PROTECCIÓN PÚBLICA A LOS PARADOS
La cuantía media de las prestaciones por desempleo cae cinco veces más que los salarios
El Gobierno gastará el próximo año un 39% menos en protección por desempleo de lo que usó en 2011 para pagar prestaciones a los parados. El cálculo lo ha hecho CCOO, que denuncia que la reducción no se justifica por un descenso en el número de desempleados. De hecho, cada mes es más pequeña la partida que el Estado destina a abonar estas ayudas públicas. Y el motivo, en efecto, no es la caída del paro sino el debilitamiento de la protección.
Una buena muestra de ello la proporciona el informe de recaudación de la Agencia Tributaria. La renta media del trabajo sujeta a retenciones por el IRPF subió en 2014 sólo un 0,2%, debido a que el salario medio en el sector privado descendió un 1,4% –es el tercer año consecutivo que se reduce– y la prestación media por desempleo cayó un 6,8%, cinco veces más. Además, la pensión media creció un 1,3%, ocho décimas menos que el año anterior.
Las prestaciones por desempleo se consideran rendimientos del trabajo y, por tanto, están sujetas a las mismas retenciones fiscales. La caída de estas ayudas ha sido de tal volumen que Hacienda ha reducido lo que ingresó por este concepto el último año en un 40,8%, el triple de lo que descendieron las retenciones en 2013.
El propio informe de la Agencia Tributaria reconoce que la razón por la que ha menguado, un 17,6% –cinco veces más que en 2013–, la masa de las rentas procedentes de las prestaciones por desempleo –17.991 millones– no es otra que la mayoría de ellas “no alcanzan el límite para aplicarse la retención”. Es decir, no llegan a los 12.000 euros anuales. De hecho, la media de las prestaciones contributivas –las más elevadas, pues su cuantía depende de los sueldos cobrados en activo– tampoco ha dejado de reducirse en los últimos años. En diciembre de 2014 ascendía a 815,3 euros brutos, 49,43 euros menos que en diciembre de 2011. En estos momentos ha caído ya hasta los 785,5 euros. Por lo que se refiere a los diferentes subsidios, no superan los 426 euros, por lo que no alcanzan el mínimo exento del IRPF.
Salarios más bajos, prestaciones más pequeñas
El descenso de la cuantía que cobran los parados cada mes tiene que ver también con la devaluación salarial. Según el informe de la Agencia Tributaria, pese a que la masa salarial del sector privado creció un 0,6% en 2014, permanece aún un 19% por debajo del máximo que alcanzó en 2008. Lleva cinco años de caídas, un 10% desde 2010. Con sueldos más bajos, las prestaciones posteriores también menguan. También el aumento de los contratos a tiempo parcial que han traído la crisis y la reforma laboral implican salarios más exiguos, y menores prestaciones.
Además, los contratos temporales de la recuperación son cada vez son más breves: la duración media de los contratos era en 2011 de 62,87 días; en 2014 se redujo a 53,27 días. Cuatro millones de contratos de menos de una semana se firmaron en 2014, según los registros del Ministerio de Empleo, el 24%. En 2011 fueron 2,9 millones de contratos, el 20%. También han aumentado tres puntos porcentuales los contratos de menos de un mes, que el último año representaban el 37,8% de los firmados.
Finalmente, nada más llegar al Gobierno el PP introdujo recortes en las cuantías de la prestación contributiva. Desde julio de 2012, los desempleados cobran, a partir del séptimo mes, el 50% de la base reguladora, en lugar del 60% como hasta entonces.
Los parados con ayudas contributivas caen un 30%
Pero la tendencia más alarmante es el descenso continuado de la cobertura de las prestaciones. En diciembre de 2014 sólo el 57,6% de los parados registrados cobraba ayudas públicas, cuando en diciembre de 2011 eran el 70%. En ambas fechas el número de parados inscritos en las oficinas de Empleo es similar: había 25.352 más en diciembre de 2014, un total de 4,47 millones. Sin embargo, el número de los que percibían una prestación era entonces de 2,41 millones, medio millón menos que en diciembre de 2011. Y de éstos, sólo 976.785 cobraban una prestación contributiva, casi un 30% menos que hace cuatro años.
Estas caídas son el resultado del aumento del paro de muy larga duración, el de quienes llevan más de dos años sin trabajar. Ése es el límite temporal de cobro de las prestaciones contributivas. Entonces, si se cumplen una serie de condiciones –cada vez más restrictivas también por los cambios legislativos adoptados por el Gobierno– el parado pasa a percibir un subsidio. Que también se agota.
El número de parados que no cobran prestaciones se duplica desde 2010 pese a la caída del desempleo
Ver más
Así, el primer efecto de la cronificación del paro ha sido el aumento de los perceptores de los subsidios. En diciembre de 2011 los parados se repartían casi al 50% entre quienes percibían la prestación contributiva y quienes cobraban subsidios. Cuatro años después, son más los segundos que los primeros. El segundo, que, a fecha de diciembre de 2014, 1,5 millones de parados no cobraban ningún tipo de ayuda. Si se acude a la Encuesta de Población de Activa (EPA) –que cuenta un millón más de parados que el Ministerio de Empleo– el dato se multiplica por 2,5.
Además, la EPA registraba en el cuarto trimestre de 2014 un total de 2,38 millones de desempleados que llevaban más de dos años sin encontrar trabajo. En el mismo trimestre de 2011 eran 1,43 millones. Es decir, la cifra se ha disparado un 61% en cuatro años.
La combinación de salarios más bajos, contratos precarios, recortes en las prestaciones y aumento del paro de larga duración resultó en una caída de 5.239 millones en el gasto público en desempleo en 2014: se presupuestaron 29.429,3 millones de euros –493 millones menos que en 2011–, pero finalmente sólo se desembolsaron 24.569,9 millones. Según CCOO, con este recorte de la protección, el Gobierno “financia la rebaja de impuestos y el déficit público”.