En once mil vuelos fueron liberadas a la atmósfera 80.000 toneladas equivalentes de CO 2. Casi 11 millones de kilómetros recorridos, el equivalente a 272 vueltas a la Tierra. Estas son las impresionantes cifras alcanzadas por sólo cincuenta jets privados franceses en el espacio de un año, entre mayo de 2023 y abril de 2024.
Durante varias semanas, Mediapart y el colectivo Mémoire vive han investigado la actividad y el consumo de los jets privados franceses. Estos aviones, registrados en Francia o por usuarios franceses en el extranjero, tienen algo en común: son propiedad o están alquilados por hombres de negocios adinerados y grandes empresas y se utilizan tanto con fines profesionales como privados, para el ocio y las vacaciones, con total impunidad.
Pero, en términos de huella de carbono del pasajero, los viajes en jet privado son extremadamente contaminantes. Consumen hasta 14 veces más que un avión de línea convencional y 50 veces más que un tren, según la federación de ONG Transport & Environment.
En 2022, según un informe encargado por Greenpeace, Francia fue el país campeón de la Unión Europea de los jets privados tanto en número de vuelos como en emisiones de CO2. Los dos mayores aeropuertos de negocios de Europa son también franceses: Niza-Costa Azul y París-Le Bourget. A pesar de algunas turbulencias y de un descenso del tráfico en 2023, la aviación de negocios va bien e incluso registró un año récord en 2022 en Francia y en Europa.
Los diez mayores contaminantes
¿Quién posee o alquila los aviones más contaminantes? Gracias al registro público de la Dirección General de Aviación Civil y a numerosas comprobaciones cruzadas, hemos identificado a los propietarios o arrendatarios de cincuenta aviones privados franceses. Pero esta lista no es exhaustiva. El avión de Bernard Arnault (CEO de Moët Hennessy Louis Vuitton, LVHM), por ejemplo, que ha desaparecido del registro francés, no figura en nuestra lista.
A continuación, hemos calculado la huella de carbono de cada avión a lo largo de un año, teniendo en cuenta las estelas de condensación, las famosas estelas blancas de los aviones (las llamadas contrails), que duplican las emisiones totales (ver caja negra para descubrir nuestro método de cálculo).
El resultado: los dos aviones con mayores emisiones (CO2 e) pertenecen a dos empresas del CAC 40, Axa y Total. Completa el podio el avión de Artémis, holding de la familia Pinault, séptima empresa más rica de Francia según Challenges y accionista de Kering, otra empresa del CAC 40.
Esas tres empresas, que respondieron a las preguntas de Mediapart, afirman utilizar el avión para fines diferentes. Total, que también posee otro avión privado, afirma que su Bombardier Global 5000 es utilizado por sus ejecutivos para "viajes de negocios, misiones y eventos relacionados con TotalEnergies". El avión de Axa, un Dassault Falcon 7X, "está a disposición del director general", Thomas Buberl, pero también "se alquila a terceros".
El colectivo Mémoire vive ya había rastreado en Austria al Bombardier Global 7500, propiedad de la familia Pinault, que utiliza el jet para viajes a Estados Unidos y para pequeños saltos entre París y el Marne. La firma Kering (Gucci, Saint Laurent, Balenciaga...) nos confirma que el jet es propiedad de Artémis, el holding de los Pinault. "Es utilizado profesionalmente por los equipos de dirección, y a veces personalmente por la familia Pinault. En este caso concreto, su uso se factura directamente a ellos. También se alquila con frecuencia a terceros", explica Kering.
Es difícil saber cuántas personas utilizan de media estos tres jets privados, con capacidades que oscilan entre doce y diecinueve pasajeros. El hecho es que cada uno de estos aviones consume cerca de 4.000 toneladas de CO2e en un año, el equivalente a cuatro siglos de la huella de carbono de un ciudadano francés medio. Un abismo ecológico.
Por ejemplo, cuando el avión de la familia Pinault voló de Tokio a París el 16 de junio de 2023, quemó 142 toneladas de CO2e, lo que, en un solo trayecto, lo mismo que dieciséis años de huella de carbono de un ciudadano medio.
El análisis de nuestros datos muestra que los jets pueden ser en propiedad, copropiedad, leasing o alquilados a terceros, en particular a través de empresas de aviación de negocios. La gran mayoría de los usuarios son hombres. Un estudio detallado de las rutas muestra también que algunos vuelos son muy cortos: Niza-Cannes o Valenciennes-Lille, por ejemplo, a menos de 50 kilómetros en línea recta.
Contrariamente a lo que dicen los lobbies del sector, los jets no se utilizan sólo para los negocios. Hay muchos vuelos al sur de Francia y a destinos más exóticos (Mykonos, Paros, San Cristóbal y Nieves, etc.). Por ejemplo, el Cessna utilizado por la familia Klaba, que dirige la empresa de alojamiento internet OVH, voló a la isla de Ibiza el 29 de julio de 2023. Contactada por Mediapart, la familia no respondió a las preguntas.
Las empresas y personas que figuran en nuestra clasificación trabajan en sectores muy diversos, incluido el medio ambiente. Todas tienen políticas ambiciosas de responsabilidad social de las empresas y afirman esforzarse a diario por reducir las emisiones de carbono.
La empresa de reciclaje Paprec –que no respondió a nuestras preguntas– considera la lucha contra el calentamiento global como uno de sus ocho pilares, y señala que sus actividades "contribuyen intrínsecamente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera". Sin embargo, la familia Petithuguenin, que dirige Paprec, es propietaria de un Beechcraft Hawker 900XP, arrendado a la compañía Valljet. Entre mayo de 2023 y abril de 2024, este jet emitió a la atmósfera 1.648 toneladas de CO2e.
Otras empresas, como Total y Michelin, afirman utilizar "SAF", esos combustibles "sostenibles", aún marginales, que contribuyen a reducir la huella de carbono de los aviones. Pero esta reducción sólo es realmente eficaz si va acompañada de una reducción del tráfico aéreo, afirman los expertos. De hecho, Total sigue ocupando el segundo puesto en la clasificación de los aviones más contaminantes, incluso teniendo en cuenta la reducción de emisiones debida al SAF.
Michelin, por su parte, tiene su propia compañía aérea, Michelin Air Services (MAS), con tres aviones Falcon 2000 EX basados en el aeropuerto de Clermont-Ferrand. La empresa de neumáticos, que respondió a todas nuestras preguntas, explica que el objetivo de su compañía aérea "es permitir a los empleados viajar por motivos de trabajo ofreciendo conexiones entre Clermont-Ferrand, donde se encuentra la sede social de Michelin, y determinados centros de producción o de servicios de acceso especialmente difícil por su lejanía de los aeropuertos internacionales".
Para defender sus desplazamientos aéreos, Michelin y la empresa de semillas Limagrain, ambas con sede en Auvernia, señalan conexiones complicadas, como la línea de tren París-Clermont, que causó revuelo el pasado mes de enero, cuando los pasajeros se quedaron tirados toda la noche por el frío. "Clermont-Ferrand no tiene conexiones con las capitales regionales, nacionales y europeas", se queja Limagrain, propietario de un Bombardier Learjet 45.
Jets registrados en empresas independientes
Otros ejecutivos, como Philippe Guillemot, CEO de Vallourec, copropietario minoritario de un Cessna 510, utilizan su jet "para fines personales, nunca de negocios", explica el departamento de comunicación del grupo metalúrgico. "Como CEO de Vallourec, Philippe Guillemot sólo utiliza vuelos comerciales. En Francia, prefiere viajar en tren, en particular el TER cuando visita nuestra planta de Aulnoye-Aymeries", nos dicen. El avión para el placer, el tren para el trabajo.
Mientras que algunos aviones son propiedad de sus usuarios, muchos jets están registrados en empresas independientes, holdings o filiales, a veces en el extranjero. Por ejemplo, el Embraer 135 de Waldemar Kita, CEO del FC Nantes, que también es accionista de la compañía aérea Valljet, o el Falcon 7X de Fimalac, el holding de Marc Ladreit de Lacharrière (presidente del holding Fimalac), están registrados en empresas luxemburguesas. Además de su legendaria discreción, el Gran Ducado cuenta con un atractivo régimen fiscal para los propietarios de jets. Contactados, los dos empresarios no respondieron a nuestras preguntas.
Austria también tiene sus atractivos. Rastreados por los internautas y la prensa, la familia Pinault y Patrick Drahi, presidente de Altice, han matriculado sus relucientes Bombardier Global 7500 (valorados en más de 60 millones de euros) en Austria, país que permite mantener el anonimato a los propietarios de aeronaves. Patrick Drahi, que vuela con su jet hasta las islas caribeñas de San Cristóbal y Nieves, según informan Reflets y Streetpress, tampoco respondió a nuestras preguntas.
Algunos empresarios, preocupados por las repercusiones para su negocio o sensibles de pronto con los problemas ecológicos, han decidido vender sus aviones en los últimos meses. Alain Weill, fundador de NextRadioTV (RMC, BFMTV), reconoce haber vendido su jet en diciembre de 2023, que era utilizado "principalmente por clientes ajenos al grupo". "Estoy muy preocupado por las cuestiones climáticas, y sólo me muevo en coche eléctrico", escribe el actual jefe de L'Express.
El avión fue eliminado del registro de la aviación civil francesa al día siguiente de que enviáramos nuestras preguntas. A finales de año, los directivos de la empresa de alimentación Sodebo también jubilaron su Cessna 525, que luego compartieron con otras empresas. "De acuerdo con nuestros objetivos de desarrollo sostenible, ya no lo utilizamos y ahora lo vamos a poner en venta", asegura la dirección de la empresa.
Pero estas iniciativas siguen siendo marginales. Casi todos los reactores de nuestra lista siguen volando. Esta impunidad de los super ricos resulta chocante en un momento en que se anima al público en general a hacer cada vez más pequeñas cosas en el día a día para reducir su huella de carbono. En los últimos años se han multiplicado las acciones activistas en las pistas de los aeropuertos de negocios, como en septiembre de 2023 en el aeropuerto de Le Bourget. En las redes sociales, cuentas ciudadanas como "L'avion de Bernard" (ver caja negra) rastrean los jets de los multimillonarios.
Más allá de los aviones privados utilizados por las clases más adineradas, el transporte aéreo es también un síntoma de grandes desigualdades sociales y medioambientales. Un dato lo resume todo: el 1% de la población mundial es responsable del 50% de las emisiones de la aviación. Los más ricos vuelan y contaminan. Los más pobres se quedan en tierra y se asfixian.
Caja negra
Esta investigación forma parte de la serie "Dirty sky" (Cielo sucio) del colectivo de periodistas independientes We Report, que explora la actividad y el consumo de jets privados en Europa. La serie cuenta con el apoyo de Journalismfund Europe.
Para esta investigación, hemos trabajado con Mémoire vive, un colectivo de investigación que utiliza datos fuente abierta para hacer visibles las injusticias sociales y ecológicas. Mémoire vive está detrás de la cuenta de Instagram "L'avion de Bernard" y ha colaborado en varias investigaciones de Mediapart (aquí y aquí).
Entre el 20 y el 22 de mayo, enviamos preguntas por escrito a los propietarios o arrendatarios de los cincuenta aviones que hemos identificado. Sólo recibimos unas quince respuestas. Entre los propietarios o arrendatarios de los diez aviones más contaminantes, Fimalac (Marc Ladreit de Lacharrière), Patrick Drahi, presidente de Altice, Bernard Fraisse, presidente de Fareva, y Waldemar Kita, presidente del FC Nantes, no respondieron a nuestras preguntas. Cabe señalar que Bernard Fraisse alquila un avión perteneciente a una institución bancaria a través de una sociedad que posee con el presidente de una empresa de jets privados.
La agencia de comunicación del grupo de restauración aérea Newrest, presidido por Olivier Sadran, ex presidente del club de fútbol de Toulouse, explica que "dada la fuerte presencia internacional del grupo y la actividad principal de Newrest –que requiere una gran capacidad de reacción y rapidez en la toma de decisiones – Olivier Sadran y el equipo directivo de Newrest viajan regularmente en avión. Puede tratarse de vuelos regulares o de aviones privados, según las circunstancias, las distancias o las exigencias geográficas complejas y las rutas ofrecidas por las compañías aéreas".
El grupo de cosméticos L'Occitane nos indicó que el avión "pertenece a una sociedad comercial privada en la que el Sr. Geiger [presidente del consejo de administración y accionista mayoritario] ha invertido personalmente. El avión se comercializa para terceros y el Sr. Geiger lo utiliza a veces para viajes privados. El avión no es utilizado por el grupo L'Occitane.
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El grupo de subcontratación de servicios a empresas Atalian también nos dijo que el avión está alquilado por SFJ Aviation, una empresa propiedad de Franck Julien, ex CEO de Atalian, "en exclusiva a una compañía aérea francesa de transporte público, con el fin de generar los ingresos de explotación necesarios para la rentabilidad de SFJ Aviation, que le ha confiado su inversión". Aclara que "el grupo Atalian no es propietario directo ni indirecto del avión, y que "no lo utiliza en modo alguno."
Traducción de Miguel López
En once mil vuelos fueron liberadas a la atmósfera 80.000 toneladas equivalentes de CO 2. Casi 11 millones de kilómetros recorridos, el equivalente a 272 vueltas a la Tierra. Estas son las impresionantes cifras alcanzadas por sólo cincuenta jets privados franceses en el espacio de un año, entre mayo de 2023 y abril de 2024.