Libertad de prensa
Los crímenes contra 14 de las 18 mujeres periodistas asesinadas desde 2017 siguen impunes
Dieciocho mujeres periodistas fueron asesinadas a lo largo de 2017 y en lo que va de 2018 en distintos países del mundo. Ser mujer y periodista puede ser una combinación letal si sus investigaciones se enfrentan al poder establecido, sobre todo, cuando este no teme usar toda la fuerza para silenciarlas.
En 2017, Reporteros Sin Fronteras contabilizó 326 periodistas encarcelados, dos desaparecidos, 54 secuestrados y 65 asesinados, según su Balance anual. De los informadores asesinados, 39 lo fueron deliberadamente porque sus trabajos de investigación entraban en conflicto con otros intereses, y los otros 26 fueron asesinados mientras hacían su trabajo. De ellos, el 15 % eran mujeres. En lo que va de 2018, la cifra de informadores muertos violentamente fue de 90, de los que siete son mujeres, según el nuevo Observatorio de periodistas asesinados de la Unesco.
Ser mujer y periodista
Malena Mangas, portavoz de Reporteros sin Fronteras, está convencida de que "la mujer periodista está sometida a un doble riesgo”, especialmente en “Oriente Medio, América Latina, África…”. Muchas de ellas han muerto asesinadas a raíz de una doble persecución: por ser mujeres y por informar. Reporteras freelance, fotoperiodistas, editoras, documentalistas, activistas y colaboradoras de los medios, periodistas de investigación para prensa, radio o televisión escogieron prestar su voz a causas con las que evidenciar los abusos del poder. La representante de RSF destaca el “increíble entusiasmo” con el que las mujeres se han incorporado al periodismo e insiste en que “hacer temas de periodismo ambiental” es casi tan peligroso como informar sobre temas desde un enfoque feminista, ya que implica “poner en tela de juicio la legalidad, la política o la religión”.
En 2018, siete de los 90 periodistas que murieron asesinados eran mujeres.
Rebecca Smith y Wendi WintersRebecca Smith y Wendi Winters
No es lo mismo que exista un clima de respeto por la prensa, su trabajo y los periodistas, a que el desprestigio y el desprecio venga del poder, como corre en estos momentos en los EEUU. Uno de los asesinatos de periodistas que mayor impacto ha tenido en el 2018, explica la periodista de RSF, “es bastante indicativo de la corriente de odio que hoy por hoy está legitimando el mismísimo presidente de los EEUU contra la prensa y los periodistas”. Fue el caso de Jarrod Ramos, que protagonizó una matanza de cinco periodistas de la redacción de Capital Gazette, en Maryland. Años atrás, el diario había publicado informaciones sobre él por protagonizar un caso de acoso onlineonline a una joven, a las que respondió demandando al medio por difamación. La sentencia, que se puso de parte del diario, empujó al hombre a amenazar insistentemente a los miembros de la redacción hasta que se tomó la justicia por su mano en el pasado mes de junio. Se dirigió al periódico y asesinó a tiros a cinco periodistas: Rebecca Smith, Wendi Winters, Robert Hiaasen, Gerald Fischman, John McNamara. Jarrod Ramos fue detenido.
Alicia Díaz González yPamela Montenegro
A lo largo del 2018, en México murieron dos periodistas mujeres: Alicia Díaz González y Pamela Montenegro. En RSF se tiene constancia desde hace muchísimos años de que "los periodistas mexicanos están en medio de todos los fuegos”, y de que “buena parte de los informadores asesinados lo son a causa de sus escritos, pues normalmente reciben amenazas de muerte” a pesar de todos los mecanismos con que cuenta el país para protegerles. El hijo de Alicia Díaz González encontró muerta a su madre en su propia casa. Ella trabajaba para El Norte, La Moneda y El Financiero y normalmente escribía sobre corrupción de fondos públicos e información económica. La periodista y youtuber Pamela Montenegro, conocida como La Nana Pelucas, fundó su propia revista impresa y canal con El Sillón TV, donde entrevistaba a candidatos a la política local y hacía monólogos paródicos sobre el crimen organizado. La mataron dos hombres a tiros en un restaurante de Acapulco. Los responsables siguen impunes.
Victoria Marinova
Un caso que conmocionó a Europa este año fue el asesinato de la periodista búlgara Victoria Marinova, ocurrido el 6 de octubre. Era directora y presentadora del programa Detector en la cadena de televisión privada TVN. El último trabajo de Marinova fue informar de una investigación sobre un caso de corrupción entre políticos y empresarios llevada a cabo por los periodistas del portal de noticias Bivol.bg. Fue brutalmente violada y asesinada.
Aunque las autoridades desvincularon el crimen de su trabajo profesional, RSF asegura que el de Marinova fue “el tercero que se produce en un año en suelo europeo en relación al periodismo de investigación. Su violador y asesino, Severin Krasimov, fue detenido el pasado mes de octubre en Alemania y las autoridades búlgaras han pedido su extradición tras admitir el crimen. En la Clasificación de Libertad de Prensa, Bulgaria es el país europeo con peor puntuación: ocupa el puesto 111 de 180.
Maharam Darani
El año ha estado, sin embargo, marcado por el asesinato de ocho periodistas en un doble atentado bomba en un puesto de control en una calle de Kabul, Afganistán. Los talibanes lanzaron una primera bomba que mató a varios civiles y esperaron a que llegaran los periodistas para arrojar la segunda. Fue esta segunda acción la que mató a informadores de ToloNews, Radio Azadai, AFP y Mashal TV. Otros periodistas de medios como Al Jazeera, Reuters, Nedal Aghah o Mivand resultaron heridos. Entre todos ellos se encontraba la periodista Maharam Darani, que trabajaba para Radio Free Europe. Malena Mangas califica el ataque de un “atentado claramente dirigido contra los periodistas” que cubrían los conflictos armados en la zona.
Karla Turcios
La periodista salvadoreña trabajaba para La Prensa Gráfica como coordinadora multimedia de la revista El Economista. Su esposo denunció su desaparición, pero poco después se vio identificando su cadáver. Fue encontrada muerta a en el arcén de una carretera sin que se haya identificado a los responsables, a pesar de que las autoridades prometieron tomar acciones para esclarecer el crimen. Periodistas de El Salvador en el extranjero pidieron que el asesinato no quedara impune.
2017 fue el primer año en el que se detectó un importante aumento de mujeres periodistas asesinadas. De los 80 informadores muertos en ese año, 11 fueron mujeres, según los datos de la base de la Unesco:
Orouba y Halla Barakat
Orouba y Halla trabajaban para el canal Orient News, un portal de noticias con sede en Dubai propiedad del opositor sirio Ghassan Aboud. Madre e hija eran parte de esos tres millones de sirios contrarios a Bashar al-Assad que tomaron la decisión de exiliarse a Turquía desde que comenzó la guerra civil en 2011.
La madre, Orouba Barakat, quería formar un grupo de apoyo para las mujeres sirias contra la violencia. Pertenecía a la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria, una agrupación de facciones opuestas al régimen de al-Assad. Pedían la vuelta a la democracia, la libertad de los retenidos en los campos de concentración, el cese de los bombardeos en Ghouta Oriental, en Khan Sheikhoun, en Alepo y en Darayya. Era activista, escritora, periodista retirada y cineasta en el exilio desde los años 80.
Su hija, Halla Barakat, era ciudadana estadounidense y trabajaba como editora y traductora para historias que relataban las masacres en Siria desde Orient News English. Publicó sobre la crisis de los refugiados sirios, la necesidad de brindar una educación para los niños en los campos de refugiados o el uso de armas químicas contra la población.
Halla y Orouba fueron asesinadas a puñaladas en su apartamento de Estambul (Turquía) el 21 de septiembre de 2017. Tenían 23 y 60 años. Tras el examen forense, las autoridades turcas alegaron que los cuerpos mostraban también signos de estrangulamiento. Según informó RSF, los hermanos de Orouba y tíos de Halla advirtieron de que ambas recibían amenazas telefónicas y de que el asesinato pudo haber sido ordenado desde Damasco.
Gauri Lankesh
La periodista india Gauri Lankesh dirigía, maquetaba y editaba el periódico Lankesh Patrike. Un diario heredado de su padre crítico con la extrema derecha que defendía los derechos de las mujeres. RSF la considera como “una persona muy prominente con una voz muy cualificada y célebre sobre feminismo”. La voz disidente de Lankesh "era firme, razonable, con mucha credibilidad y muy laica dentro de todo el fanatismo en el que está la India imbuida”, explica Malena Mangas.
Algunos miembros del partido nacionalista BJP, que lleva en el gobierno desde 2014 y que está liderado por Narendra Modi, denunciaron a Gauri Lankesh por difamación tras la puesta en marcha de una campaña contra lo que el Ejecutivo considera antinacionalismo, que ha derivado en autocensura, dimisiones, amenazas e intimidación con represalias físicas u online. Gauri Ñankesh fue asesinada el 5 de septiembre de 2017, a la edad de 55 años, por unos asaltantes que la dispararon siete veces a pocos metros de su casa. RSF informó de la reciente detención de un fundador del grupo radical Hindu Yuva Sena, Naveen Kumar, como autor del crimen.
Afirma Mangas que Modi “tiene toda una maquinaria de propaganda desde su partido” a través de un discurso de odio, “tiene trolls de pago, y otro montón de cosas” para callar las voces discrepantes. Muchos otros periodistas, incluidos los que publicaban sobre el asesinato de Lankesh, siguen denunciando el progresivo secuestro de la libertad de expresión en India, especialmente a la hora de publicar información crítica o negativa contra el Gobierno de Modi.
Miroslava Breach Velducea
La periodista mexicana Miroslava Breach Velducea escribía reportajes y columnas en La Jornada y Norte de Ciudad Juárez sobre crimen organizado, narcotráfico y corrupción en Chihuahua. Investigaba las relaciones entre estos submundos y distintos empresarios y políticos en medio de un clima de violencia absolutamente generalizado en el que la autocensura crece y es habitual que aparezcan cadáveres con las cabezas cortadas. Su último reportaje sobre narcopolítica revelaba la intromisión normalizada en los círculos del poder del cártel de Juárez, liderado por El 80, del grupo criminal Los Salazar y del cártel de Sinaloa. Todas ellas son organizaciones que se disputan el control del territorio para obtener un mayor margen en la distribución de la cocaína en EEUU.
En sus escritos, Miroslava Breach Velducea “radiografió la imbricada telaraña tejida entre el mundo de la política, los negocios y la economía criminal”, subraya La Jornada. En varias ocasiones Miroslava había sido amenazada, situación que había hecho llegar al gobernador de Chihuahua, Javier Corral. Con 54 años, el 23 de marzo de 2017 la periodista recibió ocho disparos cuando se disponía a salir de su casa en coche. Según el obituario publicado por el mismo medio, al lado de su cuerpo apareció una cartulina con un mensaje: “Esto te pasó por lenguona, por estar cerca del gobernador. Ahora sigues tú, Javier. Firma El 80”. Indicaba, además, que la investigación criminal se caracterizó “por su opacidad, contradicciones, irregularidades y filtraciones”, mientras el Gobierno quiere hacer ver “que el crimen está resuelto. Pero no es cierto”.
La ONU condena el asesinato de Miroslava Breach, la segunda periodista asesinada en México en una semana
Seis meses después del crimen, la hermana de la periodista, compañeros de profesión y miembros de organizaciones civiles se manifestaron frente al Palacio de Gobierno para mostrar su indignación y exigir respuestas. Las autoridades de Chihuahua anunciaron haber identificado a los autores, pertenecientes al grupo Los Salazar, y prometieron hacer justicia. "Cuando las cosas salen a la luz, a las autoridades no les queda otra que actuar", razona la representante de RSF Malena Mangas. Sin embargo, según el Observatorio de la Unesco, hoy por hoy no está en curso ninguna investigación judicial sobre el crimen ni figura información sobre quién estuvo detrás de la ejecución.
Tras el asesinato de Breach, el entonces director de Norte de Ciudad Juárez, Oscar Arturo Cantú Murguía, decidió cerrar el periódico "en señal de protesta" debido a las continuas amenazas que recibía tanto él como la plantilla de periodistas, según afirmó en una entrevista concedida a RSF. Contaba que se detuvo a una persona aunque no se inició ningún proceso judicial. También que, entre las pruebas halladas en la casa de uno de los identificados, había una grabación en la que un político local pedía al Partido de Acción Nacional que se investigara a las fuentes de la periodista fallecida.
Efigenia Vásquez Astudillo
La reportera colombiana Efigenia Vásquez Astudillo, de origen indígena, era presentadora de la radio comunitaria Renacer Kokonuko. Fue asesinada el 8 de octubre de 2017 en el departamento de Cauca, a los 31 años. Este tipo de emisoras ubicadas en zonas remotas son clave para representar una voz diferente donde suele imponerse una sola versión. Cubría el desalojo policial de la comunidad indígena de Puracé, donde ella tenía su radio, cuando efectivos de los Escuadrones Móviles Antidisturbios la dispararon junto a varios indígenas. Dejó a dos niños huérfanos.
Alberto Yace, integrante de la Organización Nacional Indígena de Colombia, declaró en los medios que “la policía llevaba dos meses en su territorio, saboteando a la comunidad y provocándola” hasta que decidieron “no aguantar más”. “La policía respondió con balas”, contaba Yace, y hablaba de “zozobra, desgracia y persecución política por parte del gobierno al movimiento indígena”. Además, enumeró varios enclaves indígenas donde otros líderes han sido asesinados.
El entonces presidente de Colombia, Juan Miguel Santos, y representantes de RSF mantuvieron en agosto del mismo año un encuentro para acordar una mayor protección de los periodistas y una mejora en la calidad de la libertad de prensa y de información en el país. “El presidente de Colombia siempre tiene buenas palabras con todo”, ironiza Mangas, “pero ha sido como con Peña Nieto, que se ha deshecho a promesas”. El autor de los disparos no ha sido identificado aún y tampoco se tienen “datos oficiales, noticias o información sobre si esa investigación ha podido dar frutos”, asevera la representante de RSF. Como contrapunto, se escriben cartas abiertas “a los mandatarios para recordarles sus compromisos”, recuerda la periodista, para matizar que la misión de la organización “es no dejar que esas historias se olviden”.
Shifa Zikri Ibrahim
La reportera kurda iraquí Shifa Zikri Ibrahim, conocida como Shifa Gardi, trabajaba en Rundaw TV como presentadora de un programa que cubría diariamente las ofensivas en Mosul para esta cadena de televisión. Según el obituario que la cadena le dedicó, “nació como refugiada en Irán el 1 de julio de 1986”. Shifa Gardi y sus compañeros investigaban fosa común donde se afirmaba que los integrantes del Estado Islámico habían podido arrojar a los civiles de Mosul a los que habían asesinado. Sin embargo, se toparon antes con la bomba. A los 30, el 25 de febrero de 2017, fue asesinada por la explosión de una bomba en la carretera.
El director ejecutivo de Rundaw, Ako Mohammed, señaló ese mismo día que la periodista pudo haberse acercado demasiado al frente de guerra. También la cuenta de Twitter del canal informó sobre su muerte: “El periodismo sigue dominado por hombres –Shifa Gardi rompió con esas percepciones y estereotipos– rendimos homenaje a su periodismo valiente”. Según el Observatorio de la Unesco, no hubo investigación judicial por falta de información.
Kim Wall
La periodista independiente sueca Kim Wall investigaba al empresario danés Peter Madsen, que había construido el Nautilus UC3. Desapareció el mismo día en que acudió al submarino para entrevistarle, el 10 de agosto de 2017. Su pareja denunció su posible desaparición, pero no se supo que la freelance había sido asesinada y descuartizada hasta que su cuerpo fue hallado por partes en las aguas del lago Køge, Copenhague.
Formaba parte de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios. Con 30 años, había estado en varios países del mundo cubriendo historias sobre identidad, género, cultura, justicia social y política exterior, y escrito reportajes para distintos medios como Time, The New York Times, Vice Magazine, The Guardian o Libération. Pero ningún medio confirmó haberle ordenado a Kim Wall cubrir este tema.
Peter Madsen, actualmente en prisión, fue acusado de homicidio y trato indecente a un cadáver. La fiscalía mantiene que fue estrangulada o degollada, aunque el equipo forense no pudo determinar las causas exactas de su muerte. El empresario admitió que la había descuartizado aunque no reconoció su responsabilidad sobre el crimen. Según su última declaración del pasado 5 de septiembre, encaminada a recurrir la cadena perpetua a la que fue condenado, la periodista murió al inhalar gases tóxicos desencadenados por un fallo técnico.
Daphne Caruana
La periodista de investigación y freelance Daphne Caruana Galizia, nacida en Malta, publicaba un influyente blog: Running Commentary. Escribía también en The Sunday Times of Malta y en The Malta Independent, para los que había desmembrado casos de corrupción que apuntaban a las cúpulas del gobierno maltés. El 16 de octubre de 2017 fue asesinada cuando, al entrar a su coche, este explotó. Se supo que fueron tres personas las que asesinaron a la periodista, pero se desconocen sus identidades. La familia de la columnista sigue reclamando una investigación independiente. El caso de esta periodista ha sido muy sonado y, de hecho, Reporteros Sin Fronteras acaba de premiar a su hijo, Matthew Caruana, quien dejó de investigar los papeles de Panamá papeles de Panamápara indagar en la causa de su madre. "El problema, como ha pasado con otros periodistas muertos en Europa, es que las investigaciones quedan en manos de aquellos a los que estaban investigando, o de sus adláteres, y así nunca se llega al fondo del asunto", sostiene Mangas.
El último informe publicado por RSF –Los periodistas, la pesadilla de la mafia– destaca que el crimen organizado se está exportando y extendiendo, en referencia a Malta, en lo que califica para los periodistas de "autocensura" como norma general. Del caso de Daphne Caruana, quien indagaba sobre lavado de dinero y estudiaba el modus operandi de las mafias italianas en el país mediterráneo, señala que recibía amenazas del Partido Laborista desde años atrás y que, además, habían incendiado su casa en varias ocasiones e incluso habían degollado a su perro.
Daphne Caruana Galizia, periodista de investigación de Malta.
Farida Mustakdhi
La periodista Farida Mustakhdi, nacida en Afganistán, trabajaba para la televisión del parlamento afgano, Wolesi Jirga, cuando sus instalaciones se convirtieron el 10 de enero de 2017 en el escenario de un atentado terrorista que causó decenas de muertos y heridos. El caso de esta periodista ha sido reportado por la Unesco, aunque no da detalles sobre el crimen.
Dilshan Ibash
La reportera Dilshan Ibash, de la República Árabe de Siria, trabajaba para la agencia de noticias Hawar. Murió el 12 de octubre de 2017 en el atentado con bomba en la aldea Abu Fas, al este de Siria, junto a un compañero y otros dos que resultaron heridos. Otras 15 personas murieron y 100 quedaron gravemente heridas. El estado de su investigación judicial es nulo, según el Observatorio de la Unesco, dado que no se ha recibido información alguna de su asesinato.
Véronique Robert
La freelance suiza Véronique Robert fue enviada a Irak para el programa de televisión Envoyé Spécial del canal France 2. Acompañaba a las fuerzas iraquíes para realizar un documental sobre la toma de Mosul cuando explotó una mina a su lado que la dejó gravemente herida. La bomba se cobró la vida de otros dos compañeros, el guía kurdo iraquí Bakhtiyar Haddad y el periodista francés Stephan Villeneuve. Fue trasladada a un hospital de París donde murió pocos días después, el 24 de junio de 2017, con 54 años. No hay indicios de una investigación criminal pertinente.
Especializada en zonas de guerra, había cubierto conflictos en Kosovo, Afganistán y Libia, y trabajado para Le Figaro, France Télévisions. Paris Match llegó a en publicar su último trabajo, que recogía imágenes temblorosas de las calles y hogares destruidos de Mosul. Irak es uno de los países más mortíferos del mundo. No sólo para los periodistas.
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Los riesgos DE EJERCER EL PERIODISMO
Que los periodistas estén más o menos amenazados “depende de la zona del mundo” donde ejerzan su profesión, asegura Malena Mangas. “Los países inseguros para los periodistas lo son cada uno a su manera”, aclara la periodista. “En las dictaduras son los disidentes. En las zonas de guerra y de conflicto son los profesionales extranjeros: hay casos en los que se les hace objeto de propaganda. En Norteamérica y en Europa están más amenazados los que se dedican a la investigación y siguen la corrupción, ya que están muy expuestos”. Sin embargo, si comparamos “las cifras del año pasado de periodistas muertos en países en paz con países en guerra”, el resultado “es muy parecido”, apunta Mangas. Para los periodistas de guerra el peligro “siempre ha existido”, pero “antes se respetaban y ahora ya no”. Hoy por hoy hay menos muertos contabilizados en las zonas de conflicto, pero es que “los riesgos de secuestro y de asesinato son tan altos que no vale la pena”, pocas cadenas “compran este material o se arriesgan a mandar a nadie de internacional”, y los que son freelance no cuentan con la protección y recursos de ninguna cabecera para cubrir estos escenarios.
En este sentido, los países más peligrosos para los periodistas son “Arabia Saudí, Cuba, Eritrea, en un oficio generalmente ingrato”, así como Siria, Afganistán, Irak, o Yemen, donde “pueden morir varios a la vez”. “Filipinas, que está en paz, es el país más mortífero del mundo junto con Irak y Siria, que están en guerra”, e igual pasa con México y Brasil que, “en teoría, estás en paz”. Estados Unidos podría bajar posiciones en libertad de prensa, mientras que el periodismo “puede ser un oficio muy prestigioso y satisfactorio en la Europa nórdica”.