LA CRISIS DEL CORONAVIRUS
La onda expansiva del ERE del Santander hace temblar a los teleoperadores y administrativos subcontratados de Konecta
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El Banco Santander firmó el pasado diciembre su quinto ERE en siete años, que supondrá el despido de 3.572 trabajadores pero también el traslado de 1.500 a otras sociedades del grupo: 400 a Santander Personal, 450 a Santander Customer Voice y 650 a Santander Tecnología y Operaciones. A fecha de 19 de marzo, ya han dejado el banco 1.823 personas y están casi completados los traslados: sólo faltan 53 a Santander Personal y 89 a Santander Tecnología y Operaciones. Los de Customer Voice ya se han aplicado. Estas tres filiales se dedican a la atención digital y telefónica de clientes, así como a tareas de back office, de apoyo administrativo.
Lo que se antoja una buena noticia para los empleados del Santander, el traslado en lugar del despido, se convirtió sin embargo en una pesadilla para los trabajadores de otras dos empresas, ambas del grupo Konecta y ambas subcontratadas por el banco de Ana Patricia Botín desde hace 21 añossubcontratadas . El pasado mes de marzo la empresa les anunció dos despidos colectivos, uno en Konecta BTO para 335 empleados y otro en Konecta SAT para 350. La primera se dedica al telemárketing, la segunda a tareas de back office. Konecta no aducía causas económicas, sino organizativas y de producción: el Santander ha cancelado “anticipadamente” los contratos que mantenía con ambas empresas porque, a partir de abril, esos servicios los van a prestar los 1.500 trabajadores salvados del ERE. Así lo explica Konecta en el informe técnico facilitado a los sindicatos y al que ha tenido acceso infoLibre. “El Grupo Santander ha decidido internalizar total o parcialmente algunos de los servicios que presta la compañía [Konecta], con el objetivo de reducir costes y mitigar el número de despidos, entre otras razones”, precisa el documento tras explicar en detalle los despidos y reubicaciones del ERE en la entidad financiera. Ese cambio de dirección del banco, añade el informe, tiene un “impacto” sobre la plantilla de Konecta. Un golpe de 700 empleos en una plantilla que supera los 15.500 trabajadores en toda España. Y muy duro para Konecta SAT, cuyo casi único cliente, de hecho, es el Santander.
Es más, el vínculo entre Konecta y el banco de Botín ha sido prolongado y más que estrecho. La empresa fue fundada en 1999 por su actual presidente, José María Pacheco, entonces empleado de Hispamer, la financiera del Santander; por el propio banco, que aportó el 40% del capital, y por Liberty Seguros, que puso un 10%. En 2015 el fondo de inversión Pai Partners adquirió un 40% de Konecta, que vendió cuatro años después en la misma operación en que el Santander se deshizo de la suya y otro fondo, el británico ICG, adquirió el 49,9% de las acciones. El resto se encuentra ahora en manos del fundador y su equipo directivo. En 2002, el Santander representaba el 80% del negocio de Konecta. En 2009, su dependencia alcanzaba el 20%, según reconocía el propio Pacheco en una entrevista al Diario de Sevilla. En el caso de Konecta SAT, el Santander suponía hasta ahora el 92,4% de su negocio, de acuerdo con la cifra que figura en el citado informe técnico del ERE.
Pero la conexión va más allá de lo mercantil. Ya en 2013 un grupo de 300 trabajadores del banco fue subrogado a Konecta SAT, donde conservaron sus sueldos y condiciones laborales, establecidos en el convenio de banca y superiores a los de la plantilla de la empresa, que se rige por el convenio de oficinas y despachos.
Hace dos años, además, se instaló en Konecta SAT una aplicación informática “con logo del banco, al que se accede con usuarios del banco y que recoge información sobre los tiempos y tareas” que realiza cada trabajador, explica a este periódico un portavoz de la sección sindical de CGT en la empresa. La Inspección de Trabajo ha abierto un expediente tras recibir una denuncia de este sindicato, ante la sospecha de que esa información se envía no sólo a los responsables de Konecta sino también a los del Santander.
ERTE de tres meses y recolocaciones
Los sindicatos no llevaban más que un par de semanas negociando las condiciones de los despidos, cuando el guion dio un giro inesperado. La empresa anunció que retiraba el ERE y lo convertía en un ERTE, primero en Konecta BTO y después en Konecta SAT. Nada que ver con la pandemia, en su caso. La primera ha conseguido nuevos contratos, con Másmóvil y el Banco Sabadell, y necesita personal para cumplirlos, según explican fuentes de CCOO a este periódico. Los teleoperadores de BTO son también quienes responden a los clientes de Openbank –del Grupo Santander–, Iberdrola, el Autoclub Mutua o a los usuarios de la Tesorería General de la Seguridad Social, por ejemplo. Este mismo mes han empezado también a encargarse de la atención al contribuyente para la campaña del IRPF. El ERTE, que se prolongará por un plazo máximo de tres meses, incluirá no sólo a los 335 inicialmente amenazados de despido en Konecta BTO, sino también a otros 140 de la pasarela de pago con tarjeta Redsys que tienen contratos por obra y servicio y se iban a quedar en la calle en marzo. La empresa completará las prestaciones a los trabajadores en ERTE hasta un 87,5% durante el primer mes y medio y el hasta el 100% el resto del tiempo.
Por lo que respecta a Konecta SAT, la filial dedicada a tareas de apoyo administrativo, unos 60 trabajadores permanecerán en la empresa realizando todo tipo de tareas para el Santander si el banco acepta la propuesta en este sentido que le ha hecho Konecta. El resto podrá decidir si pasa a Konecta BTO, la filial de telemárketing, o si, mediante un contrato intercompañía, siguen en SAT pero prestan servicio a su empresa hermana. Tanto CCOO como CGT aseguran que el acuerdo garantiza el mantenimiento de las condiciones salariales de los que cambien de empresa, una cuestión delicada porque BTO aplica el convenio de telemárketing y SAT, el de oficinas y despachos.
Por su parte, fuentes de Konecta se limitan a admitir a infoLibre que se van a producir “cambios en la relación de la empresa con el Santander”, con el que mantiene un “partenariado, una alianza a largo plazo”. Esos cambios han originado, añaden, la apertura de un “proceso de diálogo” con los trabajadores cuyo objetivo prioritario era “mantener el empleo”. “Hemos puesto en marcha fórmulas para atender las demandas y los servicios, pero no había nada preconcebido sobre un ERE o un ERTE”. Y ahora está buscando “recolocaciones” para los afectados por esos “cambios de relación” con el Banco Santander.
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838 millones de facturación, 4.700 horas extras
El grupo Konecta presume de haber facturado 838 millones de euros en 2019 y de contar con centros de trabajo repartidos en nueve países, 19 de ellos en España. Konecta BTO tuvo entonces unos beneficios de nueve millones, mientras que SAT entró en pérdidas ese año, de acuerdo con los datos facilitados por fuentes sindicales Aún no ha hecho públicos sus resultados de 2020. Cuando se les presentaron los dos ERE, los sindicatos replicaban que no existía causa para despedir cuando en los tres primeros del año y sólo en BTO se habían firmado 300 nuevos contratos, además de otros 1.400 en 2020, además de realizarse 4.700 horas extras, 8.300 horas complementarias y 18.000 horas ampliadas a trabajadores con jornada parcial.
El Santander no es la única empresa que ha optado por recuperar procesos que había externalizado. A la fiebre del outsourcing de hace unos años le ha sucedido la tendencia al repliegue. Telefónica u Orange recuperaron hace ya tiempo sus servicios de atención al cliente. Otros gigantes como General Motors, Bank of America, Visa o American Express también han optado por la gestión directa e internalizado sus servicios informáticos.