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Qué tiene Bluesky para haberse convertido en un territorio seguro para los exiliados de X

La red social Bluesky en un teléfono móvil.

"Bluesky es el spin-off de Twitter". Así define Alberto R. Aguiar, periodista y experto en tecnología y redes sociales, a la nueva plataforma que acapara la atención de medio mundo ante el nuevo éxodo tuitero a este espacio ante la deriva del X de Elon Musk tras la victoria de Donald Trump. De aspecto muy similar al antiguo Twitter y con una mariposa como logo, nació en 2019 como un experimento dentro de la propia tecnológica para analizar cómo funcionaría la propia aplicación construida sobre un protocolo descentralizado y de código abierto. Cinco años después, sigue ahora el camino abierto por Mastodon, y que también tomó más recientemente Meta con Threads, en la apuesta por la descentralización y la web abierta. 

Lo que comenzó siendo un proyecto dentro de Twitter, auspiciado y alentado por el fundador y entonces CEO Jack Dorsey, se ha convertido ahora en una red social totalmente diferenciada tras romper con Musk después de que tomara el control total del universo tuitero en octubre de 2022 para adaptar la plataforma a su imagen y semejanza. Sin pájaro azul en el logo y con otro nombre, X se deshizo de Bluesky al tiempo que comenzó a transformar sin ningún tipo de disimulo su algoritmo para beneficiar al discurso ultra apelando a una falsa libertad de expresión. Una metamorfosis que llegó a su máximo apogeo durante las pasadas elecciones presidenciales de EEUU convertida ya en un arma propagandística que ha conseguido llevar de vuelta a Donald Trump a la Casa Blanca. 

"Puedo garantizar que ningún miembro del equipo de Bluesky se sentará con un candidato presidencial esta noche y le dará acceso directo para controlar lo que ve en línea", tuiteó la cuenta de esta nueva plataforma durante una noche electoral en la que Musk, en cambio, estuvo al lado de Trump como su "nueva estrella". Más allá de la gracia, este mensaje es toda una declaración de intenciones de una red social que lleva desde la irrupción del multimillonario en una carrera por ver quién le robaba el trono a Twitter. Y parece que, desde el pasado 5 de noviembre, ha tomado ventaja sobre sus competidores. 

Hace mes y medio, Bluesky tenía 6,18 millones de usuarios, cifra que aumentó a 10,8 millones hace 30 días y que se ha duplicado hasta los 21 millones durante los últimos veinte días. El éxodo de usuarios de X a esta nueva plataforma se aceleró sobre todo desde la victoria de Trump con días con incrementos de un millón de altas. "El crecimiento está siendo impresionante", reconoce Carmela Ríos, periodista y experta en redes sociales y desinformación.

Según explicó Rose Wang, la directora de operaciones de Bluesky, a The Verge, la "mayoría" de estos nuevos usuarios proceden de EEUU. Esto tiene una traducción directa en X: según recoge The New York Times, más de 116.000 personas en EEUU desactivaron sus cuentas el día después de las elecciones, lo que supone el mayor número en un solo día bajo el mandato de Musk. 

it's official — 1,000,000 people have joined Bluesky in just the last day!!! welcome and thank you for being here 🥳

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— Bluesky (@bsky.app) 15 de noviembre de 2024, 1:53

¿Cuál es el umbral de usuarios que debería alcanzar Bluesky para poner nervioso a Musk? Los expertos consultados por infoLibre reconocen que es imposible e irrelevante dar una cifra. "Es evidente que está lejos de ser una plataforma masiva", explica Alberto R. Aguiar. Para este experto, hay que tener en cuenta que X está muy hinchada por "periodistas y medios", aunque en momentos de crisis, como pasó durante la dana, se recurre a esta aplicación. 

"Lo que está claro es que Bluesky ya es un rival para X porque ya hay ataques hacia la red social por parte de usuarios proMusk y proTrump", indica Ríos que apunta que esto hace pensar que "esta vez sí puede ser una alternativa a X" sumado al "efecto de bola de nieve" porque "están empezando a desembarcar medios y políticos": "No hay que esperar al futuro". 

El tono y la moderación

Un futuro para el que Bluesky parte con ventaja con respecto a sus rivales para robarle el trono a Musk: su diseño recuerda y mucho al Twitter original por lo que el aterrizaje se hace de forma más natural. Además también es importante destacar que cuenta con los starter packs, con los que cualquier persona puede recopilar un listado de cuentas para recomendarlas, o la opción de crear feeds temáticos o un rastreador que permite localizar las cuentas de tus contactos de X

Más allá de todos estos elementos que ayudan al usuario, existen otras muchas diferencias que benefician a la nueva red social en esta carrera por quedarse con los usuarios de X. Para Carmela Ríos, la gran diferencia es "el tono de la conversación". Esta experta considera clave que aún no se haya reproducido "todavía" en Bluesky "la conversación polarizada y todos los discursos de odio y extremistas" que pulula a sus anchas por X: "Esto hace que la experiencia sea más placentera". 

Esta conversación más sana viene provocada principalmente por la existencia de moderación, algo que brilla por su ausencia en X tras la llegada de Musk. En Bluesky, en cambio, cualquier persona puede denunciar un contenido que considere peligroso, ilegal o que incumpla las normas de la comunidad. 

Según explicó en febrero la propia CEO, Jay Graber, en Wired, cuentan con "directrices comunitarias para evitar el acoso y la incitación al odio" y utilizan la moderación para crear "por defecto" un espacio "saludable y acogedor en la aplicación". Además, "cualquiera puede configurar y gestionar su propia infraestructura y empezar a etiquetar o anotar contenidos y cuentas en la red".

Así, según detallan desde la propia plataforma, el pasado 15 de noviembre en solo 24 horas recibieron 42.000 reportes, es decir, 3.000 denuncias por hora. "Es un récord histórico", explican, y, aunque la cifra pueda parecer baja, lo cierto es que en todo 2023 recibió 360.000 reportes en total.

In the past 24 hours, we have received more than 42,000 reports (an all-time high for one day). We’re receiving about 3,000 reports/hour. To put that into context, in all of 2023, we received 360k reports. We’re triaging this large queue so the most harmful content such as CSAM is removed quickly.

— Bluesky Safety (@safety.bsky.app) 15 de noviembre de 2024, 18:10

Red descentralizada y de protocolo abierto

Esta moderación es posible gracias, en parte, al hecho de que sea una red descentralizada y de protocolo abierto. ¿Por qué es tan importante esta característica? Pues porque mientras en las redes sociales tradicionales, como Facebook o Instagram, los datos de todos los usuarios están alojados en servidores conectados entre sí, en una descentralizada, como Mastodon, Threads o Bluesky, no. El funcionamiento es similar al correo electrónico, que permite desde siempre enviar emails desde Gmail a Outlook, y viceversa. En palabras de Rose Wang, directora de operaciones de la tecnológica, con esta aplicación el usuario "ya no está atado a un algoritmo dominante que promueve las publicaciones más polarizantes o las marcas más grandes" y está construido "por la gente, para la gente". 

Pero dentro de esta descentralización, Mastodon, Threads o Bluesky cuentan con protocolos diferentes. Las dos primeras funcionan dentro del ActivityPub, mientras que esta nueva app utiliza uno alternativo y de desarrollo propio denominado Authenticated Transfer (AT). "Este protocolo también es muy incipiente", apunta Alberto R. Aguiar, que reconoce que aún no se ha comprobado mucho como funciona, al contrario que el de ActivityPub con el que trabaja también Wordpress o Tumblr. 

Además de descentralizada, es una red de código abierto, otra ventaja frente a X. "Hay una especie de competición entre Bluesky y Mastodon porque ambos comparten esta base", afirma Aguiar. Para este experto, es la principal diferencia con X, "el mayor ejemplo de un jardín cerrado ya que el contenido generado ahí no se puede extraer". Esto permite también "volver a desarrollar apps como las que teníamos antes de que Musk echará el cierre a la API de Twitter", recuerda Carmela Ríos. 

Jay Graber, una figura totalmente opuesta a Musk

Aunque, sin duda, la gran diferencia y ventaja de Bluesky sobre X es su líder, ya que no es Musk. Aunque nació bajo el paraguas del propio Jack Dorsey en Twitter y fue uno de los impulsores de su consolidación fuera, ya no es miembro de la junta directiva desde mayo de 2024. Es más, incluso cuando anunció su salida alentó a los usuarios a permanecer en su primera creación, ahora llamada X.

En la otra cara de la moneda de Bluesky, encontramos a Jay Graber como CEO desde agosto de 2021. "Es una persona comprometida con la privacidad y las redes descentralizada. Tiene un concepto de Internet que difiere de las grandes plataformas", asegura Ríos. "Es una buena noticia que se defina a ella misma como activista pro-derechos digital", sostiene Aguiar. 

This is the future I want for us

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— Jay 🦋 (@jay.bsky.team) 18 de noviembre de 2024, 23:50

Y es que, según The New York Times, está posicionando a Bluesky como "un David que se enfrenta a Goliat diferenciándose aún más": decisión de Musk que solivianta al universo tuitero, la nueva red social responde posicionándose en el debate. La más reciente después de que el multimillonario anunciase que X utilizaría las publicaciones de los usuarios para entrenar a su tecnología de inteligencia artificial generativa. Graber, en cambio, ya ha dejado claro que nunca lo harían. 

Por qué está adelantando a Threads y Mastodon

Su tono, la moderación, ser una descentralizada y de protocolo abierto y la propia Graber impulsan a un Bluesky que en pocas semanas se ha convertido en el refugio de los exiliados de X. "Es difícil quitarle el trono a un servicio que ha existido durante casi 20 años en solo unos meses", confesó Kurt Wagner, autor del libro Twitter. El pájaro de la discordia, a infoLibre el pasado mes de mayo. Según explicó este periodista de Bloomberg, estas plataformas tienen el problema del "huevo y la gallina": "La gente aparece y si no encuentran un gran contenido desde el principio, se van. Pero para tener un gran contenido, necesitas mucha gente para crearlo". 

Para Wagner, la que más posibilidades tiene de robarle el trono a X es Threads porque "no solo tiene el respaldo financiero de Meta, si no que se está aprovechando de la red de usuarios de Instagram". Según recoge The Verge, ya cuenta con 275 millones de usuarios mensuales y crece también a un ritmo de más de un millón de registros por día. 

Mastodon parece que se ha quedado estancada en casi nueve millones de usuarios. Tras dos grandes picos de crecimiento tras la compra de Musk y la caída de Twitter en verano de 2023, la gráfica permanece ahora casi estable

Pero, ¿por qué parece que ahora Bluesky ha adelantado a Threads y Mastodon? "Se ha tomado su tiempo para desarrollarse. Hasta febrero, estaba cerrada y solo era posible acceder mediante invitación. Esto les ha permitido trabajar y desarrollarse con una base de usuarios pequeños e ir añadiendo funcionalidades poco a poco", reconoce Ríos que también señala que han tenido en cuenta la experiencia de otras redes sociales para sacar aprendizaje y no cometer los mismos errores. 

Bienvenidos España!

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— Jay 🦋 (@jay.bsky.team) 17 de noviembre de 2024, 22:35

Los problemas de Bluesky

Pero no todo es oro lo que reluce en Bluesky. La tecnológica esconde dos problemas que ponen en jaque su futuro.

Por un lado, su actual equipo. Tal y como explica The New York Times, los veinte empleados a tiempo completo de la red social han estado trabajando "sin descanso" para hacer frente a todos los problemas que conlleva el crecimiento de estas últimas semanas como son "caídas del sitio, errores en el código y problemas de moderación de contenido". 

"Está haciendo muy bien contar con un grupo de trabajo que está trabajando de forma ágil", reconoce Alberto R. Aguiar. "El mayor peligro que corre actualmente es ser víctima de su propio éxito", sostiene Carmela Ríos que, no obstante, considera importante que "al trabajar con desarrolladores externos puede seguir evolucionando más fácilmente". 

Y, por otro, el modelo de negocio. "Creemos que el dinero sigue al valor", asegura su CEO en Wired donde también deja claro que "siempre habrá opciones gratuitas" y que no pueden "ensuciar esta red con anuncios". Por ahora, cuentan ya con una especie de suscripción mensual que permite personalizar el nombre de usuario.

¿Es viable? "Facebook lo dijo hace muchos años y por ahora lo mantiene, aunque también introdujo las suscripciones de pago el año pasado", afirma Aguiar que destaca que estamos en un momento de cambio de paradigma hacia la web abierta: "Es pronto saber cómo monetizar la plataforma". Para este experto, la publicidad sigue siendo "la principal vía de ingresos" aunque Bluesky podría apostar por este modelo de suscripción o por seguir el camino de Mastodon que "no necesita financiación" ya que posee una cuenta de Patreon para sufragar los gastos con donaciones de los propios usuarios. 

Las dudas sobre Blockchain Capital

Lo cierto es que por ahora Bluesky sobrevive gracias al dinero procedente de las rondas de financiación, una práctica habitual en Silicon Valley, que han ido llevando a cabo desde que se independizaron de Twitter. Sin embargo, la tercera, anunciada hace tres semanas, ha sido la que ha levantado suspicacias por la entrada de Blockchain Capital, una empresa de capital riesgo perteneciente al sector de las criptomonedas, tras poner encima de la mesa 15 millones de dólares. 

Dos de sus fundadores son los hermanos Bart y Brad Stephens, cercanos al partido republicano, y el tercero en discordia, Brock Pierce, es amigo personal de la familia de Netanyahu, colaboró durante años con Steve Bannon y la criptomoneda que creó está siendo investigada por blanqueo de capitales. "Es importante el papel del inversor en una tecnológica, pero el modelo de web abierta permite evitar su influencia", reconoce Alberto R. Aguiar. 

¿Escudo antiMusk?

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Y es que además de los beneficios de la web abierta, Bluesky completa esta especie de escudo antiMusk o antimillonarios con su propia forma jurídica: es una Public Benefit Corporation, es decir, un tipo de empresa con fines de lucro cuyos objetivos incluyen generar un impacto positivo en la sociedad. Se trata de una figura que no tiene un equivalente ni en España ni en gran parte de Europa, exceptuando Italia y Reino Unido.

"El día de mañana si llega un Musk y compra Bluesky, los usuarios tendrán la soberanía para migrar a otra red social dentro del mismo protocolo llevándose toda su información", asegura Aguiar. 

"Por su propia configuración descentralizada, no sería posible la consolidación de un único poder", reconoce Carmela Ríos. Para esta experta, la sensación es que Bluesky ha nacido "en contraposición del sistema autocrático en el que se concentra en una sola persona", como pasa ahora mismo en X. 

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