Sumergirse en la resignación no es una opción para ellos. Los miembros del think tank Ideas en Guerra creen que es “profundamente antidemocráctico” que haya un número creciente de personas sin esperanza en el futuro y han pasado a la acción. Forman parte de una juventud crítica, heredera del movimiento 15M que zarandeó el tablero político nacional hace 13 años. Son investigadores, estudiantes y graduados en Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales, Periodismo, Sociología o Derecho; y provenientes de diferentes militancias, culturas políticas y preferencias partidistas, pero que comparten una mirada común y han decidido apostar por un proyecto: dar forma a un Manifiesto por el Bienestar. “Somos un think tank de carácter progresista, laborista y verde. Un espacio multidisciplinar que combina el estudio en torno a distintas áreas de trabajo con la acción práctica y nuestro objetivo fundamental es construir un relato alternativo que promueva nuevas oportunidades en favor del cambio social”, explica a infoLibre Ángel Muelas, codirector de Ideas en Guerra.
Han elaborado “un diagnóstico de la realidad política y social” de España, “pero que es extrapolable a nivel global”, y que les lleva a sostener que “el contexto social y político está atravesado por la incertidumbre y por un malestar ascendente, que es aprovechado por las fuerzas reaccionarias”, resume. “Cada vez son más –agrega– las personas que viven en riesgo de pobreza, y la desigualdad y la brecha entre ricos y pobres aumentan, a pesar de que hay datos para la esperanza. En la última década los precios de los alquileres han subido de media un 77%, el de los alimentos en los últimos tres años un 33%... Todo esto hace que haya un malestar social y que en muchas ocasiones este se traduzca en un malestar político”, incide. Y hay más. El 1% de la población a nivel mundial tiene la misma riqueza que el 66% más pobre; y la confrontación política y el hartazgo de la ciudadanía no paran de expandirse. Sin embargo, la mayor victoria del sistema capitalista es, para Ideas en Guerra, el “haber logrado que donde antes se enfrentaban quienes menos tenían con quienes más, ahora se enfrentan quienes pertenecen al 66%”, junto a la “desconfianza política global” que se ha generado y “que es canalizada por los movimientos de la ultraderecha capitalista y neoliberal”.
Ante esto, a juicio de Muelas, “generalmente la única respuesta han sido pequeños ajustes o medidas compensatorias, es decir, un mismo modelo del Estado del bienestar y unas mismas reacciones”. Pasos insuficientes, en su opinión, dado que defienden que lo que hay que hacer es “repensarlo”, porque “no puede ser redistribuir migajas, sino que debe ser una forma de democratizar y organizar la sociedad en la que los ciudadanos tenemos el derecho a vivir bien”. “Necesitamos abrir la conversación sobre los derechos y su conquista, porque muchas veces los damos por hechos y no. Hay que plantear un horizonte alternativo que conecte con la mayoría social, que dé respuesta a sus inquietudes, a través de la clave que habita en el concepto de bienestar. Tenemos derecho al buen vivir. El bienestar va ligado a la democracia y queremos abrir esta conversación”, arguye Muelas.
Con ese objetivo surgió la idea del Manifiesto, que ha coordinado la politóloga y economista Katrina Calderón, en el que han logrado implicar a una hilera de referentes en varios ámbitos como Unai Sordo, secretario general de CCOO; Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo del mismo sindicato; Jaime Caro, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid; Luis Esteban, doctor en Derecho por la Universidad Carlos III de Madrid y coordinador del área de economía social y solidaria de Ecooo; Laura Barrio, socióloga y activista por el derecho a la vivienda en Madrid; o Javier Rubio, licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas. A ellos se suman Irene Rubiera, activista y abogada ambiental con Ecologistas en Acción; Héctor Tejero, doctor en Bioquímica y Biología Molecular, activista climático y responsable de Salud y Cambio Climático en el gabinete de la Ministra de Sanidad; Héctor Escudero, ingeniero técnico agrónomo, especializado en Economía y Política Agraria; Margarita Guerrero, directora general del Injuve; Alejandro Román, economista y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid; Ana Bueriberi, periodista, activista y comunicadora digital; y Julen Bollain, doctor en Estudios sobre Desarrollo, profesor e investigador en el Departamento de Economía y Finanzas de Mondragon Unibertsitatea.
Cuatro ejes de actuación
De su mano, han armado el Manifiesto por el Bienestar en torno a cuatro ejes de medidas posibles y urgentes: trabajo, vivienda pública, planificación ecológica, y participación y cultura democrática. Dentro del primero abogan por la reducción de la jornada laboral, por agencias de control de legalidad sobre la configuración de los algoritmos y la Inteligencia Artificial (IA) en todo lo que afecta a las relaciones laborales; o por un Pacto Estatal e Integral de los Cuidados, que han de ser un asunto público, no privado ni de las mujeres. Proponen que el sindicalismo vuelva a la ofensiva, o que la economía social y la democracia empresarial pasen a ser pilares principales de una nueva concepción del Estado del Bienestar, entre otras cuestiones.
Por lo que respecta a la vivienda, avisan en su documento de que el sistema de acceso a ella “funciona como en una centrifugadora social que afecta ya a un tercio de la población” y los precios se han convertido en un factor esencial de desigualdad y del inicio de procesos de exclusión social para muchos hogares. En ese escenario, la vivienda de protección oficial se ha orientado mayoritariamente hacia la compra, de tal manera que los casi siete millones de VPO que se calculan construidas entre 1952 y 2016 en España “se han transformado en viviendas libres al decaer su régimen jurídico protegido por el transcurso de los años establecidos para ello”; mientras que los inmuebles de alquiler público son una figura casi residual, con apenas 275.000 –el 1,5% del parque total de viviendas, frente a la media en Europa que es del 15%–. España es el duodécimo país de la UE con menos vivienda pública en relación a su población, al no llegar a una por cada 100 habitantes. Por el contrario, Países Bajos (12), Austria (10), Dinamarca (9,5), Suecia (8), Reino Unido y Francia superan holgadamente la media de la Unión (4). Advierten, asimismo, de que “la ola especulativa” no se ha detenido en el alquiler, sino que la “sofisticación mercantil” ha llevado incluso a reparcelar casas para obtener varios mini pisos, reconvertir locales y garajes en zulos, subarrendar habitaciones y camas por horas o hasta a alquilar balcones en zonas de las ciudades más tensionadas.
En relación a la planificación ecológica, entienden que el reto de las próximas décadas será cómo asegurar niveles de bienestar elevados para la inmensa mayoría, a la vez que no se sobrepasan los límites ecológicos que impone una naturaleza finita. En el Manifiesto se recoge que “la crisis climática es ya una crisis de salud pública y como tal es reconocida por la OMS –Organización Mundial de la Salud– como la mayor amenaza para la salud mundial del siglo XXI”. Junto a esto, cada año, la fecha en la que se consumen los recursos disponibles para ese periodo llega antes, con lo que se están “copando los recursos de las generaciones futuras”.
En cuanto al bloque de igualdad y participación pública, se insta a fomentarlas, a permitir el derecho a voto de las personas migrantes con residencia en el país y a las personas de 16 y 17 años; y a acabar con la inequidad educativa y los problemas estructurales que lastran la vida de la gente común. “La discriminación étnico-racial, la brecha de género, la exclusión del colectivo LGTBIQ+ y los desafíos en la regularización de personas migrantes representan barreras significativas para alcanzar un Estado del Bienestar verdaderamente inclusivo y equitativo”, se mantiene en el documento, consultado por infoLibre.
Para los artífices de esta iniciativa, la desigualdad no sólo afecta a la estabilidad económica y social, además “socava los principios fundamentales de igualdad de oportunidades y de justicia social”, por lo que sugieren la implementación de una renta básica “que garantice la existencia material de toda la ciudadanía” y que se financie “a través de una reforma fiscal progresiva que beneficie a la gran mayoría social”.
Proyecto abierto que aspira al largo recorrido
“Este proyecto une a muchas personas que se han puesto de acuerdo en torno a esos temas fundamentales. Todos comparten la idea general de que tenemos derecho a vivir mejor. Hemos buscado dónde están las voces más legitimadas del mundo activista, político o académico para trabajar estos asuntos y hemos contactado con ellos para que aportaran su saber colectivo”, sintetiza Muelas. Y engarza rápido. “Pero es un proyecto abierto, que queremos que suscite una conversación pública sobre el derecho al buen vivir, a tener una vida plena y con nuevos derechos. Es un proyecto que aspira a ser el inicio de ese futuro del bienestar que nos merecemos y confiamos en que tenga un largo recorrido”, asevera.
De momento, presentarán el Manifiesto del Bienestar este miércoles 8 de mayo en un acto en el que se prevé la presencia de la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, en el Espacio Ecooo de Madrid.
Sumergirse en la resignación no es una opción para ellos. Los miembros del think tank Ideas en Guerra creen que es “profundamente antidemocráctico” que haya un número creciente de personas sin esperanza en el futuro y han pasado a la acción. Forman parte de una juventud crítica, heredera del movimiento 15M que zarandeó el tablero político nacional hace 13 años. Son investigadores, estudiantes y graduados en Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales, Periodismo, Sociología o Derecho; y provenientes de diferentes militancias, culturas políticas y preferencias partidistas, pero que comparten una mirada común y han decidido apostar por un proyecto: dar forma a un Manifiesto por el Bienestar. “Somos un think tank de carácter progresista, laborista y verde. Un espacio multidisciplinar que combina el estudio en torno a distintas áreas de trabajo con la acción práctica y nuestro objetivo fundamental es construir un relato alternativo que promueva nuevas oportunidades en favor del cambio social”, explica a infoLibre Ángel Muelas, codirector de Ideas en Guerra.