Francia

Un centenar de heridos y más de 250 detenidos en las protestas de los "chalecos amarillos"

Manifestantes en París en una nueva jornada de protestas contra la subida de los precios de los carburantes.

infoLibre

Al menos 110 personas han resultado heridas y 270 personas han sido arrestadas en París durante las violentas protestas que han sacudido la capital francesa en el día más conflictivo desde el inicio de las protestas del colectivo de los chalecos amarillos, en el que "grupos de alborotadores" infiltrados entre los manifestantes legítimos, según el Ministerio del Interior francés, han quemado vehículos y negocios, y forzado enfrentamientos contra la Policía, según informa Europa Press.

Entre los heridos hay 17 policías, según la Policía de París y el primer ministro francés, Edouard Philippe. "Estamos comprometidos con el diálogo, pero también con el respeto a la ley. Estoy francamente sorprendido por estos ataques a los símbolos de Francia", ha declarado.

El Ministerio del Interior ha responsabilizado a "grupos violentos" de los incidentes y ha asegurado que el Gobierno está "en proceso de restaurar el orden". El secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, ha señalado en concerto a "personas con casco, armados y hostiles a la Policía, a nuestras instituciones, a los símbolos de la República". También la ministra de Sanidad, Agnes Buzyn, ha condenado esta violencia. "Me gustaría escuchar a los chalecos amarillos decir que la manifestación ha sido secuestrada por grupos extremistas y que no pueden aceptarlo", ha afirmado en la televisión BFM. Buzyn ha instado a los manifestantes a organizarse para poder abrir un diálogo.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo ha declarado "una profunda indignación y una gran tristeza por la violencia en el corazón de París". "Son actos inaceptables", ha hecho saber Hidalgo en Twitter. "Nuestro país se enfrenta a una gran crisis. Solo se puede resolver a través del diálogo. Debemos encontrar esta manera tan pronto como sea posible", ha agregado. Otros cargos públicos han sido más alarmistas, como la concejala del octavo distrito de París, Jeanne d'Hauteserre, quien ha denunciado un "estado de insurrección". "Nunca había visto algo así", ha señalado.

A primera hora de la mañana de este sábado, en torno a 5.500 personas comenzaron a rodear el control de seguridad establecido en torno a los Campos Elíseos de París, en el prolegómeno de diversas marchas que han congregado, por tercer fin de semana consecutivo, a más de 30.000 personas en diversos puntos de Francia para protestar por la subida de los carburantes impuesta por el Gobierno francés como parte de su plan futuro de eficiencia energética.

Los enfrentamientos comenzaron en torno a las 09.30 cuando los manifestantes saltaron los controles y se congregaron en la plaza Charles de Gaulle, que rodea el Arco del Triunfo, para cantar el himno francés, La Marsellesa, y exigir la dimisión del presidente del Gobierno, Emmanuel Macron. La Policía ha usado gases lacrimógenos y cañones de agua, tras saltarse los controles de seguridad de la plaza Charles de Gaulle. Los manifestantes, a su vez, les han lanzado botes de pintura amarilla.

Los disturbios han llevado a la evacuación de las conocidas galerías comerciales Lafayette, así como una perfumería de Chanel, en el bulevar Haussman, uno de los núcleos turísticos de la capital, donde se han producido varios saqueos. Casi una decena de vehículos están incendiados en la avenida Kléber. Varios edificios han sido incendiados durante los disturbios y hay graves daños al mobiliario urbano como marquesinas de autobús o señales de tráfico. Además se han levantado barricadas y dos sindicatos policiales denuncian la sustracción de un fusil de asalto G-36 de un vehículo policial en el centro de la ciudad. En cuanto a la red de Metro, la televisión BFM TV informa de al menos 19 estaciones cerradas, incluidas Etoile, Campos Elíseos, Ópera y Bastilla.

Fuera de París, el aeropuerto de Nantes, en el oeste de Francia, tuvo que cerrar brevemente después de que los manifestantes llegaron a la pista y se produjeran enfrentamientos con la Policía en el centro de la ciudad. En Tarbes, en el sudoeste de Francia, y Le Puy-en-Velay, en el centro del país, los manifestaciones llegaron a asediar comisarías de Policía. También se produjeron violentos enfrentamientos en Charleville Mézières, en el noreste.

La violencia de las manifestaciones de este sábado ha llevado incluso a algunos representantes del movimiento a condenar el comportamiento de los asistentes. "¿Qué mensaje queremos transmitir los chalecos amarillos hoy? ¿Que prendamos fuego a Francia o encontramos soluciones? Esta violencia es absurda", ha declarado a la televisión BFM Jacline Mouraud, una destacada activista dentro del movimiento.

La oposición culpa al Gobierno de Macron

Mientras, la oposición ha responsabilizado al Gobierno del presidente Macron de la situación, como la líder de la ultraderechista Unión Nacional, Marine Le Pen, quien ha denunciado que Macron ha permitido una escalada y ha emplazado al presidente a recibir a los dirigentes de los partidos de la oposición a su vuelta de Buenos Aires.

El partido conservador Los Republicanos ha insistido en la necesidad de un referéndum sobre la subida de los combustibles, causa desencadenante de las protestas. "Condeno enérgicamente esta espiral de violencia en la que han colocado al país el presidente de la República y el del Gobierno (...) por su falta de escucha, ha apuntado el presidente de Los Republicanos, Laurent Wauquiez.

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El líder de Debout France, Nicolas Dupont-Aignan, ha acusado al Gobierno de "desacreditar sistemáticamente a un movimiento popular" permitiendo estos disturbios. "El gobierno ha organizado la violencia todos los sábados. Sería suficiente con evitar que los alborotadores llegaran a los Campos Elíseos", ha argumentado, al tiempo que ha pedido la dimisión del ministro del Interior, Christophe Castaner, al que ha calificado de "incapaz" y "manipulador".

El líder de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, ha criticado al Gobierno por "jugar con el miedo". "El Gobierno quiere un incidente serio para jugar con el miedo", ha señalado mientras criticaba la "increíble persecución a los manifestantes pacíficos el la plaza de la Estrella".

 

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