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Johnson acaba dimitiendo víctima de su última mentira

El primer ministro británico, Boris Johnson, tras anunciar su dimisión en Downing Street.

François Bougon (Mediapart)

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha tirado finalmente la toalla tras intentar una vez más resistir. A mediodía del jueves, al día siguiente de una jornada frenética salpicada de sucesivas dimisiones en su Gobierno –más de cincuenta–, anunció su renuncia denunciando el "instinto de manada" de los parlamentarios conservadores, al tiempo que declaraba: "Nadie es mínimamente imprescindible". "Nuestro brillante sistema darwiniano producirá otro líder, igualmente decidido a sacar adelante este país en tiempos difíciles", añadió.

La cuestión es si podrá permanecer en el número 10 de Downing Street hasta el otoño, como desea. Pero hay varias personas en el partido conservador que abogan por que se vaya cuanto antes, y algunos hablan incluso de que Theresa May vuelva a ocupar el puesto de líder interino. En 2019, Johnson tardó seis semanas en sustituirla.

Esta nueva crisis comenzó el martes por la noche con la dimisión de dos pesos pesados de su gabinete, el Chancellor of the Exchequer (ministro de Finanzas), Rishi Sunak, y el ministro de Sanidad, Sajid Javid. En su cuenta de Twitter, el primero, un ex banquero de inversión a menudo promocionado como posible sucesor de Boris Johnson, publicó su carta de dimisión.

"Para mí, dejar de ser canciller en un momento en el que el mundo está sufriendo las consecuencias económicas de la pandemia, la guerra en Ucrania y otros graves desafíos es una decisión que no he tomado a la ligera", dijo. "Sin embargo, los ciudadanos esperan, con razón, que el gobierno sea dirigido de forma correcta, competente y seria. Reconozco que éste puede ser mi último cargo ministerial, pero creo que vale la pena defender estas normas y por eso dimito".

La oleada de dimisiones se produce tras el último escándalo del partido durante el confinamiento por el covid-19: el protagonizado por el diputy chief whip Chris Pincher, encargado de la disciplina parlamentaria de los conservadores, que dimitió el jueves 30 de junio tras ser acusado de realizar tocamientos a dos hombres en un club privado. Chris Pincher admitió haber bebido "demasiado" y se disculpó por "avergonzar a los demás". Estas revelaciones se suman a una serie de casos de abusos sexuales en su partido. Boris Johnson ha sido criticado por promover a Chris Pincher a pesar de conocer su conducta desde al menos 2019.

El miércoles por la tarde, Sajid Javid explicó a Boris Johnson y a los diputados en la Cámara de los Comunes que "caminar por la cuerda floja entre la lealtad y la integridad se ha vuelto imposible en los últimos meses". "Y nunca me arriesgaré a perder mi integridad", añadió.

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Entonces dijo: "¡Ya basta!". "Me temo que el botón de reinicio sólo puede funcionar un cierto número de veces. Hay un número limitado de veces que se puede encender y apagar esta máquina antes de darse cuenta de que algo va muy mal [...] He llegado a la conclusión de que el problema empieza en la cima y no creo que eso vaya a cambiar, lo que significa que depende de los que ocupamos puestos de responsabilidad que se produzca ese cambio".

El miércoles se produjeron una treintena de dimisiones, dando la impresión de una acción coordinada de quienes quieren que BoJo se vaya: el ministro de Infancia y Familias, Will Quince, la ministra de Interior, Victoria Atkins, el ministro de Hacienda, John Glen, el ministro de Escuelas, Robin Walker, el ministro de Vivienda, Stuart Andrew. Por no hablar de los que ocupan puestos de menor rango en el Gobierno y de los diputados que están a favor de la salida de Boris Johnson.

En las preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, bromeó: "Barcos que se hunden, ratas que huyen". Boris Johnson dijo que su trabajo como primer ministro era "seguir adelante". A principios de junio, ganó una moción de censura interna promovida por los tories. 

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