Sumar más que el conjunto de las partes Cristina Monge

Ábalos colocó a su "chorba" (creo que es el término técnico) en un par de empresas públicas en las que se cobra sin ir a trabajar. La entrevista, durísima, se la hizo Koldo, conocido cazatalentos: "si sabes leer y escribir, estás contratada". En Ineco y Tragsatec (no dirán que el nombre no tiene gancho) solo fichan a lo mejor de lo mejor. Para rematar las lisonjas (Ábalos es un zalamero), hospedaron a la doña en un apartamento en Torre Madrid que sale por dos mil setecientos la mensualidad, que ya pagaría algún empresario comprometido con la socialdemocracia. "Quedaba cerca de Ferraz", ha declarado la interfecta en el juzgado. Se ve que José Luis no iba mucho al ministerio. Los americanos, ya saben, equiparon las sondas Voyager con unos discos dorados con explicaciones de quiénes somos los terrestres, por si las interceptaba algún alienígena residente en las pedanías de la galaxia. Espero que si alguna vez los españoles enviamos un trasto así al infinito, le adosemos un disco de petete que incluya esta epopeya de amantes, matones y cohecho, para que los marcianos sepan qué es el pe so e.
La verdad es que da gusto desayunarse con una historia tan edificante el mismito día en que a uno le cascan la cuota de autónomos: mañana pago el alquiler y ya puedo empezar el mes en la más absoluta bancarrota. No entiendo cómo me van tan mal las cosas: yo también sé leer y escribir.
Mazón está a dos rectificaciones de remedar a Rita Barberá y sacarle el dedo a los deudos de su particular metro de Valencia
El final de febrerillo el loco también se le está complicando a Mazón. La Generalitat Valenciana ha difundido el pantallazo de una cámara de seguridad en el que se retrata al valeroso presidente autonómico saludando al bedel del Cecopi a las "veinte y veintiocho" del día de autos. Y eso que, en sus propias palabras, llegó sobre las siete de la tarde, y eso que allí no le necesitaban para nada, por eso montó la centralita en El Ventorro, desde donde estaba conectado en todo momento con el centro de coordinación de emergencias a pesar de no tener móvil personal, que es súper útil si te quedas atrapado en un atasco que la DGT niega que existiese.
Mazón está a dos rectificaciones de remedar a Rita Barberá (a quien Dios tenga a fuego lento) y sacarle el dedo a los deudos de su particular metro de Valencia. Mientras tecleo esta columna, leo en los periódicos que en las Cortes valencianas suenan tambores de moción de censura. No sé si Feijóo dejará caer a su peón más necio o si llamará a Ayuso para que le preste un ratito a Miguel Ángel Rodríguez. Los juntas en un buen restorán y la contraofensiva se hace sola. A Isabel, contra todo pronóstico (moral), sigue sin pasarle factura calificar de "mierdas" las demandas de los damnificados por su gerontocidio. Seguro que, entre genialidad y piscolabis, el taimado asesor encuentra alguna salida mordaz (¡un zasca!) para acallar a algún pérfido bolchevique, injustificadamente molesto por haber tenido que sacar el cadáver de su padre de un amasijo de coches y lodo. MÁR, te regalo esta consigna: Es que ya no le dejan a uno ni almorzar tranquilo. O mejor: La izquierda odia la hostelería. Si te gusta la fruta, en El Ventorro es fresquísima.
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