La UEFA desacreditada, el fútbol en peligro

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Apenas una semana después de las primeras revelaciones de Mediapart (socio editorial de infoLibre) en el marco de Football Leaks, sobre la codicia y la impunidad que reina en el mundo del fútbol, la UEFA guarda silencio. Ni una reacción de su presidente Aleksander Ceferin, ni un mero comunicado de prensa. Señal de la complicada situación por la que atraviesa la federación europea, que ha encubierto el dopaje financiero masivo de los mayores clubes del continente, traicionando los valores del fútbol y las normas que ella misma había establecido.

Las nuevas filtraciones demuestran hasta qué punto los principales dirigentes del fútbol (Ceferin, su predecesor Michel Platini y el actual jefe de la Fifa Gianni Infantino) se han puesto de rodillas ante el dinero, ofreciendo impunidad a los clubes más ricos, a través de una serie de compromisos y acuerdos secretos. Y de este modo reforzaron su dominio, sin tener en cuenta a los demás clubes ni a sus seguidores, condenados a ver a su equipo perder contra equipos más grandes.

Los números son de vértigo. Entre el fraude del PSG en Catar (1.800 millones de euros), el Manchester City de Abu Dhabi (2.500 millones de euros), los clubes subvencionados por la Rusia de Putin (1.650 millones de euros) y algunos otros, como el AS Mónaco del oligarca ruso Dmitry Rybolovlev, la UEFA ha blanqueado más de 6.000 millones de euros en inyecciones de efectivo. De modo que estos privilegiados pudieron vivir por encima de sus posibilidades, sin ninguna racionalidad económica y violando las reglas del juego justo financiero.

Los Football Leaks presentan el verdadero rostro de la UEFA: débil con los fuertes y fuerte con los débiles. El órgano judicial interno de la organización, el Comité de Control Financiero de Clubes (CFCB), ha sido despiadado con los clubes pequeños. En 2013, el Partizán de Belgrado quedaba excluido de las competiciones europeas durante un año. Su crimen: dos millones de deudas con otros clubes y con la Administración serbia.

En 2012, la UEFA demandó a ocho clubes rumanos por impagos que oscilaban entre unos pocos cientos de miles de euros hasta 2,6 millones de euros y excluyó a tres de ellos de las competiciones europeas. “Lo que la UEFA ha hecho con los grandes clubes es inmoral”, afirma Valeriu Iftime, propietario del club rumano Botosani. “Los clubes pequeños no tienen voz en la cuestión, no tienen ninguna posibilidad”.

Incluso con los grandes, reina la arbitrariedad, como en el caso de los rivales italianos, el AC Milan y el Inter de Milán. En 2015, el Inter, que tenía un déficit excesivo de 165 millones, fue sancionado con una multa de 6 millones de euros y algunas restricciones. A pesar de que el déficit era menor (de 121 millones), el AC Milan fue expulsado de las competiciones europeas en junio de 2018 durante un año (sentencia anulada en apelación). Incomprensible.

Estas desigualdades flagrantes fueron posibles por la opacidad del Comité de Control Financiero de los Clubes, el llamado organismo “independiente” de la UEFA responsable de castigar las violaciones del juego limpio financiero. Los procedimientos son completamente secretos y los acuerdos amistosos firmados con los clubes se publican en versión censurada, sin que se conozca el importe de los déficits ni la naturaleza de los eventuales fraudes descubiertos.

“Esta opacidad le ha permitido a la UEFA tomar decisiones políticas. Lo sospechábamos, pero no podíamos demostrarlo. Antes de las investigaciones sobre Football Leaks, los clubes no podían saber que existían tales desigualdades de trato”, explica el profesor universitario Antoine Duval, especialista en Derecho deportivo del centro de investigación neerlandés Asser.

A raíz de las revelaciones de Mediapart, la UEFA ha quedado desacreditada. Y el juego limpio financiero puede que no sobreviva. ¿Cómo puede el CFCB condenar ahora a un club por un déficit de 50 millones cuando el fraude de 1.800 millones de euros del PSG se ha blanqueado? “En lo sucesivo resultará mucho más fácil para los clubes impugnar las sanciones ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) y pedir que sus sanciones se reduzcan en proporción a las negociadas con el PSG y el Manchester City”, afirma Antoine Duval.

El PSG, cuyo caso sigue abierto, también ha interpuesto un recurso ante el TAS con el fin de impugnar que se esté revisando su sentencia con el objetivo de endurecerla. El argumento del club es que, dado que la UEFA ha acordado valorar su contrato de patrocinio con Catar en 100 millones de euros al año (a pesar de tener un valor real de no más de tres millones de euros), no tiene derecho a desdecirse. Una fuente de la UEFA, conocedora del caso, ha confirmado al consorcio internacional de periodistas (EIC) que el argumento podría ser admisible. En resumen, dado que valoró un contrato falso en 100 millones, la UEFA corre el riesgo de sentar jurisprudencia, lo que supondría legalizar el dopaje financiero mediante el patrocinio inflado, al menos en similares términos al del PSG y del Manchester City.

Sin embargo, el juego limpio financiero, instaurado por Michel Platini en 2010, fue una gran idea. El objetivo era limitar drásticamente el déficit de los clubes para evitar la quiebra y la especulación. Y restaurar la equidad deportiva, impidiendo que los Estados y los multimillonarios gastasen dinero para hacerse con los mejores jugadores.

La deuda de los clubes

Según la UEFA, el primer objetivo se ha alcanzado en gran medida, ya que la deuda de los clubes europeos ha disminuido considerablemente desde 2010, pasando de representar el 60% al 35% de su volumen de negocios. El segundo es un fracaso total por la falta de voluntad política.

Aunque esto no resta importancia al fraude que ha cometido, el PSG tiene razón al decir que se han cometido injusticias en las reglas del juego limpio financiero (JLF). Dicho JLF no tiene en cuenta el nivel de las cotizaciones a la seguridad social, lo que constituye una importante desventaja para Francia. Según un estudio de la Liga de Fútbol Profesional, por cada 600.000 euros brutos pagados a un futbolista, un club francés abona 186.000 euros en concepto de gastos, frente a los 81.000 de Inglaterra, los 33.000 de Italia y los sólo de 12-14.000 euros de España y Alemania, donde las aportaciones están limitadas.

El juego limpio tampoco tuvo en cuenta el nivel de endeudamiento. Esto es una gran ventaja para los clubes españoles, que han contraído deudas por encima de lo razonable y cuyas deudas han sido canceladas en parte por el Estado o las autoridades locales. Tras la compra de los llamados galácticos (Zidane, Beckham, Ronaldo), la deuda del Real Madrid superó los 600 millones de euros.

Con Aleksander Ceferin en la Presidencia de la UEFA, la mayoría de los agujeros de la raqueta fueron tapados con una reforma financiera de juego limpio votada hace seis meses, en mayo de 2018. Limita la deuda y el montante anual de las compras de los jugadores (hasta un máximo 100 millones por año, más el importe de las ventas).

Sin embargo, las normas de aplicación aún no se han publicado. La reforma sólo se aplicará, en el mejor de los casos, en el verano de 2019. Y ya llega demasiado tarde.

Al limitar las inversiones, el juego limpio financiero ha creado una barrera a la entrada que ha dado una enorme ventaja a los “viejos ricos” del continente, algunos de los cuales fueron dopados en gran medida en el pasado, como el Real (endeudado) o el Chelsea (el oligarca Roman Abramovich ha metido ya en el equipo 2.000 millones de euros).

El PSG se queja de que no puede hacer lo mismo. Por otro lado, los Football Leaks demuestran que al tapar los miles de millones de dólares de Catar y de Abu Dhabi, la UEFA ha regalado al PSG y al Manchester City un billete para entrar en el primer círculo, la Money League, así llamada por el ranking de los clubes más ricos de Deloitte.

Con el JLF, la UEFA ha contribuido a la creación de facto de un cártel de los diez clubes más ricos, que dominan –o incluso aplastan– sus campeonatos nacionales y confían en pasar a la fase final de la Liga de Campeones.

Para ser justos, el juego limpio financiero debería haber ido acompañado de una fuerte redistribución de los ingresos en beneficio de los demás clubes, que son la inmensa mayoría.

Pero la UEFA, una vez más, ha traicionado sus valores. Tal y como revelan los documentos de Football Leaks, su secretario general, Theodore Theodoris, aceptó que la reforma de la Liga de Campeones le fuese dictada por un cártel de cuatro “viejos ricos” (Real, Barça, Juve, Bayern), que han obtenido todavía más dinero a expensas de todos los clubes pequeños y medianos del continente, especialmente los franceses- A riesgo de que la Liga de Campeones termine por convertirse, en la práctica, en una liga de élite cerrada.

Este compromiso es tanto más cobarde por cuanto la UEFA es muy consciente de la gravedad del problema. Una presentación confidencial, dada a conocer el 19 de septiembre de 2017 a los miembros del Top executive programme de la UEFA, señalaba su preocupación por el nivel sin precedentes de desigualdades entre los clubes. A riesgo de dañar el juego y de hastiar a los amantes del fútbol. En contraste con las competiciones “vibrantes y equilibradas” que son el objetivo oficial de la UEFA.

En la presentación se reconoce que, de forma lenta pero segura, se avanza hacia una aplastante dominación de los “grandes clubes de élite”, que podrían resultar “irreparables”. De 2010 a 2016, la proporción de ingresos totales recaudados por los 12 clubes más ricos pasó del 27% al 32%.

Los grandes engordan más rápido, hasta el punto de aplastar a los otros. La presentación de la UEFA apunta a la “dramática concentración en los mayores traspasos”. El precio de los jugadores de los 12 mejores equipos se ha duplicado en seis años hasta alcanzar los 6.000 millones de euros. Entre los 250 mejores jugadores del mundo, el 61% juega en alguno de los 13 mejores clubes. Los grandes también se hacen con suplentes de lujo, de los que no se sirven mucho, y con los mejores jugadores jóvenes. Como resultado, hay demasiados “muy buenos jugadores en el banquillo”, lo que “socava la competición”, reconoce la UEFA.

Y, oh sorpresa, los grandes ganan más en el campo. “Se ha comprobado académica y empíricamente que hay un nivel muy alto de correlación entre el dinero gastado y el ganado. En otras palabras, cuanto más gastes frente a tu rival, más posibilidades tendrás de ganar”, dice la presentación confidencial de la UEFA.

Existe una solución simple: el “tope”, es decir, el máximo del importe total del presupuesto de los clubes o de las remuneraciones de los jugadores. Está en vigor en la Liga Americana de Fútbol, un país ultraliberal. Pero según la presentación de la UEFA, “esto perjudicaría gravemente a los grandes clubes”, a los muy ricos, y no tendría “ningún sentido financiero para ellos” Por no mencionar “las medidas de control y los costes administrativos necesarios para imponer tal medida”.

Ya está todo dicho. No se trata de tocar el negocio y el cártel de los muy ricos. ¿Football Leaks forzará un cambio? Hasta ahora, se han escuchado muy pocas voces entre los clubes más modestos, signo de la omertà, de los intereses cruzados y el miedo que inspiran los grandes. La pelota está en el campo del presidente de la UEFA Aleksander Ceferin, quien, en el momento de escribir estas línea, sigue sin pronunciarse.

  Tras la publicación inicial de los primeros documentos en 2016, el pasado 2 de noviembre, 15 diarios europeos pertenecientes a la red de medios de comunicación European Investigative Collaborations (EIC), comenzaban a publicar nuevas informaciones en el marco de Football Leaks, la mayor filtración de información de la historia del periodismo. Se trata de 70 millones de documentos obtenidos por Der Spiegel, es decir, 3,4 teraoctetos de datos, que han sido analizados durante ocho meses por casi 80 periodistas, infografistas e informáticos. Corrupción, fraude, dopaje, traspasos, agentes, evasión fiscal, explotación de menores, compra de partidos, influencia política: los Football Leaks documentan de manera inédita la cara negra del fútbol. Estas revelaciones de interés público, difundidas por Mediapart (socio editorial de infoLibre), versan sobre documentos auténticos.

Además de Mediapart, los medios de comunicación participantes en el proyecto son Der Spiegel (Alemania), Expresso (Portugal), L’Espresso (Italia), Le Soir (Bélgica), NRC Handelsblad (Países Bajos), The Black Sea/RCIJ (Rumanía), Politiken (Dinamarca), Nacional (Croacia), Tages Anzeiger/Tribune de Genève (Suiza), Reuters (Reino Unido), De Standaard (Bélgica), VG (Noruega), Premières Lignes/France 2 (Francia) et NDR Television (Alemania).

 

Traducción: Mariola Moreno

Michel Platini, expresidente de la UEFA, detenido por amañar la adjudicación del Mundial de Catar

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