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El 25N reivindica la igualdad frente al negacionismo que Vox ha instalado en las instituciones

Manifestación del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, convocada por el Foro de Madrid Contra la Violencia a las Mujeres.

Dos municipios toledanos, Quintanar de la Orden y Torrijos, retiraron la palabra "mujer" de su cartelería dedicada a este 25N, día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En el primero rectificaron, pero en el segundo no. "Contra la violencia", reza su pancarta para ese día. Las que habrá en Guadalajara, por su parte, no se quedan atrás. En su caso, lo que han borrado es el color morado, el que tradicionalmente se asocia al movimiento feminista, que ha sido sustituido por el naranja. La elección no es casual. Según denunció la Red Feminista de la ciudad, este color hace referencia "a la violencia intrafamiliar". La lista de ejemplos de invisibilización de la violencia de género podría continuar. Y hay una clara responsable: la extrema derecha. La llegada de Vox a las instituciones ha supuesto trasladar el negacionismo de la violencia machista de su ideología a las políticas. Y lo han hecho no en pocos lugares. Más de cara a este día marcado en rojo por la lucha feminista.

Aun así, empezaron hace tiempo. En 2019, el Ayuntamiento de Madrid rompió un consenso que había sido incontestable para la institución, tuviera el color que tuviera, desde el año 2005. En aquel momento lo formaban dos, el azul y el naranja, y otro que los condicionaba desde fuera, el verde. Entonces, y por primera vez en catorce años, ni el pleno municipal ni el Parlamento autonómico tuvieron una declaración institucional contra la violencia machista con motivo del 25N. Vox lo impidió, no permitiendo la unanimidad necesaria para aprobar los textos. Los de extrema derecha lo hicieron entonces también en Córdoba y en Castellón. Y así sembraron la semilla que ahora, cuatro años después y con más poder local y autonómico, ya ha terminado de germinar. Este año —cuando precisamente Más Madrid, PSOE y Voxse unieron para denunciar que el PP les dejó fuera del acto oficial—, los de extrema derecha han vuelto a separarse de la pancarta oficial del Consistorio para portar otra en apoyo a "todas las víctimas de violencia". Y no ha llamado la atención.

En total, los de Abascal tienen responsabilidades de gobierno en 140 ayuntamientos de los casi 1.000 en los que lograron representación el pasado 28 de mayo, entre ellos cinco capitales de provincia: Valladolid, Burgos, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real, que gobierna con el PP. A nivel autonómico, ambas formaciones comparten ejecutivo en otras cinco autonomías: Aragón, Castilla y León, Extremadura, Comunitat Valenciana y Murcia. Además, en tres de ellas los ultras ostentan la presidencia del Parlamento (en Aragón, en Castilla y León y en la Comunitat Valenciana), que también controlan en Baleares.

El propio 29 de mayo las feministas empezaron a dar la voz de alarma: las políticas de igualdad comenzaban a estar más en peligro que nunca. "Al final se han cumplido nuestros peores presagios", lamenta desde el otro lado del teléfono Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas. Era "previsible", dice, que de cara a este 25N se hiciera todavía más patente. La dirección nacional de Vox, de hecho, ya ha ordenado a sus concejales boicotear los actos que se preparen para ese día, según publicó elDiario.es. "En algunos municipios en los que estamos en la oposición se están organizando actos que consisten en la lectura de un manifiesto o una declaración institucional. En general, estos actos asumen el discurso de la ideología de género, contra el que está Vox", ha explicado el partido en un comunicado enviado a sus ediles.

"La verdad es que no ha sido ninguna sorpresa", continúa Besteiro. Ha habido ya demasiado bagaje en todos estos meses. Desde mayo hasta ahora, Vox, con la complicidad —o pasividad— del PP, ha podido llevar a cabo la eliminación de concejalías de Igualdad en Orihuela, la sustitución de los puntos violeta de las fiestas de Guadalajara por 'puntos de seguridad' para "todos" y la supresión del término "violencia machista" de las pancartas oficiales en Les Corts de la Generalitat Valenciana. Y eso son sólo algunos ejemplos.

"La prioridad de Vox, allá a donde va, es esta. Lo que hay que lamentar es que además el PP, que dice que está implicado en la lucha contra la violencia de género, se convierta en cómplice", critica Besteiro. "Es muy preocupante que un partido que ha firmado el pacto de Estado contra la violencia de género se deje arrastrar por un partido negacionista. Eso que están haciendo hay que apuntarlo, para así no olvidarlo", añade la directora de Feminicidio.net, Graciela Atienzo.

El bloqueo de las condenas unitarias a la violencia machista

Lo que antes era la norma, este año parecerá una excepción: las declaraciones institucionales que, al menos por un día, ponían de acuerdo a los arcos parlamentarios autonómicos y municipales, ya no serán tan frecuentes. En Madrid, donde ni siquiera Vox tiene mano en el Ayuntamiento, todavía no se sabe si ocurrirá lo mismo que el año pasado, cuando los ultras bloquearon el texto. Preguntado por este periódico, el Consistorio aclara si se aprobará o no de cara a este sábado. Ni si habrá un minuto de silencio como los que, de manera no poco frecuente, boicotea Vox.

Vayamos a los municipios donde hay coalición entre la derecha y ultraderecha. En el Ayuntamiento de Valladolid, igual que se ha hecho en años anteriores, se leerá la declaración oficial de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), un acto al que los de Abascal nunca asisten. La previsión es que ahora, por primera vez como parte del Ejecutivo, tampoco lo hagan.

En Guadalajara, además de la polémica que ha rodeado su cartelería, todavía no se sabe si habrá o no una declaración. El PSOE ha elaborado una moción que ha enviado a PP y Vox con el objetivo de que se apruebe como manifiesto conjunto. Lo registraron el pasado 30 de octubre y desde entonces, denuncia la formación, no han recibido respuesta.

También han sido los socialistas, en este caso los de Toledo, los que han plantado cara a los "ataques a la igualdad" y al "retroceso" que la derecha y la ultraderecha ya han extendido en el municipio. Tanto es así, que la formación no acudirá a la manifestación oficial, sino a la convocada por la Plataforma 8M. "Este Grupo va a defender como siempre ha hecho la lucha y las medidas en contra de la violencia machista, pero esta vez nos vemos obligados a no estar en la manifestación del Consejo", señaló la portavoz del grupo municipal, Noelia de la Cruz.

En Ciudad Real, los de extrema derecha trataron de eliminar, igual que en Orihuela, la Concejalía de Igualdad, pero el PP bloqueó la medida desmarcándose de sus socios de gobierno. Lo mismo que han hecho en Burgos, donde los conservadores han pactado con el PSOE una proposición conjunta a modo de declaración, un movimiento frente al que Vox se ha defendido presentando la suya propia.

¿Y qué defienden en ella? Pocas cosas destinadas a erradicar la lucha contra las mujeres. Lo que plantean, por ejemplo, es "poner especial atención al sistema de protección de las menores tuteladas", garantizar una inmigración "controlada y ordenada" o la "inmediata" derogación de la Ley de Violencia de Género, la ley trans y la ley del sólo sí es sí.

A nivel autonómico, este será el primer año en el que el parlamento de Extremadura no condene de manera unitaria la violencia contra las mujeres. El texto propuesto contaba con la firma de PP, PSOE y Unidas por Extremadura, pero los ultras consideraban que tenía demasiados términos "ideológicos". "Quiero dejarlo claro y repetir que este partido, que este grupo parlamentario, que el gobierno que encabeza María Guardiola van a proteger siempre a las mujeres, a sus derechos y que van a garantizar que no sea ninguno de ellos vulnerado de ninguna manera", aseguró el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, José Ángel Sánchez Juliá.

Tampoco habrá condena unánime en Aragón, donde cada grupo municipal ha aprobado su propia declaración. Allí, la presidenta de las Cortes, Marta Fernández (Vox), aseguró que "la violencia de género no existe".

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"Este año las comunidades responderán de manera desigual al bloqueo de la ultraderecha a la conmemoración del 25N, lo que supone una ruptura del consenso que había hasta ahora. Somos conscientes de ello y nos preocupa, pero ponemos el foco en lo que hay más allá de esta fecha". Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, sitúa en el centro de la diana "en lo que no se ve pero existe". Y lo ejemplifica de manera muy gráfica: "Si en algo tan simbólico como el 25N se ve tan claramente el negacionismo, qué no será lo que pase en las políticas de prevención que necesitan un compromiso que debe estar activo todos los días".

Porque no es sólo no hacer una condena, no participar un acto, retirar una bandera o tergiversar los términos. Va mucho más allá. "Esto es negación de la violencia machista, y es muy peligroso", señala Atienzo. Los motivos los explica Besteiro. "Un discurso que condene la violencia de género y apoye a las víctimas es imprescindible para erradicar la violencia contra las mujeres. Sin mensaje unánime, los maltratadores refuerzan su sensación de impunidad", lamenta. "Por el lado contrario, las víctimas no se sienten apoyadas ni con confianza para poner fin a su situación de maltrato", continúa.

Pero es que además se traslada un mensaje a la ciudadanía que dificulta la lucha contra este tipo de violencia. "Si no se condena, se normaliza y nadie exige su fin", dice la experta. El mejor ejemplo está en los más jóvenes. "Estamos viviendo un proceso de rearme patriarcal, y es global. Todos los indicadores están en auge porque la masculinidad actual no acepta la igualdad, y se está revelando. Por eso hay un porcentaje muy alto de jóvenes que niegan la violencia machista", señala por su parte Atienzo. Según una encuesta de la Fundación FAD Juventud, uno de cada cuatro hombres de entre 15 y 29 años considera que la violencia de género "no existe" o es un "invento ideológico".

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