Reforma fiscal y el virtuosismo parlamentario Pilar Velasco
Un periodismo "estrictamente necesario"
Pues sí. Es “estrictamente necesario” un periodismo fiable y decente si queremos proteger la democracia. Venimos defendiendo esto desde hace muchos años, sin ningún afán de sermoneo ni, por supuesto, la menor intención de dar lecciones a otros. Ejercer el oficio periodístico con ese compromiso se demuestra tanto en los aciertos como en los errores. Cada cual responde de sus actos. De lo que publica y de lo que esconde. De sus “exclusivas” y de sus rectificaciones cuando se equivoca.
Este jueves, la Fiscalía Provincial de Madrid ha elevado un escrito al juez en el que solicita que se archive la denuncia del ex secretario general del Partido Popular Teodoro García Egea y el presidente de Murcia Fernando López Miras contra infoLibre y contra nuestra compañera Alicia Gutiérrez (ver aquí). Nos acusaban de revelación de secretos, un delito penado con hasta cinco años de cárcel, por haber publicado el 7 de junio de 2021 que el presidente murciano había mediado en la operación quirúrgica de un familiar de su amigo y entonces todopoderoso compañero de partido García Egea (ver aquí). Considera la Fiscalía que los periodistas de infoLibre no sólo no cometieron ese delito sino que los datos revelados sobre tan delicado asunto eran los “estrictamente necesarios” para la publicación de un hecho “noticiable”, “relevante” y de “interés público”.
Ya resultaba tan significativo como escandaloso que desde el primer momento se pretendiera convertir en delincuentes a los periodistas, en lugar de poner el acento, los focos y los esfuerzos políticos y judiciales en investigar si existió o no un trato de favor, un caso de nepotismo y una irregularidad en la gestión de las listas de espera que deciden el orden de atención a los pacientes en la sanidad pública murciana. Dicho de otra forma, García Egea y López Miras, en sintonía con toda una batería mediática y palmera, hicieron lo posible por que no se hablara de la almendra del asunto, el intercambio de mensajes que demostraban esa mediación política clamorosamente irregular, y sí de ese trampantojo consistente en que infoLibre había delinquido con un espionaje tan eficaz (o más) que el de Pegasus.
Considera la Fiscalía que los periodistas de infoLibre no sólo no cometieron delito sino que los datos revelados sobre tan delicado asunto eran los “estrictamente necesarios” para la publicación de un hecho “noticiable”, “relevante” y de “interés público”
Como en su día explicó nuestro director, Daniel Basteiro (ver aquí), el verdadero y más peligroso objetivo de la acción judicial emprendida por García Egea y López Miras era claramente intimidarnos. No sólo a infoLibre y a Alicia Gutiérrez, sino a cualquier otro medio o periodista que ose desvelar irregularidades, presuntos tratos de favor o dilapidaciones varias de los recursos públicos. Pero muy especialmente cuando se trata de una cabecera independiente, modesta, que se sostiene gracias a la confianza de lectoras y lectores que dan el paso de suscribirse para hacer viable el proyecto, y que no depende por tanto de esos surtidores de publicidad institucional que otros perciben como un maná imprescindible para blindar sus cuentas de resultados en paralelo a la galopante guerra del click que tanta audiencia reporta como descrédito deja para el periodismo decente.
Dada la frecuencia con la que recibimos sustos, acciones u omisiones por parte de los órganos judiciales, es una muy feliz noticia que la Fiscalía se pronuncie a favor de infoLibre y ponga negro sobre blanco la actuación rigurosa y honesta de sus periodistas, reflejando además una jurisprudencia sólida en defensa del Derecho Fundamental a la Libertad de Información, un derecho que —no nos cansaremos nunca de repetir— pertenece a los ciudadanos y ciudadanas, y no es exclusivo de los periodistas. Eso sí, nosotros estamos muy especialmente obligados a ejercerlo siempre utilizando “información veraz y contrastada”. Es una diferencia clave respecto a quienes pretenden confundir la libertad de información con la de difundir bulos, calumnias, difamaciones o proclamas sectarias de cualquier signo.
Obviamente aquí no termina este caso concreto ni el pulso que va más allá del mismo. El juez decidirá si accede a la petición de la Fiscalía o decide dar recorrido a la acusación de García Egea y López Miras. Y estos a su vez podrían recurrir una decisión en su contra para continuar la intimidación en otras instancias. Han demostrado sobradamente su afición a ejercer de “intocables”.
Mientras tanto, conviene no perder de vista un párrafo del escrito de la Fiscalía, cuando explica por qué los datos aportados por infoLibre son “estrictamente necesarios” y confirma que no publicamos otros que podrían haber afectado a la intimidad de un paciente al que en ningún momento hemos siquiera identificado. “Según la noticia —aduce la fiscal— la conversación de WhatsApp publicada reflejaba un presunto caso de corrupción entre los políticos que mantenían la misma…” Aquí está la clave respecto a lo que nuestros acusadores no han logrado desmentir, sobre lo que infoLibre ha continuado informando (ver aquí y aquí) y lo que supone nuestra razón de ser como medio que aspira a seguir investigando, contrastando y publicando, se trate de los tejemanejes de García Egea con López Miras, de los contratos opacos con el material sanitario, de las cuentas ocultas en paraísos fiscales o de la vergonzosa inacción sobre el abandono de personas mayores en las residencias durante la peor fase de la pandemia.
Seguiremos intentando ejercer un periodismo "estrictamente necesario", siempre que consigamos el apoyo suficiente.
(Súmate aquí o, si ya eres suscriptor, corre la voz. Gracias.)
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