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Un tramposo, cinco grados, el comunicado de un violador y filosofía educativa

¿Tenéis la sensación de que al analizar la realidad no se puede profundizar entre tanta suciedad? Un estupor generalizado inunda el ambiente. Pero ¿sentís que a pesar de todo hay hambre de un mundo mejor?

Sobre la presidencia de Estados Unidos llama la atención el mensaje de algunos titulares: “Hay una primera vez en la Historia de esta nación al ser elegido presidente un hombre condenado por la Justicia”. ¿No hay periodistas que lo hagan mejor? Estados Unidos hará Historia cuando elija a una mujer como presidenta. El resto es más de lo mismo. La realidad es que un hombre blanco, podrido de dinero, amigo de armas y bulos, consiguió desbancar en 2016 a una mujer blanca con formación y experiencia en política. Y ese mismo hombre lo ha vuelto a hacer en 2024 con una mujer de color sobradamente preparada para dirigir esa potencia mundial. Miro con estupor cómo el machismo elije a sus mejores representantes. Y para seguir igual, mujeres votando en contra de sus propios derechos. Los sistemas democráticos ya no son sistemas de garantías. Tenemos ejemplos históricos que posibilitan la subida al poder de fascistas capaces, por ejemplo, de gasear a millones de personas. Nadie en su sano juicio hubiera imaginado la barbarie de los campos de concentración, el intento de exterminio de gitanos, republicanos españoles, de judíos.

Israel masacra a los palestinos. ¿Qué hemos aprendido? Desde que la humanidad existe hay dos tipos de personas: las que quieren dominar y las que se dejan dominar. Quienes quieren dominar lo consiguen removiendo sentimientos y guiando la “libre elección” y/o por la fuerza. Para que la humanidad sea grande deberíamos querer que nos gobernaran auténticas personas buenas. En la educación siempre está la clave. Pero la educación es política. ¿Qué política educativa tenemos?

Decisiones sin vergüenza, pero ¿la tiene esa mayoría que pone en el poder a quienes deciden así?

Uno de los objetivos de la educación es que aprendamos a identificar y cuestionar las injusticias, desigualdades y opresiones presentes en la sociedad, así como a buscar soluciones desde una perspectiva transformadora. ¿Somos capaces de pensar por nosotros mismos, contrastar información, de no tragar lo que nos echan por el embudo de las redes sociales o desde platós altavoces de bulos? Cuando nos representa morralla es porque personas la han puesto ahí. El pueblo americano tendrá que apechugar con lo que ha elegido. La lástima es que el que más tiene lo compra todo y a casi todos. Asco-pena. La gente se quedó pasmada cuando supo que Hitler ordenaba gasear a seres humanos como quien come pipas. Ahora nos comemos las pipas viendo cómo masacran Gaza, cómo la invaden y dejan a su población -la que sobrevive- sin comida, ropa, sanidad, que se pudra, literalmente, entre los escombros. El mundo se desangra. Hay periodistas arriesgando sus vidas para contarnos verdades a las que, seamos sinceros, no prestamos atención. Hay en la actualidad más de 50 guerras con más de 90 países involucrados. ¿Y la hipocresía, cómo la llevamos? Somos Europa. Muy bien. Y aquí está Israel en competiciones deportivas, sin mayores problemas, pero Rusia no. Rusia es muy mala, malísima, y no puede participar en competiciones internacionales. Si el deporte es paz ¿no sería justo que quienes atacan a otros no pudieran participar? Decisiones sin vergüenza, pero ¿la tiene esa mayoría que pone en el poder a quienes deciden así?

Valencianos ¿es mejor invertir en el toreo que en unidades de emergencia? Tan peligrosa es una dana fruto del cambio climático como la desinformación para la gestión de sus consecuencias. Y he aquí a los negacionistas con deseo de poder, mintiendo, intentando convencer. Es esperpéntico que tenga más peso la opinión de alguien que fomenta cómo matar a un toro por placer, que lo que dice la experta Teresa Franquesa, doctora en ciencias Biológicas y autora de Cambio climático y ecoansiedad. De la preocupación a la acción: “Estamos por encima de 1,2 grados de la temperatura global del planeta que había antes de la era industrial. Hay quien dirá que a lo largo del mismo día o de una estación cambia mucho la temperatura. Pero una cosa es la temperatura local o estacional, y otra la temperatura global de la Tierra que sólo depende de la cantidad de energía que llega del Sol y de la que retiene el planeta. El aumento de la temperatura en 2 ó 3 grados son aumentos enormes. Tenemos que pensar que la diferencia que había entre un periodo glaciar o un periodo interglaciar normal era de unos 5 grados. La Tierra puede pasar de una bola de hielo a una bola de fuego con una variación pequeña de la temperatura global.”

¿Nos damos cuenta de la situación? Supongo que para convertir el malestar en acción tendremos, por mayoría, que sentir ese malestar. Por eso el trabajo está en tomar conciencia, en la educación.

Y si nos vamos a la reciente entrada en prisión del suboficial de la Guardia Civil que violó y acosó durante años a su subordinada, tanto en el cuartel de un municipio de la Región de Murcia como en la propia casa de la víctima, más de lo mismo. La perla machista la obligó a abortar, la trató como a una cosa sin dignidad. Ella sabe que no está sola, que la apoyamos, que la admiramos por su valentía al denunciar la barbarie. ¿Cómo de brutales serían las pruebas para que no pudieran justificarlas y neutralizarlas con alguna argucia de la que recurrentemente echan mano los tribunales militares (reminiscencias del pasado rancio y antidemocrático de la dictadura franquista)? Ese “poco” hombre, que se defendía hace unos días en un comunicado diciendo que no era un violador ni un monstruo tiene derecho a la expresión, a mantener su inocencia y a una defensa, pero ha quedado bien demostrado lo que hizo, “cositas” tipificadas como delito de agresión sexual, abuso de autoridad, trato degradante a una subordinada. Castigado a 19 años de prisión, cumplirá menos.

Ahí fuera hace muchísimo machismo, fascismo y odio. ¡Cuánta necesidad de filosofía educativa!

Nos harta el machismo porque toca los cimientos de la sociedad, de los valores de nuestra convivencia entre hombres y mujeres. Estos comportamientos se repiten una y otra vez. No tenemos conciencia. Si la tuviésemos, las personas que conformamos la sociedad, no pasaríamos ni una. Nuestros dirigentes, el periodismo y las universidades necesitan una revolución feminista. Ese hombre, y todos y cada uno de los mandos y compañeros que pudieron tener conocimiento de los hechos decidiendo mirar para otro lado, fueron a un colegio e instituto españoles, fueron formados en una academia de la Guardia Civil en suelo español. ¿Qué enseñan allí, qué valores absorben? Me decían hace poco que no puedo exigir valentía. Puedo y quiero. Exijo valentía para denunciar y para testificar la verdad cuando un tribunal te requiere para declarar. Exijo la responsabilidad de ser buenas y valiosas personas. La cobardía ante el mal permite las injusticias y nos corrompe.

Hace poco escuché en una entrevista a Josep María Esquirol, catedrático de filosofía de la Universidad de Barcelona. “La escuela del alma. De la forma de educar a la manera de vivir” es una obra deliciosa que invita a la reflexión y a pensar sobre otra forma de hacer las cosas para que la vida tenga más valor.

Para quienes tenemos hambre de un mundo mejor sus palabras nos alimentan: “Pensar significa ir a lo profundo de las cosas que más nos afectan. La atención indica la apertura que somos como seres humanos. Esta apertura puede cultivarse para ser cada vez mayor o puede cerrarse. Quienes deciden cerrarse están optando por la indiferencia y la frialdad. En la escuela se intenta cultivar el principio de la atención, de la apertura hacia los demás y las cosas bellas del mundo. Atender es una manera de ser. Las personas atentas viven cuidando y estando al tanto de aquello que les rodea. La atención nos aleja de la indiferencia. En el camino de la vida, si se da el progreso hacia la madurez hay una generación de frutos, porque la madurez hace que el camino recorrido sirva para generar algo que tenga sentido, algo bello, algo que incremente las cosas bonitas y con sentido del mundo. Educar es enseñar a vivir en la intemperie.

Ahí fuera hace muchísimo machismo, fascismo y odio. ¡Cuánta necesidad de filosofía educativa!

¿Tenéis la sensación de que al analizar la realidad no se puede profundizar entre tanta suciedad? Un estupor generalizado inunda el ambiente. Pero ¿sentís que a pesar de todo hay hambre de un mundo mejor?

Sobre la presidencia de Estados Unidos llama la atención el mensaje de algunos titulares: “Hay una primera vez en la Historia de esta nación al ser elegido presidente un hombre condenado por la Justicia”. ¿No hay periodistas que lo hagan mejor? Estados Unidos hará Historia cuando elija a una mujer como presidenta. El resto es más de lo mismo. La realidad es que un hombre blanco, podrido de dinero, amigo de armas y bulos, consiguió desbancar en 2016 a una mujer blanca con formación y experiencia en política. Y ese mismo hombre lo ha vuelto a hacer en 2024 con una mujer de color sobradamente preparada para dirigir esa potencia mundial. Miro con estupor cómo el machismo elije a sus mejores representantes. Y para seguir igual, mujeres votando en contra de sus propios derechos. Los sistemas democráticos ya no son sistemas de garantías. Tenemos ejemplos históricos que posibilitan la subida al poder de fascistas capaces, por ejemplo, de gasear a millones de personas. Nadie en su sano juicio hubiera imaginado la barbarie de los campos de concentración, el intento de exterminio de gitanos, republicanos españoles, de judíos.

Publicado el
19 de noviembre de 2024 - 21:24 h
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