Líbano
Hezbolá y sus aliados lograrían más de la mitad de los escaños en las elecciones en Líbano
El partido milicía chií libanés Hezbolá y sus aliados conseguirán más de la mitad de los 128 escaños en liza en las elecciones parlamentarias que han concluido este domingo, según los resultados provisionales difundidos por líderes políticos y medios locales, según informó Europa Press.
En caso de confirmarse el resultado con los datos definitivos de la cita con las urnas, la mayoría de escaños de Hezbolá y sus aliados supondría un claro impulso para el partido-milicia chií libanés, que se significó por apoyar militarmente al régimen que preside Bashar al Assad en la guerra de Siria.
La posición de poder de Hezbolá en Líbano refleja también el peso de Irán en la región y una influencia que va de Líbano hasta Irak y Siria. Hezbolá se declara enemigo del vecino Israel y está clasificado como un grupo terrorista por Estados Unidos.
Los resultados provisionales señalan que el actual primer ministro, el suní Saad al Hariri, será el líder de esta comunidad con mayor fuerza en el Parlamento, lo que le sitúa en una excelente posición para liderar el próximo ejecutivo a pesar de que ha perdido escaños en varios de sus bastiones.
El sistema político que rige Líbano establece que corresponde a un suní el cargo de primer ministro. Se prevé que el próximo gobierno, igual que el saliente, esté compuesto por líderes políticos de los principales partidos del arco parlamentario.
Los donantes internacionales esperan que el nuevo Gobierno libanés lleve a cabo profundas reformas económicas para reducir la deuda estatal antes de aportarles los miles de millones comprometidos en la conferencia celebrada en abril en París.
Las elecciones de este domingo se llevaron a cabo al amparo de una nueva ley que reconfigura las circunscripciones y cambia el sistema electoral. Está previsto que el Ministerio del Interior anuncie este lunes por la mañana los resultados oficiales de los comicios.
Según los resultados provisionales, el partido cristiano contrario a Hezbolá Fuerzas Libanesas conseguirá doblar su número de escaños hasta alcanzar los quince diputados, frente a los ocho que tenía en la última legislatura.
Hezbolá y sus aliados se alzaría con 67 escaños, de un total de 128 que componen el Parlamento, según los cálculos realizados por Reuters basándose en los resultados preliminares de casi todos los escaños obtenidos por políticos y listas y difundidos por los medios locales.
Entre los aliados de Hezbolá está el movimiento Amal, liderado por el presidente del Parlamento, Nabih Berri, y el Movimiento Libre Patriótico, la formación cristiana que encabeza el actual presidente del país, Michel Aoun.
Los suníes apoyados por Hezbolá habrían conseguido buenos resultados en Beirut, Trípoli y Sidón, los bastiones del partido de Hariri, el Movimiento del Futuro, según los datos provisionales. El diario pro-Hezbolá Al Ajbar destacó en su portada que los resultados de los comicios de este domingo suponen una "bofetada" para Hariri.
Líderes libaneses de la dominación siria logran escaño
Entre los políticos apoyados por Hezbolá que habrían conseguido escaño figura Jamil al Sayyed, un general retirado chií y exjefe del servicio de Inteligencia libanés que es un amigo cercano del presidente sirio, Bashar al Assad. Al Sayyed fue uno de los personajes con más poder en Líbano durante los quince años de dominación siria que siguieron al final de la guerra civil que comenzó en 1975 y terminó en 1990.
Al menos otros cinco políticos que tuvieron responsabilidades durante la época del dominio sirio retornaron al Parlamento por primera vez desde que las fuerzas sirias se retiraron el país de los cedros tras el atentado que acabó con la vida del ex primer ministro Rafik al Hariri, padre de Saad al Hariri, en 2005.
Faisal Karami, el hijo del que fuera primer ministro sirio Omar Karami, favorable al régimen sirio, se hizo por primera vez con un escaño. La participación en las elecciones fue del 49,2%, frente al 54% que se registró en las anteriores parlamentarias, celebradas hace nueve años.
En Beirut, dos candidatos independientes lograron hacerse con un escaño. El líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, tiene previsto pronunciarse este lunes sobre los resultados de las elecciones.
El proceso electoral en Líbano arrancó el 27 de abril para los libaneses residentes en seis países de la región, mientras que dos días más tarde empezaron a acudir a las urnas los residentes en otros 33 países de África, América y Europa, además de Australia.
Esta fue la primera vez en la historia en la que los libaneses residentes en el extranjero acuden a las urnas de forma anticipada, si bien únicamente algo más de 80.000 personas se registraron para votar, a pesar de que la comunidad libanesa fuera del país es de varios millones.
Esta es una de las modificaciones que conlleva la ley electoral aprobada en 2017 –tras más de un año de negociaciones entre los partidos políticos del país–, que introdujo el sistema de representación proporcional y la división del país en 15 circunscripciones electorales –nueve menos que hasta ahora–.
Este contexto político en Líbano, un país que supone un crisol de grupos religiosos y muy marcado por la geopolítica regional e internacional, se vio agravado por el conflicto en Siria –en el que participa de forma directa Hezbolá–, la disputa diplomática entre Arabia Saudí e Irán –ambos con mucho peso en el país– y la crisis de refugiados derivada de la guerra en el país vecino.
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La composición del Parlamento
El Parlamento libanés, al igual que los principales cargos electos del país, está repartido según sectas. Así, la mitad de los 128 escaños están reservados a representantes musulmanes –suníes, chiíes, drusos y alauíes– y la otra mitad a representantes cristianos –católicos, maronitas, ortodoxos, protestantes y armenios católicos y ortodoxos–. En total, 583 candidatos se disputan los 128 escaños en liza.
En el caso de la Presidencia, debe estar encabezada por un cristiano, mientras que el primer ministro debe ser suní y el presidente del Parlamento chií. Esta sectarización de la política ha sido clave para entender el país desde los Acuerdos de Taif, firmados en 1989 en esta localidad saudí para poner fin a una guerra civil que se extendió durante 15 años.