La COP28 es un enjambre de lobistas de los combustibles: asisten casi 2.500, cuatro veces más que el año pasado
Los activistas y observadores internacionales que han acudido a la cumbre del clima de la ONU en Emiratos se han visto sobrepasados un año más por la presión de los empresarios del petróleo, el gas y el carbón. El número de lobistas presentes en la COP28 asciende este año a al menos 2.456, una cifra récord y casi cuatro veces superior a la de la COP27 (636), que era el máximo hasta ahora. El conteo ha sido elaborado por la coalición Kick Big Polluters Out (Fuera Combustibles Fósiles) a través de las listas oficiales de asistentes. Hay incluso más lobistas que delegados de cualquier nación, salvo comparados con los representantes de Brasil (2.456) y Emiratos Árabes (4.409). En general, también se han disparado los asistentes totales: este año habrá casi 100.000 participantes, frente a los 40.000 de la COP27.
Aunque ese conteo no está desagregado por países, infoLibre ha identificado al menos a 43 representantes de empresas energéticas españolas en la lista de asistentes de la COP28, de compañías como Acciona, Cepsa o Naturgy. Aunque estas empresas tienen una parte de su negocio en las energías renovables, las organizaciones civiles insisten en que en esta cumbre no debería haber espacio para ellas, ya que son responsables históricos de la contaminación global e incluso todavía hoy defienden soluciones que son un parche a la descarbonización, como la fabricación de combustibles sintéticos o la captura de CO₂ del aire. Iberdrola lidera la lista con 10 participantes, seguida de Acciona (7), Naturgy (6), Cepsa (6), Red Eléctrica (4), Repsol (1), EDP (1) y Endesa (1).
También están presentes miembros de la Asociación Española del Gas (3), de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (2) y del Club Español de la Energía (1). Además, hay asistentes españoles de otras grandes empresas responsables de las emisiones globales, pero ajenas al mundo de la energía. Por ejemplo, el Banco Santander (3 representantes), Inditex (3) o Ferrovial (2).
Las organizaciones civiles denuncian que la presión de las compañías energéticas en una cumbre climática es inadmisible, como llevan criticando desde hace años, pero llega ya a un punto donde es completamente insostenible. "¿Realmente alguien cree que Shell o Chevron o ExxonMobil [tres de las mayores petroleras occidentales] están enviando grupos de presión para observar pasivamente estas conversaciones? Ellos son la razón de que la COP28 esté sumergido en una niebla de negacionismo climático que nos impide avanzar", señala Alexia Leclercq, cofundadora de Start:Empowerment, una organización que promueve la justicia climática.
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Los autores del informe señalan que muchos de estos empresarios han acudido a la cumbre gracias a grupos comerciales o empresariales, que son equipos de trabajo camuflados con nombres que dificultan su identificación, como la Asociación de Comerciantes de Derechos de Emisiones (IETA), un grupo suizo que ha llevado a la COP28 a 116 personas, incluyendo a trabajadores de las petroleras Shell, TotalEnergies y Equinor. Los lobistas españoles han acudido principalmente a través del equipo de la CEOE, de la Asociación Española para la Economía Energética, de la Asociación de Empresas de Energía Eléctricay del Grupo Español de Crecimiento Verde.
"La COP28 está siendo utilizada por los grandes contaminadores como una oportunidad para impulsar una agenda impulsada por los combustibles fósiles a expensas de las comunidades afectadas de primera mano por el cambio climático", afirman desde Kick Big Polluters Out. "Prueba de ello es que se permite la entrada a siete veces más de portavoces de los combustibles fósiles que representantes indígenas oficiales (316)".
La investigación solo incluye los lobistas relacionados con los combustibles fósiles, pero hay cientos de participantes más que trabajan para sectores muy contaminantes, como el transporte, la agricultura intensiva o el acero, que no están incluidos en el análisis. Los propios autores también consideran que el conteo es conservador porque solo han incluido a aquellos empresarios que directamente se han identificado ante los organizadores como empleados de empresas fósiles, pero creen que habrá otros tantos afiliados que se han acreditado a través de otras empresas u organizaciones para pasar desapercibidos. A diferencia de años atrás, en esta ocasión los asistentes a la COP28 estaban obligados a revelar a qué compañía representaban, lo que ha puesto al descubierto a muchos grupos de presión que probablemente han asistido de incógnito a anteriores cumbres del clima.