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¿Cuánta concentración mediática puede soportar la democracia?
La Unión Europea proclama la necesidad de defender la libertad en los medios de comunicación de masas mediante la libre competencia empresarial, regulando las concentraciones nacionales para evitar que el pluralismo informativo corra peligro.
El eurodiputado y líder de Podemos, Pablo Iglesias, proponía recientemente, en el libro Conversación con Pablo Iglesias, el establecimiento de mecanismos de control público de los medios privados para paliar los peligros de la concentración. Alguien tan alejado ideológicamente de Iglesias como Pedro J. Ramírez, exdirector de El Mundo, admitía este domingo que coincidía con el dirigente de Podemos en este diagnóstico: "Si el derecho a la información es un derecho democrático, la concentración de la propiedad es incompatible con ese derecho". Pero, ¿cuánta concentración mediática puede soportar la democracia?
En España, la mayor parte de los medios de comunicación generalistas se encuentran concentrados en torno a ocho grandes grupos de comunicación. Atresmedia, Vocento, Unidad Editorial (un 96% del grupo se encuentra en manos del RCS Mediagroup), Grupo Godó, Editorial Prensa Ibérica, Prisa, Mediaset (en el que Prisa tiene un 13,65% de participación) y el Grupo Zeta se reparten la mayor parte del negocio informativo en nuestro país.
Un artículo proporcionado por el director del Informe Anual de la Profesión Periodística, Luis Palacio, que será publicado en Cuadernos de Periodistas, arroja cifras que evidencian dicha situación. Durante el año 2012, los ingresos agregados de la industria alcanzaron los 5.794 millones de euros, mientras que los ingresos de los ocho grupos mediáticos citados anteriormente sumaron 5.236 millones de euros; es decir, el 90% del total. Palacio explica que “aunque estos datos no son estrictamente comparables, pues unos proceden de informes sectoriales y otros de cuentas anuales de los grupos, evidencian un alto grado de concentración en el sector”.
Además, si nos centramos en la inversión publicitaria en España durante el año 2013, estos grupos captaron el 65% de la misma, según un informe realizado por Arce Media y Media Hotline. Estos datos ponen en evidencia, como afirma Luis Palacio, que “el resto del negocio que disputan los medios no incluidos en esos grupos no sólo es pequeño, sino menguante”.
De los datos que proporciona el Marco General de los Medios en España 2013, elaborado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC). podemos deducir que de las tres radios generalistas que acumulan un 68,1% de la cuota de share (SER, Onda Cero y Cadena Cope), dos de ellas pertenecen a alguno de los grandes grupos (al grupo Prisa la primera y a Atresmedia la segunda).
Si observamos los datos relacionados con la televisión, centrándonos en su cuota de share nuevamente, observaremos la existencia de un duopolio en relación a las audiencias. Entre las dos cadenas más vistas, Telecinco y Antena 3, acumulan un cuota de pantalla del 54,1%. Y La Sexta (Atresmedia) y Cuatro (Mediaset) también pertenecen a los grandes grupos.
Si hablamos de la prensa escrita, y tomando como referencia el mismo estudio, de los 30 diarios más leídos en España, un 76% pertenece a alguno de los grupos mediáticos mencionados anteriormente.
La evolución
No obstante, el panorama mediático ha dado un vuelco durante las últimas cuatro décadas. El sistema de comunicación se encontraba completamente gubernamentalizado durante el franquismo. La única televisión se situaba bajo monopolio estatal, mientras que en el sector radiofónico convivía la radio pública con diferentes emisoras privadas fruto de concesiones estatales a medida para diferentes empresas privadas afines al régimen. En el caso de la prensa coexistían rotativos de carácter público con diarios pertenecientes a empresas privadas, también sometidos al control estatal. Durante casi 40 años, Editorial Católica, Prensa Española (familia Luca de Tena) y TISA (familia Godó), se repartieron la información que no procedía directamente del régimen franquista establecido.
Con el desarrollo de los grandes grupos mediáticos durante la Transición y el crecimiento exponencial del número de rotativos a la venta, los niveles de concentración de los medios de comunicación aumentaron. Aportando datos concretos, en 1975 los siete grandes grupos mediáticos privados acumulaban el 56% del total de difusión controlada. En 1986, debido al nacimiento de nuevos diarios, los grupos de referencia aumentaron, pasando de siete a once en apenas 10 años. De esta forma, atendiendo a los datos recogidos en diferentes estudios, los 11 grandes grupos de comunicación españoles (Prisa, Godó, Prensa Española, Grupo Zeta, Grupo Correo, Prensa Canaria, EDICA, Montiel, Grupo 16, Grupo Punto Editorial y Estructura) acumulaban el 70,5% de la difusión total. El periodista Carlos Díaz Güell no duda al afirmar que el gran estallido de la concentración de medios se ha dado “durante los últimos seis años”.
Las consecuencias
Dicha acumulación de medios de comunicación en manos de un conjunto reducido de grupos mediáticos puede tener consecuencias desde el punto de vista económico, afectando a la libre competencia cuando alguna de estas operaciones facilite que empresas de comunicación refuercen su dominio frente al resto del sector, impidiendo o dificultando la entrada de nuevos competidores. Actualmente, existe ese riesgo en el mercado audiovisual español, donde se ha formado un duopolio en el que Mediaset y Atresmedia se reparten casi la totalidad del pastel. En una industria que ingresó, durante el año 2013, 1.628 millones de euros, los dos grandes grupos mediáticos se repartieron el 43,6% de la inversión publicitaria.
Pero, además de contemplar las consecuencias económicas, es necesario atender a la posible pérdida del pluralismo informativo con la proliferación de esta concentración mediática. Claro que los expertos señalan que, en algunos supuestos, dicha acumulación de medios en las mismas manos favorece esta diversidad de información, sobre todo cuando un medio en apuros económicos se salva al ser adquirido por un conglomerado.
Pero a largo plazo, señala el decano del Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía (CPPA), Antonio Manfredi, destaca que dicha concentración puede tener consecuencias negativas al producir “una fagocitación de los medios locales por otros medios de comunicación de gran tamaño que les hará perder su verdadera esencia; ocasionando una retirada de la capacidad democrática de la información; y provocando una enorme brecha informativa entre todos aquellos territorios que pueden permitirse mantener un medio de comunicación y aquellos que no”.
El papel de las entidades financieras
A pesar de esto, lo que más preocupa en el mundo del periodismo español es la entrada en los consejos de administración de los grupos mediáticos de importantes entidades financieras, intentando paliar así la descomunal deuda que grupos como Prisa, Planeta, Vocento, Godó o Mediaset tienen con las mismas.
La situación del grupo propietario de El País es paradigmática. El antiguo imperio de Jesús Polanco cerró el primer trimestre de este año con una deuda neta total de 3.513 millones de euros, 300 millones más que en el ejercicio anterior. Este agujero económico, además de obligarle este año a trocear Santillana Ediciones Generales y venderla por 72 millones de euros en su actual proceso de desinversión, le ha forzado a poner en manos de diferentes entidades financieras, cuyos vencimientos alcanzaban los 1.400 millones de euros a finales de 2010, una parte de la empresa. Actualmente, bancos como Caixabank, Santander y HBSC ya controlan el 23% del accionariado de Prisa, culminando así la operación de rescate iniciada en 2012 y por la que se emitieron bonos por valor de 334 millones de euros destinados a bancos acreedores.
El Grupo Vocento, por su parte, cerró 2013 con unas pérdidas cercanas a 175 millones de euros, 20 millones más que durante el ejercicio anterior. No obstante, el grupo mediático pactó en febrero de este año una operación financiera, con nueve entidades bancarias, por la que dispondrá en los próximos cuatro años de 175 millones. El conglomerado, propietario de ABC y de diveros periódicos regionales líderes en sus territorios, ya contaba durante 2012 en su consejo de administración con Fernando Azaola Arteche (BBVA), Jaime Castellanos (Lazard) y Rodrigo Echenique (Banco Santander), que se ha erigido presidente del consejo de administración del grupo en abril de este año.
Desde la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) afirman que “el control de los grupos mediáticos en manos de entidades financieras, concretamente la prensa, dificulta la independencia mediática”. No obstante, Carlos Díaz explica que dichos bancos “se encuentran como acreedores y, por lo general, preferirían no estarlo”.
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La propuesta de Pablo Iglesias
¿Qué opinan ante este panorma los periodistas sobre la propuesta de Pablo Iglesias? En la FAPE aseguran que “un control público de la totalidad de los medios de comunicación sería regresar a tiempos pasados. Gozamos de libertad gracias a la convivencia de medios públicos y privados”. Desde el Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía afirman que los medios de comunicación públicos son necesarios siempre y cuando se mantenga la libertad de expresión de los periodistas.
Además, hay que tener en cuenta un nuevo factor que puede alterar el panorama mediático español: la digitalización de los medios de comunicación con el desarrollo de Internet está rompiendo con el modelo de negocio establecido. El online va haciéndose, de forma paulatina, con una parte importante del negocio. En España la inversión publicitaria en dicha plataforma alcanzó, durante el año 2013, la cifra de 380,5 millones de euros, convirtiéndose así en el tercer medio por volumen de inversión.