Medios comunicación
Europa alerta a España del “riesgo” de concentración de sus medios audiovisuales
El pluralismo y la concentración de los medios de comunicación en el viejo continente son temas de preocupación para el Observatorio Audiovisual Europeo. Para este organismo, dependiente del Consejo de Europa y con sede en Estrasburgo, ambos factores son pilares fundamentales de la libertad de expresión. Sin embargo, según las conclusiones de su informe Propiedad de los medios de comunicación - Realidades del mercado y respuestas normativas [disponible en inglés, francés y alemán] los treinta mercados analizados de radiodifusión y distribución en Europa –que incluyen a miembros y no miembros de la Unión Europea– están “moderadamente o altamente concentrados” tras analizar cuotas de audiencia, distribución y propiedad de las empresas. Esto se explica, conforme se asegura en el texto, por “la naturaleza de las propias actividades, además de [por] las fuertes inversiones para entrar en este mercado y por la propia forma de evolución de la industria”.
En el caso de España, el estudio pone el foco en que los principales dueños de los medios tienen una cuota de mercado superior al 50%, algo que se agrava si se tiene en cuenta que España carece de una legislación específica sobre estos aspectos. No es la primera vez que a las instituciones europeas les llama la atención la concentración mediática española. El pasado octubre, el Parlamento Europeo advirtió del "riesgo alto" para el plurarismo que ello conlleva.
Este documento detecta la existencia de tres grandes grupos de radiodifusión con presencia en 17 países. Se trata de Modern Times Group –esta empresa sueca cuenta con canales en los países escandinavos y bálticos además de en la República Checa y Bulgaria–, Central European Media Enterprises –con sede en las islas Bermudas, opera en el centro y el este de Europa– y el Grupo RTL, el único con presencia en España. También con tentáculos en otros nueve países –incluida India– y una cartera de casi 60 televisiones, una treintena de radios y varias productoras en Estados Unidos, Reino Unido y Australia, es el segundo mayor accionista de Atresmedia Corporación, sólo por detrás de Planeta.
Asimismo, el Observatorio también alerta de la presencia de quince empresas de telecomunicaciones, presentes cada una en tres países como mínimo, y que ofrecen sus servicios al 68% de los hogares europeos suscritos a algún servicio de televisión de pago. Se trata de Altice, Deutsche Telekom AG, Liberty Global Group, Groupe M7, Orange –a pesar de haber absorbido en España a Jazztel en 2016, siguen existiendo ambas como marcas en virtud de los compromisos suscritos ante la Comisión Europea–, RCS/RDS, Telefónica –en Europa, la multinacional española trabaja bajo el nombre O2–, Telekom Austria AG, Telenor, Telia Sonera, The United Group, VIASAT –propiedad de Modern Times Group–, Vivendi –entre otros negocios, posee el 15% de Fnac– y Vodafone Group. Según explica el informe, “la mayoría de estas empresas están integradas en las cadenas audiovisuales, ya que así se aseguran la producción y el desarrollo de la oferta además de la distribución de sus contenidos”.
La existencia de un grupo de canales privados presentes en prácticamente todos los países de Europa es otro de las preocupaciones del informe. Es lo que el Observatorio llama cadenas paneuropeas. Es el caso de Discovery Channel, National Geographic, Fox, Disney, Eurosport, AXN y HBO. Para incrementar su distribución y sus ingresos, en vez de vender sus contenidos, han creado nuevos canales a partir de la marca importada de EEUU.
A pesar de que la mayoría de las fusiones son revisadas y aprobadas por la Dirección General de la Competencia de la UE, además de los propios organismos existentes de cada país –en España este papel corresponde a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia–, su inquietud es que la política mayoritaria es prevenir “el abuso de posiciones dominantes” pero nunca evitar “la existencia de posiciones dominantes”. Así, según explica el Observatorio, se garantiza “la entrada de nuevos actores y el buen funcionamiento del sector, que es beneficioso para el consumidor”.
Sólo dos grupos mediáticos, más de 50% de la audiencia
Ante tal panorama mediático, en la muestra de treinta países realizado por el Observatorio, los dos principales grupos de radiodifusión de cada mercado nacional obtiene un promedio del 51% de cuota de pantalla. En el caso de España, la concentración por audiencia en los dos conglomerados más grandes es bastante similar a la media europea, ya que está entre el 50 y 60%. Bosnia y Turquía son los que mejores datos ofrecen de audiencia –entre el 10 y el 20%– para sus dos grupos principales. En la otra cara de la moneda –con entre el 60 y el 70%–, se da en lugares como la región flamenca de Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Italia y Suecia. A pesar de “los cambios que han tenido lugar entre 2009 y 2013, la fragmentación progresiva de las tasas de audiencia es el resultado de una disminución en el nivel de concentración de las cadenas”. No obstante, tal y como explica el informe, “la cuota de mercado combinada de los principales grupos de televisión sufrió menos esa tendencia”.
Pero las cuotas de audiencia no son el único recurso para medir la concentración mediática. El Observatorio admite en el texto que el sector a nivel de distribución está “mucho más concentrado que la audiencia” y que el mercado tiene “ahora” menos “jugadores” que hace cuatro años. Así, en siete países –Portugal, Malta, Italia, Irlanda, Grecia, Reino Unido y Croacia–, sólo dos empresas proporcionan servicios de televisión a más del 80% de los suscriptores, mientras que en los 24 restantes son dos las compañías las que se reparten al menos el 50% de la tarta. España está en este segundo grupo, ya que los dos principales grupos reunen entre el 60 y el 70% de los clientes, teniendo en cuenta que el principal llega entre el 30 y el 40% de las casas.
Aunque según destaca el propio informe, la forma más completa de analizar la concentración mediática es atendiendo a la propiedad. Para ello hace uso del Monitor de pluralismo en los medios, una herramienta desarrollada por el Instituto Universitario Europeo que tiene por objetivo “evaluar la diversidad de los medios analizando cuatro áreas de riesgo: protección básica, pluralidad del mercado –existencia o no de legislación para limitar la aglomeración de medios, la existencia o no de leyes para promover la transparencia de los medios o el papel de las autoridades competentes–, política independiente e integración social”. Asimismo, tiene en cuenta dos tipos de concentración: la horizontal y la cross-media, cruzada o diagonalcross-media.
La horizontal, en el caso de los medios, se refiere a la propiedad de diferentes canales de televisión por parte de un único grupo empresarial. En España y otros diez países, en la concentración horizontal de medios, el riesgo es “medio”. El informe alerta, calificándola de “alto riesgo”, de la situación en Finlandia, Alemania, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Polonia y Suecia. Los peligros radican en la ausencia de organismos reguladores nacionales y en disposiciones para ejercer un cierto control limitadas al número de licencias que puede tener un sólo conglomerado mediático.
Concentración horizontal de los medios en Europa
La concentración cross-media, también llamada cruzada o diagonal, se produce cuando un prestador de servicios de televisión es, al mismo tiempo, propietario de un servicio de telecomunicaciones. El Observatorio Audiovisual Europeo alerta en este punto a ocho países, entre ellos España, del “riesgo alto”. Según explica el informe, este peligro es resultado de que “los cuatro principales dueños de los medios tienen una cuota de mercado superior al 50%”, además de la ausencia de “una regulación específica, la falta de aplicación efectiva del reglamento y la propensión a las fusiones y adquisiciones”. Junto a España, el informe pone la lupa sobre República Checa, Finlandia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia –que cuenta con una Ley de Medios vigilada sin la luz verde de Bruselas–, Rumanía y Suecia.
Concentración cross-media de los medios en Europa
Ya en octubre del 2016, el Parlamento Europeo advirtió a España de que la concentración mediática suponía un “riesgo alto” para el pluralismo. Se situaba, en este informe, entre los once países donde la propiedad de los medios influye directamente y de una forma evidente sobre los niveles de pluralismo, junto a Bulgaria, Grecia, Hungría, Italia, Finlandia, Dinamarca, Francia, Lituania, Polonia y Rumanía.
España, sin legislación contra la concentración mediática
Al contrario que Austria y Croacia –con riesgos “medios o bajos” en ambos tipos de concentraciones– y que han adoptado disposiciones para hacer frente a esta coyuntura, España no cuenta con una legislación específica sobre estos aspectos. En la Constitución solo se menciona la defensa del pluralismo político y la libertad de expresión, pero no la diversidad y variedad de medios. Según el capítulo de este informe dedicado a España, realizado por el profesor Carlos Llorens de la Universidad Autónoma de Barcelona, esto se debe a “razones históricas”.
A pesar de la existencia de la Ley General de Comunicación Audiovisual, la Ley de Defensa de la Competencia y del Real Decreto Ley 1/2009 de Medidas Urgentes en Materia de Telecomunicaciones, sólo se establece la presencia mínima de tres operadores independientes en el mercado y la limitación a tres del número de múltiplex de TDT por operador. ¿El resultado de esta regulación? De 32 canales de televisión en abierto existentes, 24 pertenecen a los tres grandes conglomerados: RTVE con siete, Atresmedia con ocho y Mediaset con nueve. Los ocho restantes están repartidos entre seis empresas: Net Televisión –Disney Channel y Paramount Channel– y Veo Televisión –DMAX– con dos cada uno, y 13 Televisión, Real Madrid, Grupo Secuoya –Ten– y Radio Blanca –DKiss– con uno.
Por ello, en abril de 2016, Podemos llevó al Congreso una proposición no de ley para limitar la concentración de la propiedad de medios. El partido de Pablo Iglesias solicitaba en el texto “poner límites a la propiedad cruzada en medios de comunicación y adoptar otras estrategias de fomento del pluralismo, la producción nacional y local en radio y televisión y la diversidad mediática para situar nuestro espacio mediático a la altura de los estándares de calidad europeos”. La iniciativa no llegó a debatirse porque las Cortes se disolvieron seis días después, el 3 de mayo, al convocarse nuevas elecciones el 26J.
Las otras amenazas al pluralismo
Sin embargo, las amenazas a la diversidad de medios no provienen exclusivamente de la existencia de los imperios mediáticos. El informe también apunta otras dos amenazas: la interferencia del Estado y el papel de los mercados relevantes relacionados como las agencias de medios u otras empresas como Facebook o Google.
El informe del Observatorio recuerda a los gobiernos que los servicios públicos de radiotelevisión deben estar sujetos a unas normas “de calidad, independencia e imparcialidad”. Y advierte de que “no hay que olvidar que la radiotelevisión pública también puede estar en riesgo cuando un gobierno o un régimen político utiliza su poder para manipular, como ocurrió recientemente en Polonia”. La Ley de Medios polaca, aprobada a principios de 2016 sin el visto bueno de la UE, considera a la televisión nacional polaca, las radios y la agencia de noticias PAP "entidades de la cultura nacional" y los sitúa bajo la competencia del Ministerio del Tesoro.
No es la única amenaza que sufre el pluralismo mediático. El texto señala como peligroso la “combinación de datos y algoritmos” que llevan a cabo Facebook y Google. Su actividad podría provocar la manipulación de los flujos de información y “socavar la libertad de expresión y el pluralismo de los medios”. Poniendo como ejemplo las últimas elecciones en Estados Unidos, la impunidad de las noticias falsas y la filtración de un documento interno de la red social de Mark Zuckerberg –aunque la compañía ha negado su existencia–, que aseguraba que existía la posibilidad de modificar el algoritmo de su News Feed para apoyar la campaña demócrata, demuestran los riesgos de su influencia y cómo pueden manipular gracias a su “poder en el mercado”.
Un informe europeo advierte de la influencia de las instituciones públicas en los medios españoles
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Sin respuesta de la UE
El Observatorio Audiovisual Europeo también constata en su informe la ausencia de una normativa específica a nivel europeo que garantice el pluralismo de los medios. “El Consejo de Europa (a través de iniciativas políticas) y la UE, a través de las decisiones de la Comisión Europea (en relación al derecho de competencia), tienen importancia en la salvaguarda de este aspecto en Europa”, asegura un texto que también apunta que, como pasa en muchas Constituciones nacionales de los países analizados, el artículo que usan para garantizar la libertad de expresión y el derecho a informarse –el 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos– no contiene “ninguna referencia explícita a la variedad de medios”. Aunque, señala, en la Carta Europea de Derechos Fundamentales se recoge la posibilidad de que exista una regulación que garantice la diversidad de medios.
¿Por qué este vacío con respecto a la concentración mediática? “Durante la creación de la UE, las cuestiones de los medios no eran una prioridad”, explica el informe en relación a un Tratado de Roma que acaba de cumplir medio siglo y una serie de actualizaciones a posteriori que siguieron sin rellenar este vacío. Y a día de hoy, tanto la UE como el Consejo de Europa entienden que tienen las manos atadas para garantizar la diversidad de medios y el pluralismo de opiniones ya que son “una expresión política, social y cultural de cada estado miembro”. Por esta razón, evitar la concentración de los medios no es susceptible de ser armonizada o desarrollar un marco legal a nivel europeo. La Unión Europea le pasa así la pelota a cada país.