista Valeria Ros fue despedida de Atresmedia después de apostar por La Revuelta. En dicho programa reveló, precisamente, su salida fulminante de Zapeando por querer compaginarlo con sus apariciones junto a Broncano. "Por eso estoy aquí, los que no me hacen elegir", dijo en su día. Anoche mismo la que también se posicionó fue Candela Peña a través de un mensaje en redes sociales que dice tal que así: "Qué maravilla que lo estén hablando con tanto respeto y sentido del humor. Y qué pena que falte tanto humor y tanto respeto en otros compañeros. Bravo, La Revuelta. Hoy me encanta y me hace feliz ser una de las vetadas de ese lugar hostil".

Otra de nuestras grandes actrices, Blanca Portillo, se manifestó con apenas cuatro palabras en la noche de este jueves: "Pues está claro. Bravo". La actriz nunca ha acudido a El Hormiguero y hace un par de temporadas se lo explicaba al propio Broncano: “Nunca he ido porque soy muy vergonzosa y cuando me ha invitado alguna vez Pablo me ha dado vergüenza”, reconocía, metiéndose en el mítico 'jardín' del programa: “Creo que ahora está enfadado conmigo y piensa: ‘¡Uy, esta no quiere venir!’, y nunca más me ha querido llevar por eso, pero en realidad es que me da una vergüenza que me muero”.

Mucho más clara es y ha sido siempre Najwa Nimri, quien en su reciente visita a La Revuelta reconoció su mala relación con el programa de Antena 3. “A El Hormiguero no me llevan. Estoy vetada”, desveló. ¿Por qué? "Por no haber querido ir la primera vez, creo que es por eso", añadió, para luego tirar la piedra sin esconder la mano contra la cristalera de Atresmedia: "Estás a esto de barrerle. Yo creo que estás temblando". Anoche la intérprete fue otra de las que se sumaron a la fiebre por los ciervos con un mensaje que lo dice todo.

¿Y por qué los ciervos? Pues porque, a falta de entrevista con el invitado previsto, La Revuelta, en prime time en TVE, acabó emitiendo 12 minutos de imágenes de animales, como la berrea de los ciervos o depredadores, con una selección de canciones de fondo. Aún con esas, se mantuvo la guerra por la audiencia y El Hormiguero ganó solo por 200.000 espectadores a La Revuelta: el primero registró una audiencia media de 1,97 millones de espectadores, con una cuota de pantalla del 15,5%, mientras que el segundo reunió a 1,77 millones y tuvo una cuota media del 13,6%. Eso sí, cuando Broncano terminó el programa emitiendo imágenes de animales como la berrea de los ciervos o de depredadores, lo que ocurrió entre las 22:35 y las 22:48 horas, la cuota de pantalla media de La Revuelta bajó al 11,9% mientras que la de El Hormiguero se situó en el 18,4%. Durante esos 13 minutos La Revuelta tuvo 1,5 millones de espectadores de media frente a los 2,4 millones de media de El Hormiguero.

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"Son varios los invitados de La Revuelta que, por una razón u otra, se ven obligados a hacer promoción antes en El Hormiguero que en La Revuelta", ha publicado la cuenta oficial de TVE en la red social X en la mañana de este viernes, con un vídeo en el que se resumen intervenciones hablando sobre ello de Mario Casas, Ana Mena, (de nuevo) o Najwa Nimri, y en el que también aparece el piloto Marc Márquez. Guerra abierta desde el ente público. En su momento, hasta Belén Esteban y María Patiño hablaron al respecto en su paso por el programa de Broncano.

El goteo que no cesa no acaba aquí, pues hace un año fueron varios los cómicos que denunciaron públicamente el acoso de El Hormiguero, poco o nada amigo de las críticas. Uno de los primeros en hablar fue el cómico Facu Díaz, con un vídeo (ahora borrado) en el que comentaba el poder de Motos en la industria y desvelaba que gente de su productora llama a los humoristas para pedir explicaciones cuando hacen chistes sobre él. Bob Pop, por su parte, aseguraba que recibe multitud de mensajes privados de colegas a los que "Pablo Motos intentó que echaran de sus curros por hablar o escribir sobre él". "Pero oye, es que ya no se pueden hacer chistes de nada", apostillaba con ironía, pues el presentador de Atresmedia es de los que se quejan de este tipo de cosas. El dibujante de El Jueves Álvaro Terán contó su propio episodio con todo detalle en un hilo en X -aquí completo-. Y otro dibujante de la misma revista, Raúl Salazar, también se sumó a la denuncia.

La Revuelta, en definitiva, ha abierto la veda y ha sacado de un problema una oportunidad. Por si no estuviera ya suficientemente dividida esta turbulenta nación catódica, ahora se extiende la controversia a unas malas prácticas que sobrepasan límites que no se deben sobrepasar. Mientras tanto, Javier Martín, de repente en el epicentro del debate del momento, no ha dado su versión en las redes sociales, si bien desde su entorno se apuesta por la concordia -aceptando, eso sí, que Pablo Motos vaya primero-. Eso sí, solo un dato para rematar: el piloto no se ha manifestado, pero ha dado 'me gusta' a la publicación de Instagram de La Revuelta en la que explican lo sucedido.

De la guerra televisiva entre La Revuelta de David Broncano y El Hormiguero de Pablo Motos se hablará dentro de unos lustros como se habla ahora de la contienda radiofónica entre José María García, Butanito, y José Ramón de la Morena. Distintos campos de batalla, pero mismas armas de destrucción de (medios de) masas, a tortas por los invitados. Célebres son los secuestros que perpetraba García, ordenando al periodista de turno estar junto al entrevistado y mantenerle incomunicado con el mundo durante las horas previas al programa para que nadie más pudiera hablar con él (muy recomendable la serie Reyes de la noche sobre esto... ¿veremos alguna vez otra sobre los Reyes de la tele?). No faltaban tampoco, por supuesto, las coacciones y las amenazas.

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