El libro causó en su momento un gran revuelo. En abril de 2019, los periodistas Christian Chesnot (France Inter) y Georges Malbrunot (Le Figaro) publicaron su tercer libro sobre Catar, titulado Qatar Papers (edic. Michel Lafon). Basándose en una filtración de datos, su investigación detallaba la financiación por parte del emirato catarí de 140 proyectos de mezquitas, centros islámicos y escuelas en Europa y Francia, la mayoría de ellos iniciados por organizaciones cercanas a los Hermanos Musulmanes.
El problema es que el libro ha estado rodeado de maniobras vinculadas a Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, dos dictaduras del Golfo Pérsico en conflicto con Catar, al que se acusa en particular de financiar a los Hermanos Musulmanes, vistos como una amenaza para su poder desde la Primavera Árabe de 2011. El pasado mes de marzo, Mediapart publicaba que los derechos de las ediciones en árabe e inglés de Qatar Papers habían sido comprados por una empresa tapadera con sede en Londres, representada por un periodista franco-argelino pagado por un centro de investigación de Emiratos que mantenía correspondencia con un correo electrónico encriptado de "Sheikh Matar", un agente secreto emiratí clave de la reciente investigación Abu Dhabi Secrets, publicada en España por infoLibre, sobre las sucias maniobras de los Emiratos en Europa.
"No estábamos necesariamente engañados, porque sabíamos que probablemente se trataba de dinero de los Emiratos, o incluso de Arabia Saudí", respondió Christian Chesnot. Al final, los dos periodistas validaron la operación, "siempre que las traducciones fueran fieles y no hubiera distorsión de la información".
Ahora destapamos una segunda operación turbia vinculada a otro de los enemigos y vecinos de Catar: Bahréin.
Dos transferencias
El 8 de octubre de 2020, Michel Lafon, editor de los dos periodistas, hizo una transferencia de 20.000 euros en relación con el libro Qatar Papers a una empresa bahreiní llamada 25th Hour Consulting. El editor envió otros 9.403 euros a esta empresa el 4 de abril de 2022, esta vez en relación con otro libro del dúo Chesnot-Malbrunot, Le déclassement français (La desvalorización francesa). En total, 29.403 euros.
Sorpresa: el accionista al 100% de 25th Hour Consulting es el esloveno Milan Erzen, director del equipo ciclista Bahrain Victorious, que terminó el domingo el Tour de Francia como tercer mejor equipo, y sexto mejor individual gracias a su corredor español Pello Bilbao. Milan Erzen es también asesor del príncipe Nasser ben Hamed Al Khalifa. uno de los hijos del emir de Bahréin, a quien sugirió crear el equipo ciclista en 2016, y a quien asiste en asuntos relacionados con la cría de caballos y camellos de carreras.
Dopaje y represión
Los dos hombres son muy polémicos. Como reveló Le Monde, Milan Erzen es sospechoso desde 2019 de estar implicado en el llamado caso Aderlass, relativo a una vasta presunta red de dopaje sanguíneo. Dos años después, la Fiscalía de Marsella abrió una investigación preliminar por "adquisición, transporte, posesión o importación de una sustancia o método de uso prohibido por un deportista sin justificación médica", por lo que el equipo Bahrain Victorious fue objeto de dos registros: el primero en julio de 2021 y el segundo en junio de 2022, que incluyeron el domicilio de Milan Erzen. Erzen calificó las acusaciones de "totalmente falsas".
Su jefe, el príncipe Nasser ben Hamed Al Khalifa, dirige la política deportiva de Bahréin, así como la Guardia Real. Estuvo al frente de la violenta represión de las protestas pacíficas que sacudieron el emirato en 2011. Varias ONG le han acusado de haber participado personalmente en actos de tortura cometidos entonces.
Las razones del pago
¿Por qué pagó Michel Lafon 29.403 euros a la empresa bahreiní de Milan Erzen? El abogado del editor respondió que se trataba de derechos de autor debidos a Christian Chesnot y Georges Malbrunot, pero que los dos periodistas le habían pedido que transfiriera el dinero a 25th Hour Consulting para saldar una deuda. El abogado añadió que el editor "no tiene ninguna relación con esa consultora aparte de este pago" y que "se limitó a verificar su existencia legal". "En cuanto a la relación entre esta empresa y los autores (...), le invito a preguntar a sus colegas", aconseja.
Contactado brevemente por teléfono, Georges Malbrunot negó inicialmente conocer al director del equipo ciclista bahreiní: "No tenemos ninguna relación con este señor, no le conocemos. ¡Y punto!".
Una "traducción" sorprendente
En respuesta a nuestras preguntas escritas, los dos reporteros dieron una versión diferente: según ellos, el pago a Milan Erzen fue para "ayudar a traducir" los miles de documentos confidenciales en árabe que fueron filtrados por la ONG Qatar Charity y utilizados como base para el libro Qatar Papers. Georges Malbrunot afirma haberlos recibido en un pendrive que le fue enviado por correo a Le Figaro.
"Nos habíamos comprometido a pagar este trabajo de traducción deduciendo esa suma de nuestros derechos de autor, repartidos en dos libros. De ahí la petición que hicimos a Michel Lafon, nuestro editor", explican los periodistas.
Esta explicación es sorprendente. El objeto social de 25th Hour Consulting no menciona la traducción. La empresa ha declarado al Registro Mercantil de Bahréin que sus únicas actividades son la "consultoría de gestión" y la "organización y promoción de eventos deportivos", lo que concuerda perfectamente con el papel de Milan Erzen con el príncipe Nasser ben Hamed Al Khalifa.
Además, el director de Bahrain Victorious es un ex ciclista de nacionalidad eslovena, cuya lengua materna no es el árabe y que no parece hablar francés, pues durante el Tour de Francia, habló exclusivamente en inglés con periodistas franceses.
Resulta pues sorprendente que reporteros tan experimentados como Christian Chesnot y Georges Malbrunot, que conocen a la perfección Oriente Próximo, hayan optado por facilitar documentos secretos pertenecientes a Catar al asesor de un país enemigo, que en el momento de los pagos participaba en el bloqueo de Catar junto a los EAU y Arabia Saudí. Porque en París hay muchos traductores de árabe que habrían sido más neutrales y al menos tan competentes como el director del equipo ciclista de Bahréin.
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Preguntados sobre estos puntos, los dos periodistas nos dijeron que no habían "pagado a nadie para obtener esos documentos". Se negaron a explicar por qué habían elegido a la empresa de Milan Erzen para traducir los documentos cataríes, alegando el "secreto de las fuentes periodísticas", que deben "preservar so pena de no poder seguir investigando". Esta respuesta vuelve a ser sorprendente: un traductor no se considera una fuente, y el código deontológico de los periodistas franceses prohíbe el pago a las fuentes. Christian Chesnot y Georges Malbrunot no respondieron cuando se les preguntó al respecto.
Milan Erzen, por su parte, guarda silencio: se ha negado a responder alegando que las actividades de su empresa, 25th Hour Consulting, "no son de dominio público y están sujetas a confidencialidad".
Traducción de Miguel López