La cadena textil Blanco quiere despedir a 332 de sus 1.300 trabajadores y cerrar 12 tiendas. Va a clausurar su planta logística de Seseña (Toledo) y a subcontratar la de Parla (Madrid). Los servicios centrales de la empresa, excepto el departamento de Recursos Humanos, van a desaparecer. Sólo se mantendrá el área de diseño. Aunque en la primera reunión con los sindicatos para negociar el segundo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ejecuta la empresa en año y medio no se mencionó Dubai, el grupo Alhokair planteó ya el desmantelamiento de la estructura de Blanco en España.
El gigante saudí, que compró la cadena Blanco –ahora SuiteBlanco– hace poco más de un año, encargó un estudio a la consultora Deloitte para medir las ventajas, básicamente fiscales, de trasladar el negocio al emirato árabe, donde no existen impuestos sobre la renta, ni sobre las ventas, el patrimonio y el capital. Tampoco se pagan aranceles comerciales. Según fuentes del comité de empresa, los responsables de la cadena les hablaron este jueves de “internacionalizar” la compañía, “integrando ciertos departamentos en la estructura del grupo”, que se reparte entre Reino Unido, Dubai y Arabia Saudí. De hecho, los departamentos de Comercio Internacional y de Expansión ya operan desde el emirato.
Arabia Saudí, con 42 tiendas, se ha convertido en el segundo mercado de Blanco después de España –donde tiene 119 locales–. Y sus planes de expansión incluyen Egipto, Jordania, Filipinas, Kazajistán. En EEUU planea abrir el próximo otoño siete nuevas tiendas.
Mientras, en España, la cadena ya ha empezado a franquiciar tiendas, un sistema que le permite minimizar riesgos, en Aranjuez (Madrid), Puigcerdá (Girona) y Almendralejo (Badajoz). Al tiempo, cerrará las de Alicante, Barcelona, Bilbao, Elche, Ibiza, Madrid, Valencia, San Sebastián, Santander y Santiago de Compostela. El objetivo es “maximizar eficiencias”, según consta en el comunicado que la empresa hizo público al terminar la reunión con los representantes sindicales.
Casi cuatro millones de pérdidas en sólo dos meses
En principio, la llegada de Alhokair en enero de 2014 supuso un respiro para la cadena textil, que se encontraba en concurso de acreedores. El acuerdo de compra, por importe de 40 millones de euros, incluía un compromiso de los saudíes para mantener la plantilla, después de que en agosto de 2013 un primer ERE pusiera en la calle a 771 trabajadores.
Sin embargo, Blanco ha cerrado el primer año de gestión saudí con unas pérdidas de casi 17 millones de euros. Sólo en enero y febrero de este año, los números rojos ascienden a 3,9 millones. Y las previsiones para este ejercicio que la empresa ha puesto sobre la mesa, contando con una hipótesis optimista de ventas y excluyendo el ERE, alcanzan los nueve millones de pérdidas.
Si el consumo repuntó el año pasado, Blanco no lo ha notado: las ventas de 2014 fueron inferiores a las de 2013, cuando la empresa se encontraba al borde de la quiebra. También han empeorado los márgenes de venta. Sólo la campaña publicitaria de noviembre, con la exnovia de Cristina Ronaldo, Irina Shayk, en los carteles, consiguió animar la facturación al acabar el año, explican fuentes del comité.
Cambio de condiciones laborales“El problema de la empresa es la dirección”
, argumentan los representantes sindicales. El fundador de la cadena textil, Bernardo Blanco, perdió el control sobre la compañía al venderla a los saudíes, pero siguió al frente de ella como director general. Y hacia él apuntan los trabajadores a la hora de exigir responsabilidades por los malos resultados. Bernardo Blanco ha puesto en venta las principales tiendas de la marca, que gestiona a través de Inversiones Blasol, en concurso de acreedores desde el pasado noviembre. Se trata de las situadas en la calle de Goya de Madrid, la calle de Ercilla de Bilbao, y la de Pelayo en Barcelona.
UGT y CCOO ya han anunciado su intención de movilizar a la plantilla contra los despidos, por los que la empresa ha ofrecido indemnizaciones de 20 días por año trabajado, el mínimo legal. A los que conserven su puesto de trabajo también les esperan sorpresas. A quienes queden en las oficinas, la cadena quiere cambiarles el horario. Y a los dependientes de las tiendas se les modificará el actual sistema de comisiones. Blanco ya intentó cambiarlo en 2013, pero la Audiencia Nacional falló a favor de los sindicatos y la obligó a mantener el sistema original.
La cadena textil Blanco quiere despedir a 332 de sus 1.300 trabajadores y cerrar 12 tiendas. Va a clausurar su planta logística de Seseña (Toledo) y a subcontratar la de Parla (Madrid). Los servicios centrales de la empresa, excepto el departamento de Recursos Humanos, van a desaparecer. Sólo se mantendrá el área de diseño. Aunque en la primera reunión con los sindicatos para negociar el segundo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ejecuta la empresa en año y medio no se mencionó Dubai, el grupo Alhokair planteó ya el desmantelamiento de la estructura de Blanco en España.