El juez belga que investiga el 'Catargate': “Estamos corroídos por las organizaciones criminales”

Michel Claise, el 6 de enero de 2023

Rachida El Azzouzi y Ludovic Lamant (Mediapart)

Michel Claise, que fue abogado durante hace 20 años, es desde hace dos décadas juez de instrucción especializado en la lucha contra la delincuencia financiera, adscrito al Tribunal de Gran Instancia de Bruselas.

Este temido magistrado belga, puesto varias veces bajo protección policial, tiene en su haber algunas sonadas investigaciones que han enviado entre rejas a poderosos delincuentes de cuello blanco. La última sacude el Parlamento Europeo desde hace un mes y ha llevado a la cárcel a una de sus exvicepresidentas, Eva Kaili, y a otras tres personas: se trata de sospechas de corrupción de eurodiputados por parte de Marruecos y Catar.

Michel Claise, que lleva años alertando sobre el alcance de la corrupción y el blanqueo de dinero en Europa, aceptó reunirse con Mediapart con una condición: ni una palabra sobre sus casos actuales.

Claise denuncia la falta de medios de la justicia para hacer frente a la catástrofe, está preocupado por el imperialismo político que beneficia a las organizaciones criminales y hace un llamamiento a un despertar democrático.

Una entrevista con el que también es prolífico y exitoso autor de una docena de novelas y thrillers en los últimos quince años. 

Usted dice que el dinero sucio está por todas partes en la economía europea. ¿Cree que hay más corrupción hoy que hace veinte años?

Totalmente, y el fenómeno se agrava. El sistema operativo de las organizaciones delictivas se ve ahora incrementado con las nuevas tecnologías. El segundo fenómeno es la enorme fortuna que se crea con el producto de estos tráficos.

Podemos tomar el ejemplo de moda de los narcotraficantes. Sólo en el puerto belga de Amberes, la cocaína representa entre el 10% y el 12% del valor total anual de las importaciones. Y también hay otros puertos de la UE afectados: Le Havre en Francia, y Ámsterdam y Rotterdam en los Países Bajos.

A esto hay que añadir las demás drogas, que representan cantidades muy importantes. Se calcula, por ejemplo, que el blanqueo de resina de cannabis procedente del Rif en Marruecos asciende a 10.000 millones, tal vez 15.000 millones, al año.

A esto hay que añadir las falsificaciones, que proceden principalmente de China y también pasan por los puertos mencionados. La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que en la Unión Europea entran cada año 300.000 millones en productos falsificados.

Otro delito, la ciberdelincuencia, nos corroe. Las organizaciones criminales obtienen enormes beneficios de ello. Va desde el pirateo de cuentas por 2.000, 3.000 euros hasta cantidades enormes: 350 millones al año para la UE sólo por ciberdelincuencia. No son cifras mías, sino del Banco Mundial. Añádase a esto el tráfico de armas, los fraudes tradicionales...  

Sólo en el puerto belga de Amberes, la cocaína representa entre el 10% y el 12% del valor total anual de las importaciones

¿Qué hacen los Estados para combatir estas lacras? ¿Cree que sus estrategias son las adecuadas?

Las enormes cantidades que le estoy describiendo se refieren a un año. Imagínese a lo largo de varios años. Cuando se blanquea dinero, éste se multiplica, y eso no se controla. Jacques Attali lo escribió en su ensayo Breve historia del futuro: "Un día, los negocios ilícitos prevalecerán sobre los negocios legales".

Creo que llevamos varios años experimentando esta situación. En mis diversas intervenciones, y lo he dicho también ante la Comisión de Justicia del Parlamento Federal (belga), repito que es absolutamente necesario hacer balance de la situación. ¿Por qué? Porque hay una ineptitud política y una falta de comprensión por parte del ciudadano, que no es capaz de captar la importancia del fenómeno.

Para ello, tenemos que hacer lo mismo que con la otra metástasis de nuestra sociedad actual, que es el cambio climático. El trastorno económico causado por la delincuencia financiera debe ser estudiado en todas sus consecuencias, con sociólogos, economistas y criminólogos.  

Uno de los países de la UE, Italia, está gangrenado de mafias rebosantes de dinero, que están comprando, una tras otra, las empresas en quiebra: el 50% de la economía está actualmente en manos de mafias

Les daré un ejemplo de este monstruoso impacto. Uno de los países de la UE, Italia, está gangrenado de mafias rebosantes de dinero, que están comprando, una tras otra, las empresas en quiebra: el 50% de la economía está actualmente en manos de mafias del tipo 'Ndrangheta, Cosa Nostra, etc. Esto se agravó aún más con la crisis de Covid y, antes, con la de 2008.

Creo sinceramente que no hay voluntad política de considerar la gravedad de la situación. ¿Por qué? Algunos intentan hacerme decir: porque los propios políticos son corruptos. No lo creo. Al menos en Europa. Pero se convierten en cómplices de esta situación al no tenerla en cuenta.

Desde marzo de 2021 y el asunto Sky ECC, bautizado con el nombre del servicio canadiense de mensajería cifrada desmantelado por la policía belga y neerlandesa, que acabó con un supercártel de traficantes de cocaína en Europa (1.230 detenciones, 13.000 millones de euros en droga interceptada), la clase política parece empezar a abrir los ojos en Bélgica y Países Bajos...

Con ese caso, en Bélgica y Países Bajos nos hemos dado cuenta de repente de que estamos completamente corroídos por las organizaciones delictivas. Por primera vez, nos hemos dado cuenta de que la corrupción afecta a todos los estratos de la sociedad, incluidos los funcionarios.

Ese caso es la prueba de lo que los profesionales llevamos años gritando. Poco a poco, esto va calando en la cabeza de los políticos, que dicen que no pueden ignorar el fenómeno, con las elecciones que se avecinan en 2024.

Hace poco tuve la oportunidad de conocer a dos políticos en un plató de televisión. El primero me dijo: "Hay que darse cuenta de que la situación es grave". Le contesté: "Ya era hora.” El segundo dijo: "Realmente habría que hacer algo.” Yo le dije: "El mero hecho de utilizar ese tiempo condicional te hace cómplice de esta situación”. Y añadí: "¡Hay que hacer algo!” Y me respondió: "Pero en términos de presupuesto, es demasiado tarde, hay que esperar hasta...". Le corté: "¡¿Se da usted cuenta de la barbaridad que está diciendo?! Para controlar el puerto de Amberes hay seis escáneres de alto rendimiento, pero necesitamos veinte. ¿A qué esperan para comprar catorce más?”

A continuación, se produce un silencio incómodo...

También tuve una pequeña discusión, por interposición, con el primer ministro, Alexander De Croo, porque había mantenido ese discurso antes de que estallara el asunto Sky ECC, y antes de las amenazas de secuestro de nuestro ministro de Justicia, Vincent Van Quickenborne (objetivo de la mafia de la droga en septiembre de 2022). Un periodista de RTL Bélgica le había echado en cara al primer ministro lo que yo le había dicho: "La situación se está volviendo insostenible en términos de corrupción. Él respondió: "¡Que lo demuestre! Un año después... ¿Qué más necesita?  

No sólo hay que perseguir a los delincuentes, también a los asesores fiscales, abogados, contables, banqueros... todos los que participan en hacer limpio el dinero sucio, según el principio de Al Capone, que invertía el dinero en lavanderías de Chicago

Su ministro de Justicia sigue en un piso franco. En Países Bajos, el primer ministro y la princesa heredera Amalia están bajo protección policial...

No se trata de una guerra larvada, sino de una guerra declarada por los narcotraficantes, de ahí la creciente concienciación de la clase política. Pero es lento, terriblemente lento. No es proporcional al fenómeno. No creo que la sensación de impunidad y la violencia actual de los delincuentes se deba a que estén rodeados y perseguidos, sobre todo desde el desmantelamiento de Sky ECC, sino a que han alcanzado un enorme poder financiero. 

¿Es demasiado tarde para romper esta dinámica delictiva?

Para acabar con el tráfico, hay que incautar todo el dinero posible e impedir que circule, hay que reforzar los controles en los puertos, realizar una vigilancia indiciaria de estibadores, empleados de aduanas y administrativos, porque sin ellos, la droga no pasa. También debemos perseguir a los blanqueadores de dinero, porque el tráfico sólo prospera si se blanquea el dinero.  

No sólo hay que perseguir a los delincuentes, sino también a los asesores fiscales, abogados, contables, banqueros, aunque dispongamos de un sólido sistema de control, Tracfin en Francia y Ctif en Bélgica. En resumen, todos los que participan en hacer limpio el dinero sucio, según el viejo principio de Al Capone, que invertía el dinero de sus negocios en lavanderías de Chicago.

También es necesario educar a los consumidores. La cocaína se ha convertido en una moda, con consumidores sobre todo de estratos acomodados, que engordan las organizaciones criminales. ¿Por qué, cuando se trata de drogas duras, no consideramos que la persona que las consume forma parte de la red criminal porque la está enriqueciendo? Sé que la gente se puede escandalizar al decir esto, pero la mejor manera de luchar contra la pornografía infantil ha sido criminalizar a los clientes. De vez en cuando, además de la educación, puede funcionar el miedo a la policía.  

Usted dijo en una entrevista que un caso como el de Sky ECC es "excepcional", "un golpe de suerte extraordinario". Usted dice que está "librando una guerra con catapultas contra gente extremadamente bien equipada". ¿De qué recursos dispone en Bélgica?

Los medios de que disponemos son, en primer lugar, internacionales. La creación de la Fiscalía Europea para asuntos financieros, representa un paso adelante. Hay siete jueces europeos en Bélgica, yo soy uno de ellos, me encargo de la parte francófona de la jurisdicción del Tribunal de Apelación de Bruselas. Estoy en primera línea para ver que la criatura empieza a andar, incluso a correr. Existen herramientas maravillosas como Europol y Eurojust, la cooperación entre la policía y la judicatura en La Haya.

Aparte de eso, a nivel nacional, en Bélgica estamos experimentando un retroceso. En 2015, un ministro (Jan Jambon, del partido independentista flamenco N-VA) decidió incluso suprimir la Oficina Central de Lucha contra la Delincuencia Económica y Financiera Organizada... ¡Mi brazo fuerte! Pero, ¿por qué hacía eso? Ni siquiera se informó. En aquel momento, estábamos obteniendo resultados en la lucha contra el fraude en el carrusel del IVA.

Afortunadamente, en aquel momento pusimos el grito en el cielo y se echó atrás. Tuvimos que salir a la palestra, en los medios de comunicación, en el Parlamento, pero lo conseguimos. Menos mal. Si no, hubiera sido un desastre. Los recursos nacionales de nuestro país están en declive. Por otro lado, los recursos de las organizaciones delictivas son cada vez mayores, ya se trate de ciberdelincuencia pura o del uso del "cyberworld" para facilitar cualquier actividad ilegal, y esto va a estallar, está aumentando, es aterrador. Y nuestras fuerzas policiales, en esta zona, siguen siendo las mismas, nuestros medios insuficientes.  

La cocaína tiene consumidores sobre todo de estratos acomodados que engordan las organizaciones criminales. ¿Por qué, cuando se trata de drogas duras, no consideramos que la persona que las consume forma parte de la red criminal?

El peligro al que nos enfrentamos es terrible: no hay un día sin un gran escándalo de piratería informática. Estoy hablando de cosas muy importantes. Piense también en los bitcoins, que son monedas virtuales de blanqueo de dinero que aún no hemos encontrado la forma de controlar...

En varios casos, busco desesperadamente policías y no me los dan. Pido a la Policía Judicial Federal que me asigne investigadores, y me dicen, en la mitad de mis casos: "No tenemos recursos".

¿Cómo se puede investigar en esas condiciones?

Lo digo a menudo en mis entrevistas: perseguimos a un Porsche con un 2CV, no hay necesidad de competir. El arte de perseguirlos es crear atascos.  

Su nombre está asociado a investigaciones que han enviado a prisión a personalidades influyentes de la política, del deporte, de la economía, etc. ¿Cómo no desanimarse cuando se libran batallas tan duras durante tanto tiempo?

Hay algunos éxitos, por supuesto, pero muchos casos acaban prescribiendo por falta de recursos. Lo que me hace seguir adelante es que me divierto, es verdaderamente apasionante. He conocido a colegas míos que son gente fantástica, pero también a policías especializados con los que trabajo, que tienen talento y son humanos. La policía no solo se dedica a aporrear.

Soy juez de instrucción desde hace 22 años. Para mí es realmente necesario informar a los ciudadanos. Por eso también elegí el camino literario. Un día le dije a mi editora: "Voy a escribir una novela policíaca sobre el carrusel del IVA". No estaba convencida. Pero fue un éxito, el libro ya está agotado. Tenía dos mensajes: el primero: "No lo intentes"; el segundo: la realidad supera la ficción. En 2010, escribí otro, esta vez sobre técnicas de blanqueo de drogas: Recuerdos del Rif. Seis años más tarde, cayó en mis manos un caso similar y me vi atrapado por la realidad.  

Nuestro sistema judicial es tan lamentable en términos de falta de recursos y consideración que las negociaciones se llevan a cabo con la pistola apuntando a la cabeza del fiscal en lugar de a la cabeza de los procesados

Una de sus investigaciones más importantes fue la que obligó al banco HSBC, acusado de fraude fiscal y blanqueo de capitales, a pagar al Estado belga casi 300 millones de euros en 2019, una transacción penal récord en Bélgica. También se le conoce como "Míster 100 millones" por las sumas que devuelve al Estado belga...

En Bélgica tenemos una ley de transacciones penales que te permite redimirte ante los tribunales pagando. Este sistema puede verse como una ruptura de la igualdad, porque según seas poderoso o menesteroso, los juicios te harán blanco o negro, como diría La Fontaine, pero es un mal que, sin embargo, te permite conseguir algún bien.

Sigue habiendo un problema: en la actualidad, las transacciones penales sólo las negocia la fiscalía, el juez de instrucción no interviene. Nuestro sistema judicial es tan lamentable en términos de falta de recursos y consideración que las negociaciones se llevan a cabo con la pistola apuntando a la cabeza del fiscal en lugar de a la cabeza de los procesados. Debe aumentarse la cuantía de las multas y las indemnizaciones a las partes civiles. Algunas cantidades parecen enormes, pero se trata de un mero pinchazo comparado con el fenómeno.  

¿Le preocupa el sistema democrático, el Estado de Derecho?

Sí, me preocupa. ¿Por qué son tan poderosas estas organizaciones criminales? En primer lugar, como ya he dicho, por las cifras. En segundo lugar, operan con toda una serie de profesionales y personas ajenas a las organizaciones, pero que en última instancia estarán penalmente asociadas a ellas. Ese es todo el sistema de blanqueo de dinero. La corrupción es privada, pero también es pública.

Cuando se habla de dinero sucio, y este toca el mundo político, las personas se convierten en bestias feroces

Se hace imprescindible reaccionar en proporción a la inmensidad del fenómeno y nuestro papel es avisar. En Bélgica tenemos más libertad de expresión que los magistrados franceses, no para hablar de nuestros casos seríamos inmediatamente destituidos, sino en relación con la jurisprudencia europea: los magistrados están obligados a denunciar las situaciones antidemocráticas.

En Bélgica, el juez de instrucción tiene más poder que en Francia, donde se le ha quitado un ala a la investigación creando el juez de las libertades y de la detención. Pero envidio a Francia en ciertos puntos. Soy miembro del Greco (Grupo de Estados contra la Corrupción del Consejo de Europa) y, como experto, me contrataron para evaluar a Francia en 2019.

En aquel momento, me reuní con el jefe de gabinete del presidente Macron, con el jefe de la policía francesa, con los más altos funcionarios, y comprobé que en Francia, a diferencia de Bélgica, que va muy retrasada en la lucha contra la corrupción, se habían producido realmente algunos movimientos legislativos muy interesantes, en particular las leyes Sapin tras el caso Cahuzac.

Han creado la agencia anticorrupción francesa, la Fiscalía Nacional Financiera, y algunos expertos de la Comisión de Justicia de la Cámara de Representantes en Bruselas estamos presionando para que se cree una Fiscalía Nacional Financiera en Bélgica, a ser posible más independiente que en Francia.

Cuando se habla de dinero sucio, y este toca el mundo político, las personas se convierten en bestias feroces. En mi carrera he tenido problemas con el mundo político, pero no en términos de presión. Sigo siendo completamente independiente.

  

Caja negra

La entrevista se realizó en Francia el 6 de enero de 2023, en persona.

Transparencia Internacional alerta del círculo vicioso entre el retroceso de las instituciones democráticas y la corrupción

Transparencia Internacional alerta del círculo vicioso entre el retroceso de las instituciones democráticas y la corrupción

 

Traducción de Miguel López

 

Más sobre este tema
stats