El informe de la Intervención General del Estado (IGAE) reprocha al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que no utilice la contabilidad como sistema de control. Y no lo hace porque el organismo carece de registros o bases de datos auxiliares de contratación, facturación o tesorería, por ejemplo. Si aprovechara sus funciones de control, explica la IGAE, podría supervisar los bienes y derechos que adquiere.
“Desconocemos (da la impresión que también el FROB) los iPads, ordenadores personales y teléfonos móviles que se han ido adquiriendo y dónde están ubicados o, dada su portabilidad, quién los utiliza”, advierten los interventores. Unas páginas antes, no dudan en destacar la “nada desdeñable dotación de portátiles, iPhones y iPads suministrados a directivosiPhones y iPads y otro personal” del organismo. Lo mencionan para contrastar esa abundancia de dispositivos con los problemas que adujeron los responsables del FROB para impedir el acceso de los interventores a la red del organismo a través de sus propios ordenadores. Los funcionarios de la IGAE solicitaron entonces un portátil, que tardó en serles proporcionado, indica el informe: tuvieron que esperar a que quedara “liberado” de otras unidades del FROB. “Esta Intervención”, continúa, “únicamente ha solicitado a la entidad papel y pequeño material de oficina”.
Lo cierto es que los funcionarios de la IGAE se quejan varias veces a lo largo del informe de la falta de medios materiales que padecieron para hacer su trabajo en el FROB. También de dónde los ubicaron en la sede del organismo y del poco espacio que les proporcionaron.
En sus alegaciones, el organismo del que entonces era presidente no ejecutivo Fernando Restoy cifra en 8.900 euros el gasto en iPhones y iPads realizado en 2011 y 2012. Por entonces la plantilla del FROB sólo la componían 11 personas. No precisa cuánto pagaron en portátiles. Pero sí dice que no se trata de “un importe significativo teniendo en cuenta el principio de importancia relativa”. Porque el FROB compara esa cifra con el ingente volumen de activos que gestiona, que ascendía a 9.572,35 millones de euros en 2011 y 29.483,3 millones en 2012. Por tanto, considera que el gasto en móviles y tabletas supone “un porcentaje irrelevante”.
Los interventores le responden que el principio de importancia relativa al que alude “no implica que puedan dejar de registrarse operaciones económicas aunque sean de pequeño importe”. Ni avala que puedan “descontrolarse activos de la entidad porque su importe no sea significativo”.
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“Aún más preocupantes los defectos de control”
Es más, el FROB aduce que el importe de los iPads y iPhones comprados queda lejos de los “umbrales de materialidad” calculados por el auditor externo –Grant Thornton–. Ese umbral es la cifra a partir de la cual un error se considera significativo en auditoría.
Los interventores desechan el argumento que, a su juicio, hace aún “más preocupantes” los “defectos de control interno” del FROB. De él “puede desprenderse que a la dirección del fondo no le preocupa que, mientras no se llegue a los umbrales de materialidad de 284 millones de euros como efecto neto global de los ajustes individuales y a 28 millones de euros por los ajustes individuales [los umbrales definidos por el auditor externo], se pueda dejar de registrar y controlar los activos, pasivos, ingresos y gastos de la entidad”.
El informe de la Intervención General del Estado (IGAE) reprocha al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que no utilice la contabilidad como sistema de control. Y no lo hace porque el organismo carece de registros o bases de datos auxiliares de contratación, facturación o tesorería, por ejemplo. Si aprovechara sus funciones de control, explica la IGAE, podría supervisar los bienes y derechos que adquiere.