14F | Elecciones en Cataluña
Las ayudas directas por el covid, el compromiso tabú de una campaña catalana sin apenas debate económico
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Con independencia de si este domingo el ganador es constitucionalista o independentista, la apuesta de futuro será igual para todos los partidos: luchar contra la propagación del covid-19 vía restricciones a la movilidad respaldando económicamente a sus empresas más afectadas. No por nada, la Generalitat activó esta misma semana un plan de ayudas directas de 208 millones de euros a pymes y cooperativas afectadas, a solo unos días de votar.
La realidad es que los programas económicos de los partidos de cara a las catalanas este 14F han pasado muy desapercibidos, algo que no ocurría desde que se lanzara el procès (2012), del que la soberanía fiscal era un elemento clave. Una prueba es el último debate que tuvo lugar el jueves en La Sexta. Se habló de cordones sanitarios o de la islamización de Cataluña, introducida por Vox, pero menos de economía. Hasta el punto que los comentarios más encendidos sobre el coronavirus apuntaron a la supuesta vacunación de Salvador Illa -sin pruebas- y no tanto a las ayudas directas tras las elecciones.
Tampoco tuvo mucho éxito el debate fiscal en el último encuentro antes de votar. La mayor disputa tuvo lugar entre la candidata del PeDECat, Ángels Chacón, y Jessica Albiach, cuando la primera atacó Sucesiones ("la presión fiscal nos hace menos competitivos" y "Sucesiones es un impuesto de la clase media"), algo que encontró respuesta en la candidata de los Comunes ("un millón de euros no es clase media"). Albiach también defendió los ERTE de su colega de formación y ministra Yolanda Díaz y hasta un "Amazón público cooperativo".
Lo que sucedió en televisión fue un reflejo de la campaña, marcada por la irrupción de Illa, la división independentista y el aterrizaje de Vox. Estas son las principales promesas económicas de los partidos ante los comicios autonómicos:
JxC
A pesar de revelarse como partido atrapalotodo (con propuestas que pueden sentar bien entre votantes liberales o progresistas), el nuevo partido de Carles Puigdemont es, por sorprendente que parezca, uno de los dos partidos que han tenido la ocurrencia de reflejar las subvenciones directas (importante el matiz de directas) en su programa.
Según los herederos del espacio convergente, se desarrollarán "programas de ayudas a la financiación", tanto para la reconversión industrial en aras de la transición ecológica como para afrontar "situaciones de crisis provocadas o agravadas por la Covid-19". "Esto quiere decir reforzar y ampliar el fondo de ayudas directas a las pymes", prosigue el documento, cuyo objetivo declarado es "ayudar a las empresas a mantener la actividad y el empleo con ayudas directas, fáciles de tramitar y que tengan en cuenta la evolución del tejido empresarial durante los próximos dos años".
JxC llega incluso a pedir acceso al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), al que Cataluña no puede pedir prestado, "para crear ayudas para las familias y empresas más afectadas por la pandemia".
En materia fiscal, el análisis del programa de Junts es bastante más complicado, con rebajas de impuestos para autónomos a la vez que un "sistema impositivo justo", "una fiscalidad que piense en las familias" y "una fiscalidad que se posicione al lado de la competitividad". La propia Chacón, que fue consejera de Empresa de 2018 a 2020 y ex aliada de Puigdemont, decía esta semana a La Vanguardia que "la gente que vota al partido de Carles Puigdemont no sabe qué está votando". Junts coincide con ERC en "gestionar el 100% de los impuestos que se paguen en Cataluña".
ERC
Los republicanos han apostado en su programa por superar la pandemia con propuestas a largo plazo, como crear una banca pública catalana "que aporte más competencia en el sector" financiero y que "garantice la financiación al sector productivo, centrado en las pequeñas y medianas empresas y en la colaboración para la inversión en grandes proyectos estratégicos". Además, ERC pide "la creación de un gran fondo de inversión público-privada", éste pensando más en participar en el accionariado de empresas y proyectos estratégicos. Todo ello con la marca independentista que caracteriza a los programas.
Al igual que sus socios de Gobierno hasta ahora en el Parlament, los de Pere Aragonès inciden en la soberanía fiscal y en la asunción y recaudación de todos los impuestos, además de desarrollar la Agencia Tributaria Catalana y darle plenas competencias. También de una "fiscalidad progresiva y verde".
PSC
El fenómeno Illa no ha necesitado grandes anuncios. Tampoco económicos. Quien hace solo un año y unos meses era un perfecto desconocido para la opinión pública española se ha convertido, tras la gestión de la pandemia, en la esperanza del socialismo y el constitucionalismo. Quizá por eso a Illa no le hacen falta grandes promesas, como recoge el único punto sobre tributación contenido en el programa del PSC, según el cual se impulsará "una reforma fiscal orientada a lograr un sistema impositivo más justo y progresivo" que permita "ampliar las bases fiscales e incrementar la recaudación de los recursos fiscales propios". Una dosis de izquierda y otra de catalanismo, ambas moderadas.
Los socialistas catalanes prometen un "plan de choque" y "ayudas" para los afectados por la actual crisis, aunque no especifica si esas ayudas serán vía transferencias directas u a través de otras líneas financieras. Pero el PSC sí enumera los sectores, como la "restauración, el comercio, el ocio nocturno y el turismo".
En Comú-Podem
Aunque el programa es eminentemente social y contiene muchas menciones a la economía y a la covid-19, las referencias de En Comú-Podem están sectorializadas (refuerzo de la Sanidad, de la Educación, de los Servicios Sociales) por lo que el capítulo de financiar empresas en el corto plazo brilla por su ausencia. La única referencia a "ayudas directas" es para favorecer la inserción socio-laboral de colectivos vulnerables.
El de los comunes es uno de los programas más detallados, con menciones que van desde los derechos de los animales hasta modernizar al cuerpo de los Mossos d'Esquadra. A nivel fiscal, los de Albiach plantean una "Hacienda propia y solidaria para Cataluña" y un "nuevo sistema de financiación específico". EC-P reniega indirectamente de gestionar todos los impuestos (como sí plantean JxC o ERC) al pedir un "mínimo impositivo" en "los impuestos cedidos a las Comunidades Autónomas, como Patrimonio o Sucesiones" con el fin de "acabar con la competencia desleal", una clara referencia a la bonificación agresiva de los tributos cedidos que aplica la Comunidad de Madrid.
PP
Solo una mención a ayudas directas: en el campo de la cultura. Sorprende que el programa de un partido tan arraigado en el sector de pymes y autónomos se limite a ofrecer "préstamos a pequeñas empresas y autónomos para facilitar que puedan llevar a cabo la reconversión de sus actividades".
Más adelante, al volver a las pymes y autónomos, tampoco se hace mención a ayudas y sí a un "plan de rescate". Y nuevamente, a líneas de financiación ventajosa que no constituyen transferencias directas. Por ejemplo, "una línea de préstamos y avales de hasta 100.000 euros para microempresas y autónomos a tipo de interés 0 y hasta 10 años de retorno", "una línea de avales que complementen el 20% no avalado en las líneas de crédito ofrecidas por el Estado a pymes y autónomos a través del ICO" o poner a disposición de emprendedores "los locales comerciales de titularidad pública, ofreciendo un alquiler asequible y con hasta 2 años de carencia".
A nivel impositivo, se aplican las recetas de la Comunidad de Madrid y de Isabel Díaz Ayuso. Sobre Patrimonio, propone armonizar con otras autonomías el mínimo impositivo (700.000 euros, frente a los 500.000 euros a partir de los cuales grava Cataluña) "con el objetivo de que este impuesto acabe desapareciendo". Sobre Sucesiones y Donaciones, más de lo mismo: "Será bonificado al 99% a todos los herederos de primer grado".
Vox
Vox carece de programa económico. El compromiso del partido de extrema derecha se limita a 10 propuestas. Solo los puntos 9 y 10 se refieren a impuestos y a la situación propiciada por la pandemia. El partido liderado por Ignacio Garriga para las catalanas coincide con el PP en bonificar al 99% Sucesiones y Donaciones (e incluyen Patrimonio), además de prometer una "reducción drástica de impuestos".
Sobre las ayudas a negocios de hostelería, Vox plantea la "exención temporal en el pago de impuestos a los establecimientos a los que ha obligado a cerrar durante este año". También "eliminar la tasa turística y duplicar la línea de avales públicos para dar más liquidez a los establecimientos". Ni una mención a ayudas o subvenciones directas.
Ciudadanos
Es el partido que más referencias hace a transferencias directas a empresas, síntoma de que más allá de la ideología nacionalista los naranjas tienen muchas coincidencias económicas con los herederos de Convergència i Unió. "Pondremos en marcha un Plan de Rescate con ayudas directas del 75% de la facturación perdida para todas las pymes y autónomos que se han visto afectados por esta crisis sanitaria", reza uno de los puntos Se recoge además un "Plan de Choque Nocturno" que contempla "ayudas directas", así como la "suspensión del pago de tasas y trámites con las administraciones".
Se lanza la idea de extender esas ayudas a los hogares, e incluso a las víctimas de la okupación, uno de los temas estrella de Ciudadanos: "Apostaremos por la vivienda social y ayudas directas para que nadie tenga que verse forzado a la okupación para no quedar en la calle".
A nivel fiscal, recetas similares a PP y Vox sin llegar a pedir suprimir impuestos cedidos: "Bajaremos el IRPF que paga la clase media y trabajadora", "Revertiremos el sablazo en el Impuesto de Sucesiones que afecta a los patrimonios más modestos" o "Reduciremos el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP/AJD) que se paga al comprar una vivienda". Todo lo anterior acompañado por la supresión de tributos creados para, según los naranjas, financiar el procès.
La Generalitat asegura que se podrán constituir todas las mesas para votar
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CUP
El programa de la CUP no contiene ayudas o transferencias a empresas. El término "ayudas" aparece varias veces asociado a la Renta Básica Universal propuesta por la formación anticapitalista, la cual "serviría también para romper con la trampa de la pobreza que representan todas aquellas ayudas que están condicionadas a una situación económica muy baja y que generan dependencia para recibir algún ingreso".
La CUP propone una banca pública, una "reforma fiscal centrada en la erradicación de la pobreza y financiada por quien la genera", reforzar los impuestos progresivos ya existentes (e incrementarlos como el IRPF) e incluso dar la "batalla" por las "nacionalizaciones" a través de un debate no solo técnico sino también político, tal y como recoge el programa.