La cantidad ingente de bulos sobre las energías renovables que se difunden cada día es imposible de contrarrestar, y llegan desde todos lados. La extrema derecha negacionista produce muchos de ellos, pero también llegan desde supuestos expertos del sector privado e incluso desde una parte de la izquierda. Por eso, Pedro Fresco (Valencia, 42 años) ha desmentido muchos de ellos en su recién publicado Energy Fakes (Barlin Libros), donde aborda mitos que se leen en internet como que "el coche eléctrico contamina más que el de combustible", "los paneles solares se comen a la agricultura" o "las renovables no pueden satisfacer toda la demanda de energía".
La carrera reciente de Fresco ha estado, de hecho, muy condicionada por estos bulos energéticos. En diciembre de 2022 fue destituido como director general de Transición Energética en la Generalitat Valenciana porque chocó con políticos de Compromís que defendían que el futuro de la energía solar estaba en los tejados de los edificios y descartaban su construcción en tierra, basándose en la defensa del ruralismo. "Uno de los bulos que trato es ese, que la transición energética no se puede hacer solo con los tejados. De hecho, fue el primer capítulo que escribí, y lo escribí por esa experiencia. Algo que era tan evidente a nivel técnico y a nivel numérico, había gente —y hablo de altos cargos muy formados— que se negaban a aceptarlo", reconoce durante una entrevista con infoLibre. Antes de ocupar ese puesto fue asesor del Ministerio de Transición Ecológica, y ahora es el director de AVAESEN, la patronal valenciana de energías renovables.
Buena parte del libro se centra en desmentir fakes sobre los paneles solares, uno de los principales objetivos de los negacionistas de las renovables. Uno reciente lo protagonizó Felipe González, el expresidente socialista, que equiparó los residuos nucleares (que hay que almacenar en tanques de acero y hormigón) con los paneles fotovoltaicos obsoletos. Sin embargo, el libro recuerda que el 95% de los paneles que se venden hoy están fabricados con vidrio, aluminio, plástico y silicio, y que todos los contratos de construcción incluyen una cláusula que obliga a desmontarlos cuando termine su vida útil. Para quienes difunden que las renovables roban las tierras a la agricultura o que pronto los montes estarán repletos de molinos, el autor recuerda que en una economía de cero emisiones la solar y la eólica ocuparían el 0,56% de la península, y equipara su impacto visual con el que tienen hoy las carreteras o las líneas de alta tensión.
— ¿De dónde proceden estos bulos?
— Lo más frecuente es que procedan de los dos extremos de derecha e izquierda. La derecha populista vive de los bulos porque su esencia política es la conspiración, mientras que en la izquierda proceden de lo que llamaría la izquierda chamánica, que desconfía de la ciencia y la tecnología.
— ¿Y qué opinas de que la izquierda también se sume a estos bulos, pese a que las renovables son parte de la lucha climática?
— Pues me sorprende y me frustra. Para mi ser ecologista y no estar a favor de las renovables es como ser de izquierdas y no apoyar la sanidad universal, es una contradicción. Pero también es verdad que no es nuevo, hace años que se habla de que una parte de la izquierda ha abrazado el chamanismo y las pseudociencias.
Además de los bulos ideológicos, Fresco también identifica un ataque claro hacia la transición verde desde las multinacionales, que peligran por el auge de las renovables, y señala tres sectores: las petroleras, los fabricantes de coches de combustión y las nucleares. "Las petroleras son el claro ejemplo porque desde los años 60 esconden su impacto en el cambio climático, pese a que tenían informes que lo certificaban", explica.
Donde más peligro ve el experto en la actualidad es en la industria del coche eléctrico, donde hay influencers en redes especializados en denigrarlos con millones de seguidores. Las mentiras más repetidas son que no sirven para hacer viajes largos, que contaminan más que los térmicos o incluso que las baterías arden con facilidad. "La producción de coches de combustión es una actividad económica muy importante en España y creo que eso ha hecho que se multipliquen los bulos en los medios de comunicación. No es la única causa, pero eso ha llevado a que las ventas de eléctricos en España sean menores que en otros países", apunta sobre este asunto.
La nuclear no se expande por el mundo, como algunos afirman
La energía nuclear es otro de los grandes temas del libro porque los siete reactores que hay en España cerrarán durante los próximos diez años, y en esta recta final hay una fuerte presión para tratar de alargar su vida útil, una apuesta que han tenido potencias como Francia o Japón. En este caso, "más que bulos, son propaganda", dice el autor, ya que intentan trasladar la idea de que la energía nuclear es hegemónica en el mundo y que es el futuro porque es cero emisiones y es barata. Sin embargo, Fresco argumenta que esta tecnología "lleva 30 años estancada". "Llevo escuchando que la nuclear va a resurgir desde los 18 años, y tengo 42. Es un mito cíclico que lleva décadas circulando, es parte de la desesperación. Cuando quieres que la nuclear triunfe, pero no lo hace, solo te queda inventarte la realidad y decir que todo el mundo está construyendo centrales y que los pequeños reactores son el futuro", añade.
Uno de los argumentos más repetidos en redes sociales y por algunos políticos es que España se ha empeñado en cerrar las nucleares cuando el mundo va a favor de ellas, o que Alemania —que apagó su última central en 2023— se ha arrepentido de su clausura porque ahora contamina más. "Esos casos no son ni desinformación, son mentira. Alemania quemó menos carbón el año pasado que en su historia reciente. Y decir que España va a contracorriente también es falso. Bélgica y Taiwán tiene un cierre nuclear planeado, e Italia y Lituania ya las cerraron en su momento. De hecho, la mayoría de países del mundo no tienen centrales nucleares ni las van a tener. Lo que se está creando es una burbuja de expectativas falsas para crear una sensación de que todo el mundo quiere las nucleares, pero es mentira".
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En España, este cierre nuclear está pactado entre el Gobierno y los propietarios de las centrales. Este consenso es tan firme, que incluso con un cambio de Gobierno, el experto cree que nada cambiaría. "Creo que el PP trataría de sentarse con el sector para replantear su clausura, pero para eso hay que garantizar una rentabilidad a las centrales. Quien quiera alargar la vida de la nuclear tendrá que decir a los españoles que esto va a costar dinero", zanja sobre este sector.
Los errores de la industria renovable
Fresco reconoce también que en España se han hecho cosas mal a la hora de desplegar masivamente la solar y la eólica. En su propia región, la Comunitat Valenciana, ha habido un rechazo histórico a la construcción de parques fotovoltaicos, mientras que en Galicia la oposición a la eólica es enorme en este momento. "Hay varios problemas. En unos casos se ha diseñado mal los proyectos desde el principio, y la oposición tiene sentido. En otros, los bulos han creado el problema. También hay municipios con movimientos económicos y políticos contrapuestos a las renovables que han aireado esta oposición. Lo que sí es verdad es que hemos fallado a la hora de comunicar por qué las renovables son importantes", afirma.
Y añade: "Durante muchos años, creo que las empresas han pensado que, como esto era bueno, no hacía falta explicar nada… Como el 80% de la población está favor, no hay que hacer ese esfuerzo pedagógico, pero no es así. No solo hay que ser bueno, hay que parecerlo. Es un descuido que se ha cometido en el pasado y hay que trabajar en él".
La cantidad ingente de bulos sobre las energías renovables que se difunden cada día es imposible de contrarrestar, y llegan desde todos lados. La extrema derecha negacionista produce muchos de ellos, pero también llegan desde supuestos expertos del sector privado e incluso desde una parte de la izquierda. Por eso, Pedro Fresco (Valencia, 42 años) ha desmentido muchos de ellos en su recién publicado Energy Fakes (Barlin Libros), donde aborda mitos que se leen en internet como que "el coche eléctrico contamina más que el de combustible", "los paneles solares se comen a la agricultura" o "las renovables no pueden satisfacer toda la demanda de energía".