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Cuando comenzó la Gran Recesión de 2008, en la Eurozona trabajaban en el sector bancario 2,2 millones de personas. A finales de 2020, 12 años después, trabajan unas 400.000 menos (1.836.154). De ese recorte, un cuarto corresponde a España y otro cuarto a Alemania.
Y es que España es, en términos absolutos, el segundo país de la Eurozona pero también de la Unión Europea (veintisiete estados miembros) en destruir más empleo en banca: 105.065 trabajadores menos desde 2008, tan solo ligeramente superada por Alemania (110.042 menos).
Ahí acaban las comparativas: Alemania tiene 83 millones de habitantes por algo menos de 47 millones España. Y el sector financiero germano es tres veces más grande que el español en función del número de empleados: 575.508 personas trabajan allí, frente a 171.432 en los bancos españoles.
Así lo indican las estadísticas del BCE publicadas a finales de mayo pasado, que analizan los datos bancarios de los Veintisiete correspondientes al cierre de 2020. Proporcionalmente al tamaño y a la población, España gana por goleada en empleos perdidos. No hay más que comparar con Francia, segundo país de la UE: 21.637 empleos menos entre 2008 y 2020, y un sector financiero en la actualidad que cuenta con casi 403.000 empleados.
El destrozo en Italia, tercer país de la UE tras la salida del Reino Unido, es algo mayor: 64.366 empleos destruidos en ese periodo, dejando el sector a finales de 2020 con 273.669 trabajadores, los mismos números que España durante el pico del boom económico de la década anterior. Otro caso significativo son los Países Bajos: las entidades holandesas se han dejado por el camino en estos últimos 12 años a 41.221 trabajadores, si bien el país sufrió –como Alemania– una potente crisis financiera, quedando al cierre del año pasado en 74.779 empleados. Además, Países Bajos es uno de los países con mayor concentración financiera de Europa, debido al tamaño de la entidad ING, muy presente en España.
Solo un país estaría por delante de España y Alemania, pero ha quedado descabalgado de la clasificación por el propio BCE: el Reino Unido, que dejó de pertenecer a la UE formalmente en 2020. Según los datos del BCE relativos a años precedentes, de 2008 a 2019 las entidades británicas eliminaron 147.186 empleos.
La tendencia en España va a continuar en 2021: de hecho, de finales de 2019 a finales de 2020 España solo perdió 2.000 empleos en el sector. Aunque los números se han reducido en las últimas semanas fruto de las protestas y de las negociaciones entre sindicatos y directivos de las entidades, los Expedientes de Regulación de Empleo y otras fórmulas para pactar salidas en Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell o Ibercaja llegarán tranquilamente a las 10.000 personas.
Un empleado por 268 habitantes
Preguntados a este respecto, patronal y sindicatos, no pueden tener una opinión más distante. "La reestructuración del sector financiero en España en la última década ha sido un factor determinante en el cierre de sucursales y la reducción de plantillas en España", admite José Luis Martínez, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB). "No obstante, el proceso de adelgazamiento de las estructuras comerciales es un fenómeno a escala global, impulsado por los cambios en los hábitos de los consumidores y el avance de la digitalización, que las dificultades provocadas por la pandemia han acelerado. Y es precisamente para afrontar mejor la pandemia y seguir apoyando a familias y empresas que los bancos necesitan reforzarse ajustando sus estructuras".
Victoriano Miravete, responsable del sector financiero de UGT, dice que siempre que se habla del adelgazamiento del sector en los medios se refiere sobre todo a sucursales por habitantes, pero nunca a empleados de banca en función de la población española. "Mientras que en España un empleado de banca atiende a 268 habitantes, en Alemania no pasa de los 143, o 168 en el caso de Francia", afirma el sindicalista. "En este país el ajuste de personal ha sido de los más intensos, tanto absolutos como relativos respecto a los empleados del sector financiero. Por eso", añade, "pedir incrementos en destrucción de empleo solo va a llevar a la exclusión financiera de los territorios con menor densidad de población. A pesar de los estudios que salen por ahí... yo diría que nunca se ha visto que menos empresas generen más competencia".
El cierre de al menos 2.700 sucursales bancarias en 2021 agrava la brecha financiera con la España rural
La desaparición de las cajas
El economista Juan Laborda, profesor de Economía Financiera en la Universidad Carlos III, apuesta más por la última tesis. "No es un problema de sobredimensionamiento. Es mucho mejor que haya 50 entidades financieras que cinco o seis. Es un problema de que los clientes de la banca, es decir, los ciudadanos, y también los trabajadores, han pagado la crisis de deuda privada que originó la Gran Recesión de 2008 cuando los responsables eran los acreedores extranjeros y los máximos directivos bancarios".
Laborda cree que ha sido un "error" eliminar a las cajas de ahorros durante la anterior crisis: "Los bancos prestaban en las mismas condiciones antes, solo que podían acudir a recapitalizarse a los mercados internacionales. Las cajas no, y las cajas no fueron solo un problema de los políticos sino también de los reguladores. Nos hemos cargado así un elemento de vital importancia para financiar la economía en determinadas zonas rurales". Y con ello miles de empleos.
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