Sí, es una sentencia vergonzosa María José Landaburu

La Comisión Europea quiere que preparemos la mochila, por si toca ir de excursión a la catástrofe. El miércoles, las lumbreras de Bruselas publicaron un vídeo de lo más tranquilizador: Hadja Lahbib comisaria de Igualdad y Gestión de Crisis (¿tanto monta?) nos enseña qué lleva en su bolso. De fondo, música de pianola. "Mis gafas, por si quiero ver lo que pasa… o no". ¡Club de la comedia! Latas de atún, radio, dinero en efectivo, una navajilla, baterías, una botella de agua y una baraja para echar una partidita a la brisca a la lumbre del hongo nuclear.
La idea, según parece, es que cada europeo tenga a mano lo indispensable para sobrevivir las primeras 72 horas posteriores al acabose. Los chaladitos que se dejaron el sueldo en pilas por miedo al gran apagón caminan con la mollera muy alta. Los survivalistas (esos paranoicos que tienen el garaje hasta los topes de camping gas) le pasan la mopa al búnker mientras telefonean a la exmujer: "¿Quién es el loco ahora?". No sé qué hecatombe amaina a los tres días ni si, de ahora en adelante, habrá que llevar el zurrón a cuestas hasta para comprar el pan, pero veo fisuras en este plan tan resultón.
La vida está muy bien… bajo ciertas circunstancias. Si el desmembramiento del Estado del bienestar va a conducirnos a un colapso donde solo sobrevive el que pueda pagarse el refugio nuclear a plazos, chico, que la bomba me pille cerca. No quiero conocer un futuro donde los de Alquiler Seguro gestionan la carne liofilizada y el maíz en polvo; en el que los días de fiesta se celebran con latas de atún envasado antes del Gran Cataclismo. ¿Merece la pena aferrarse a la existencia en un mundo donde toda la cerveza está caliente porque las erupciones solares no han dejado ni un electrodoméstico sano? ¿Tomates? No nos quedan, señor, solo raíces astillosas que debe hervir catorce horas para que no le atraviesen el paladar.
Si el desmembramiento del Estado del bienestar va a conducirnos a un colapso donde solo sobrevive el que pueda pagarse el refugio nuclear a plazos, chico, que la bomba me pille cerca
Asumo que el instinto de conservación tira más que dos carretas y que lo mismo, llegado el caso, me aparto un poco de la trayectoria del meteorito. ¡Pero sin entusiasmo! Hace unos meses, un buen amigo (al que le han diagnosticado un achaque) me preguntó si había pensado en cómo me reaccionaré en el momento en que, por la edad, pierda autonomía y necesite cuidados. "Claro que lo he pensado, Jesús: me lo voy a tomar fatal". Confío en esquivar esa bala: preveo pedir la eutanasia el mismito día que un médico me quite la sal o los embutidos.
Con todo, voy a meditar lo de hacer la mochilita, pero, por lo que pueda pasar, empacaré también una ballesta y dos machetes, porque me fío de mis congéneres lo justo. Aquí todos somos muy solidarios, pero al minuto y medio de decretarse la cuarentena había quien ya se estaba dando de hostias a cuenta del papel higiénico. "Será cosa de las ciudades", me replicará algún jipi. Miren, en mi pueblecito de Sevilla un día avisaron: a la depuradora se le había fastidiado un filtro. La avería duró menos de seis horas, lo que no impidió que los afables lugareños se repartieran a tortas todas y cada una de las garrafas del supermercado.
Lo más...
Lo más...
LeídoLe Pen denuncia una sentencia "política" para impedirle concurrir a las elecciones de 2027
Carmen AlonsoEl juez rechaza que la exasesora de Moncloa revelase secretos en relación al mail del novio de Ayuso
Álvaro Sánchez CastrilloLa Fiscalía apoya que el Supremo investigue a Alvise y pide un análisis de sus cuentas bancarias
Álvaro Sánchez CastrilloJueces y fiscales piden respeto a su independencia y Montero matiza sus palabras sobre Dani Alves
infoLibreTrump advierte a Zelensky de "graves problemas" si intenta retirarse del acuerdo de tierras raras
infoLibreLos conservadores del CGPJ cuelan la 'rebelión' contra el TC en un encuentro con la Comisión Europea
Manuel AltozanoEl PP de Feijóo normaliza el insulto contra Sánchez al tiempo que le reclama pactos de Estado
Marta Monforte JaénJosé Teruel: "Carmen Martín Gaite utilizó la literatura como refugio y como recurso de supervivencia"
La vida por un diccionario: de María Moliner y de Andrés Neuman
Amor en el Berlín de la Guerra Fría