El salario mínimo ha subido desde 2012 la mitad que los sueldos pactados en convenio

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El Gobierno subirá este martes un 1%, seis euros y 48 céntimos al mes, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2016, el mayor aumento de una legislatura en que lo congeló dos años –2012 y 2014–. De hecho, Mariano Rajoy es el presidente que menos ha subido el SMI desde 1980, cuando se estableció su revisión anual en el Estatuto de los Trabajadores: sólo un 2,1% si se incluye el alza del próximo año. Una cicatería que resulta más palpable aún si se compara con la subida media de los sueldos pactados en convenio durante una crisis marcada por la devaluación salarial. Desde 2012, empresas y sindicatos han acordado un aumento acumulado del 4,34%. Es decir, el salario mínimo ha crecido menos de la mitad que unos sueldos sujetos a un corsé marcado por el acuerdo de contención firmado por patronal y sindicatos, y empujados a la baja por una oferta de mano de obra compuesta de más de cuatro millones de parados en busca de empleo.

Las subidas salariales pactadas en los convenios se han atenido estos últimos cuatro años a los límites que se marcaron la CEOE y las centrales sindicales en el penúltimo acuerdo de negociación colectiva. Han sido los menores aumentos al menos desde 2000, último año en que ofrece datos al respecto el Ministerio de Empleo. Pues bien, el alza del salario mínimo ha sido aún más exiguo. Sólo un 0,6% en 2013 –tres euros y 90 céntimos al mes–, y un 0,5% este año –tres euros y 30 céntimos–. En 2012 y 2014 fue congelado.

Para el año próximo, el nuevo acuerdo de negociación colectiva firmado el pasado mes de junio, establece para 2016 una subida salarial máxima del 1,5%, medio punto más que el aumento decidido por el Gobierno para el SMI. Continuará, por tanto, la tónica de los cuatro años anteriores. También la misma dirección que ya siguió el Gobierno de José María Aznar, que subió el SMI un 2% anual desde 2000 a 2004, por debajo del alza pactado en convenio, nunca inferior al 3% en aquella época.

Por el contrario, desde ese año y hasta 2010, los aumentos del salario mínimo fueron siempre superiores a los sueldos pactados en las empresas y los sectores; en 2004 incluso subió el doble –un 6,6%–.

“Agresión a los asalariados con menos ingresos”

CCOO y UGT han enviado por carta a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, su “más absoluto rechazo” a una subida del SMI que consideran una “agresión a las personas asalariadas con menos ingresos” y tachan de “burla inaceptable”. En España, explican, 250.000 personas cobran un salario igual o inferior al SMI. Al año, 8.300 euros netos, recuerdan los sindicatos, sólo un poco por encima de los 7.961 euros en que se ha establecido el umbral de la pobreza según la Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, el SMI es la referencia que sirve para fijar las retribuciones en los sectores más precarizados y en los contratos a tiempo parcial. También se utiliza para actualizar las bases mínimas de cotización a la Seguridad Social. Es decir, determina la cuantía de las pensiones de jubilación de muchos de trabajadores con sueldos bajos.

Finalmente, el IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), que sirve de referencia para conceder becas, subsidios por desempleo u otro tipo de ayudas, ya quedó congelado en los Presupuestos del Estado para 2016. Por sexto año consecutivo se mantiene en 532,51 euros. Este indicador nació en 2004 precisamente para desligar las prestaciones y ayudas del SMI.

Desde 2000 el salario mínimo español ha subido un 54,2%. Aun así, los 655,08 euros mensuales en que se situará el próximo año continúan dejándolo en la cola de Europa, sólo por delante de Portugal y Grecia. Y muy lejos de los 1.425 euros de Francia, los 1.461 euros e Irlanda o los 1.801 euros de Luxemburgo, el mayor de la UE.

Para los sindicatos, el SMI es uno de los “instrumentos principales para combatir la pobreza laboral y la desigualdad laboral”, porque protege a “los asalariados con empleos más precarios y, por tanto, con mayores dificultades para negociar sus condiciones de trabajo”. De ahí que UGT y CCOO reprochen al Gobierno que haga campaña con la recuperación y el cambio de ciclo económico al mismo tiempo que “agrede a los más débiles en lo que es una contradicción absoluta con su discurso de salida de la crisis”.

UGT y CCOO pidieron una subida del 11%

Los sindicatos aseguran que el salario mínimo ha perdido cuatro puntos de poder adquisitivo desde 2010, tomando como referencia el IPC medio de cada ejercicio. Y si no ha sido mayor la caída se debe a la baja inflación –el 0,3% en 2013–, incluso con cifras negativas –-1% en 2014 y -0,3 hasta noviembre este año–. Las previsiones de inflación para 2016 van del 0,8% –Banco de España y Funcas– al 1,1% del Gobierno.

Por eso, UGT y CCOO pidieron al Ministerio de Empleo que subiera el SMI un 11% en 2016 y otro tanto en 2017, de forma que ese año alcanzara los 800 euros800 euros mensuales. A partir de ese año, apuntan, el salario mínimo debería aumentarse en función del salario medio y el salario mínimo en Europa, además del salario medio en España. El objetivo es poner el SMI nacional en el 60% del salario medio, tal y como recomienda la Carta Social Europea. Unos 1.121 euros al mes.

De hecho, el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores establece que el SMI debe revisarse cada año teniendo en cuenta el IPC, la productividad media nacional, el aumento de la participación del trabajo en la renta nacional y la coyuntura económica general. Sin embargo, UGT y CCOO denuncian que el Gobierno ha incumplido ese mandato, al igual que el que le obliga a consultar la subida del SMI con los agentes sociales. Aseguran que Empleo no ha contestado a sus dos cartas de 2 noviembre y 11 de diciembre, y el pasado día 23 les comunicó “una decisión que ya tenía tomada” sin diálogo ni reunión alguna. Por eso, los sindicatos piden la reforma del artículo 27 el Estatuto de los Trabajadores, para cambiar los criterios con que se calcula la subida anual del SMI y advierten de que denunciarán al Gobierno ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por “vulnerar los derechos laborales”.

Los salarios perderían hasta 1,3 puntos de poder adquisitivo con las subidas propuestas por la CEOE

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La CEOE, de acuerdo con el Gobierno

Por el contrario, la CEOE califica de “correcta” la subida del 1% del salario mínimo, pues la sitúa “dentro de los parámetros” del último acuerdo de negociación colectiva, informa Europa Press. Más firme sobre este asunto se ha manifestado siempre el Círculo de Empresarios. Su nuevo presidente, Javier Vega de Seoane, alertó el pasado noviembre de que subir el salario mínimo supondría un aumento del desempleo porque “las empresas no contratarían tanto” como con el actual. Al tiempo, quiso dulcificar las declaraciones de su predecesora, Mónica de Oriol, sobre el salario mínimo que los empresarios se ven obligados a pagar a jóvenes sin formación “aunque no valgan nada”. Vega de Seoane precisó que no quiere bajar el SMI, sino crear un salario mínimo específico para parados sin formación: parte de ese sueldo se les pagaría “en especie”, en esa formación que les falta. También el Banco de España ha sugerido que el SMI debería suprimirse porque limita las posibilidades de contratación de los trabajadores con menores niveles de empleabilidad.

Son los mismos argumentos con los que determinados sectores han combatido en Estados Unidos y Alemania la instauración de suelos de salarios. Hasta el momento, sin éxito: Angela Merkel implantó un salario mínimo federal en 2014 de ocho euros y medio la hora, mientras en Washington DC y California se han aprobado subidas progresivas en los dos últimos años para los sectores con sueldos más bajos.

El Gobierno subirá este martes un 1%, seis euros y 48 céntimos al mes, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2016, el mayor aumento de una legislatura en que lo congeló dos años –2012 y 2014–. De hecho, Mariano Rajoy es el presidente que menos ha subido el SMI desde 1980, cuando se estableció su revisión anual en el Estatuto de los Trabajadores: sólo un 2,1% si se incluye el alza del próximo año. Una cicatería que resulta más palpable aún si se compara con la subida media de los sueldos pactados en convenio durante una crisis marcada por la devaluación salarial. Desde 2012, empresas y sindicatos han acordado un aumento acumulado del 4,34%. Es decir, el salario mínimo ha crecido menos de la mitad que unos sueldos sujetos a un corsé marcado por el acuerdo de contención firmado por patronal y sindicatos, y empujados a la baja por una oferta de mano de obra compuesta de más de cuatro millones de parados en busca de empleo.

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