Turismo

Los economistas avanzan un tercer trimestre negro en el empleo agudizado por los vetos al turismo

Una terraza vacía en Barcelona.

Nadie se esperaba un dato bueno a nivel laboral después de los tres duros meses de confinamiento por la crisis sanitaria. Y así ha sido. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados este martes han puesto de manifiesto la destrucción de 1,074 millones de puestos de trabajo durante el primer trimestre del año, una cifra que no recoge la pérdida de actividad derivada de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE). La caída en la ocupación estuvo lastrada principalmente por el retroceso del sector servicios y fue especialmente acuciante en aquellas regiones cuyas economías son muy dependientes de la actividad turística. Unas zonas que ahora no quitan ojo de encima a las restricciones que algunos Estados han impuesto a quienes quieran viajar a territorio español. Algo que si no consigue arreglarse anticipa un tercer trimestre negro para el empleo. “Sólo podría salvar algo los muebles el establecimiento de corredores turísticos”, apuntan algunos de los economistas consultados por infoLibre.

La caída del empleo ha sido general en todas las comunidades autónomas. Sin embargo, ha tenido un impacto notable en los territorios que más dependen del turismo. Sólo Canarias, Andalucía y la Comunitat Valenciana han acumulado respecto al trimestre anterior 434.800 puestos de trabajo destruidos. Son cuatro de cada diez de los que han desaparecido en todo el país. Baleares, sin embargo, ha conseguido cerrar los tres segundos meses del año con un balance positivo: 9.200 empleos más. No obstante, si estas cifras se comparan con las del mismo trimestre de 2019, las cuatro regiones cierran en números rojos. Las islas del Mediterráneo, para las que el turismo representa el 42% de su PIB, concluyen los meses de abril, mayo y junio con un desplome de ocupados del 11,5%, mientras que las del Atlántico, para las que los viajeros suponen el 30% de su economía, retroceden algo más de ocho puntos. Andalucía y Comunitat Valenciana, donde la actividad turística aporta más del 12% de la riqueza, el desplome ha sido del 7,23% y 6,74%, respectivamente.

Un dibujo similar se extrae prestando atención a los datos por sectores. Todos han caído. En agricultura se destruyeron 21.400 empleos, mientras que en la industria y en la construcción se perdieron 127.000 y 108.700, respectivamente. Sin embargo, el derrumbe general se ha sostenido sobre los hombros del servicios. En este sector han desaparecido nada menos que 816.900 puestos de trabajo, el 76%. Del mismo modo, el número de horas efectivas trabajadas, que han descendido un 22,59% respecto al trimestre anterior, evidencia el mazazo que el confinamiento ha asestado al turismo y aquellas actividades vinculadas al sector. En el caso de la hostelería, el número de horas efectivas semanales trabajadas por todos los ocupados se situó en 12.745,7, frente a las 45.465,5 del primer trimestre, lo que equivalió a una caída del 72%. Y del 78% si se comparan los mismos datos con el segundo trimestre del año pasado. Una tendencia similar siguió el ocio, con una caída superior al 50%, y el transporte, con un retroceso cercano al 30%.

En Andalucía, el sector servicios ha pasado de 2,31 millones de ocupados en el primer trimestre a 2,18 millones en el segundo. Hace justo un año, se encontraba en 2,37. En el caso de Canarias, ha retrocedido de los más de 817.000 a 704.000 –en el mismo periodo de 2019 se registraron casi 785.000–, mientras que en la Comunitat Valenciana se ha caído de los 1,5 millones a los 1,43 millones, una disminución todavía más pronunciada si se compara con el segundo trimestre del año pasado –1,51 millones–. Sólo Baleares se ha librado de esta disminución trimestral. En el archipiélago se han registrado unos 420.000 ocupados en el sector servicios en los meses de abril, mayo y junio, frente a los poco más de 397.000 con los que se cerraron enero, febrero y marzo. Un dato positivo que, no obstante, queda lejos del anotado en el mismo periodo de 2019: algo más de 470.000 ocupados.

Los meses de abril, mayo y junio son relativamente importantes para el turismo español. En 2019, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 28,5% de todos los viajeros extranjeros que llegaron a nuestro país lo hicieron durante ese trimestre. Sin embargo, la clave para el sector se encuentra en julio, agosto y septiembre, que el año pasado acumularon el 34,5% de llegadas procedentes de otros países. Un incremento de la actividad que tradicionalmente se ve reflejado en los datos de empleo. En la serie histórica, el porcentaje de ocupación ha aumentado en la mayoría de terceros trimestres. Las mejoras más importantes se registraron en 2005, 2016 y 2017 con subidas del 1,12%, 0,81% y 0,87%, respectivamente. No obstante, también hubo ejercicios negros. Principalmente, los de la Gran Recesión. En los meses de julio, agosto y septiembre de 2011, el porcentaje de ocupación retrocedió respecto al segundo trimestre un 1,32%. Y un año después, con el fantasma del rescate ya sobre España, la caída también fue de un punto porcentual.

Mayor parón en la recuperación del empleo

Desde entonces, los resultados volvieron a coger una senda positiva. Hasta el año pasado, cuando la encuesta del INE evidenció la desaceleración de la economía española poniendo sobre la mesa el peor tercer trimestre de los últimos siete ejercicios. Un año después, sin embargo, todo ha cambiado. Con una economía en caída libre por culpa del coronavirus, aquellas malas cifras quedarán ahora como anecdóticas. Y no ayudan nada los rebrotes registrados en las últimas semanas y los vetos que algunos países han impuesto a la hora de visitar suelo español, que van a suponer un freno a la recuperación de la actividad. “Hasta hace un par de semanas pensaba que la situación podría mejorar. Sin embargo, a día de hoy creo que los datos van a ser bastante malos”, sostiene Javier Santacruz, economista del Instituto de Estudios Bursátiles. “Las restricciones y el estigma que tiene España, que creo que es injusto, pueden generar un mayor parón en la recuperación del empleo”, sostiene, por su parte, Santiago Carbó, catedrático de Economía de la escuela de negocios Cunef.

Hay varios motivos que llevan a Santacruz a ser pesimista. En primer lugar, la caída “sin visos de remontar” del “consumo interno” que en su opinión reflejan los datos sobre “pagos con tarjeta”. En segundo término, el incremento de los contagios entre los temporeros, que podría lastrar una mejora en un sector agrícola pendiente de la llegada de la vendimia o la recogida de la fruta de pepita. Y en tercer término, el frenazo que desde su punto de vista supondrán las decisiones de algunos Estados de incluir a España en sus listas negras de destinos vacacionales. “Si pierdes el turismo será muy complicado remontar la situación”, sostiene. El catedrático de Economía de Cunef también considera que el tercer trimestre del año va a ser “completamente negro” en comparación con los de ejercicios anteriores. Sin embargo, y aunque llama a ser prudentes porque la situación es muy cambiante, prefiere guardar cierto optimismo. “Por poco que se avance puede que no sea tan negativo con respecto al segundo. De serlo, tendríamos un problema importante”, apunta el economista, que dice que se conformaría con que la tasa de paro se mantenga similar a la actual –15,3%–.

90.000 millones de euros y 1,5 millones de empleos en juego

El sector turístico, que esperaba poder remontar el vuelo a lo largo del verano, ha visto cómo el incremento de los rebrotes ha terminado por frenar en seco su posible recuperación. Y no por la imposición de nuevas medidas de confinamiento en nuestro país, sino principalmente por los mensajes que han lanzado algunos países respecto a los viajes a España. Los últimos en hacerlo han sido Alemania y Países Bajos. Así, el Ministerio de Asuntos Exteriores germano ha emitido este martes una nueva recomendación en la que desaconseja a sus nacionales visitar las regiones de Aragón, Cataluña y Navarra por el incremento de los contagios. La Haya, por su parte, también ha recomendado evitar los viajes innecesarios a Barcelona y el área del Segrià (Lleida) y ha aconsejado a regresar a los nacionales que se encuentren en dichas zonas, que deberán guardar una cuarentena de dos semanas al pisar de nuevo suelo holandés. Los mensajes de Alemania y Holanda se suman a los también emitidos por Francia, Bélgica o Noruega.

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Alemania y Francia fueron, en 2019, dos de los tres principales mercados emisores de turistas extranjeros llegados a nuestro país –11 millones de cada una de las nacionalidades–. Sin embargo, el principal pilar de la actividad fue Reino Unido. En el pasado ejercicio llegaron desde el territorio británico nada menos que 18 millones de personas. Visitantes que, según los cálculos de Exceltur, dejan cada verano unos 8.500 millones de euros. Por eso, preocupa enormemente en el sector el movimiento del Ejecutivo de Boris Johnson de imponer una cuarentena obligatoria a todas aquellas personas que regresen al país desde España. La decisión se dio a conocer a lo largo del fin de semana. Y las conversaciones abiertas entre el Gobierno de Pedro Sánchez y Londres para intentar suavizar estas restricciones todavía no han surtido efecto. De hecho, los británicos han endurecido todavía más su postura. Si en un primer momento desaconsejaba todos los viajes no esenciales a la península, posteriormente decidió incluir en el veto a Baleares y Canarias.

“Perder a estos turistas puede suponer un problema tremendo”, asevera Santacruz. Los Ejecutivos de los dos archipiélagos, regiones con una incidencia acumulada menor a la registrada en suelo británico, llevan horas insistiendo en la posibilidad de que se establezcan con Reino Unido corredores seguros. También las patronales del sector apuestan por esta medida. “Solo podrían salvar un poco los muebles de cara al tercer trimestre el establecimiento de corredores seguros”, señala el economista del Instituto de Estudios Bursátiles, quien vaticina que de no encontrarse alguna solución al problema del turismo la tasa de desempleo se incrementará otro punto más durante los meses de julio, agosto y septiembre.

Algunas de las organizaciones empresariales del sector ya han puesto sobre la mesa sus propias estimaciones. La Mesa del Turismo calcula que la paralización del turismo puede provocar 90.000 millones de euros de pérdidas de cara a septiembre y la destrucción de cerca de 1,5 millones de empleos para final de año. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo considera que las cuarentenas en los viajes a España ponen en juego 2,3 millones de puestos de trabajo de cara a final de año.

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