Muy fan de...

¿What, what, what?

Raquel Martos nueva.

Me he guardado en favoritos la colección de “¿What? ¡What! ¿What?” de Oprah Winfrey, como respuesta asombrada ante las declaraciones de los exiliados de Buckingham Palace, la Cantora británica.

Su cara de flipe en la entrevista más mediática de los últimos tiempos es una promo inmejorable. De hecho, el título del espacio televisivo, Oprah with Meghan and Harry: A CBS Primetime Special, podría haberse resumido en: “¿¡What, what, what!?

Y mientras Oprah alucinaba con Meghan y Harry –y yo con el casoplón de Oprah–, por aquí cerca comenzaba una de esas semanas en las que no hay día sin movida:

Lunes: Bárcenas canta en directo ante el juez una ristra de nombres y apellidos de antiguos responsables populares que, según él, recibieron sobres de sus propias manos. Me recordó a la peli de Closas, cuando pasan lista a los hijos de La gran familia para darles el desayuno: “Federico Guillermo, Julio César, Octavio Augusto, Críspulo, Victoria Eugenia… el abuelo, que viene a hacer una investigación, para ver quién de ustedes es el bandolero”.

Cada escena protagonizada por Bárcenas es una peli en la vida real, no para una de: “¿What, what, what?”

Martes: El Consejo de Ministros deja pendiente de entrega un paquete. El paquete de 11.000 millones en el que a las ayudas directas que pretendía la parte Podemos del Gobierno respondía Calviño en modo “¿What, what, what?”. Peinaron flecos y lo entregaron finalmente el viernes. Pero ese día había tal movidón de política autonómica que el paquete se quedó en el mueblecito del recibidor sin abrir…

Miércoles: Desayuno con-moción murciana. Grupos de whatsapp políticos con el emoji del grito de Munch.

Ayuso se entera de la movida murciana y piensa “¿What, what, what?”, y en el Consejo de Gobierno va y dice: “¡Adelanto electoral!”. Pero sale a contarlo Aguado. ¿Qué Aguado? El que tengo aquí cesado. Al rato comparece la presidenta con su lema: “¡Socialismo o libertad!” –fórmula clásica de slogan entre lo uno o lo otro– “¡yo o el caos!”, “¡plata o plomo!”, “¡con cebolla o sin cebolla!”

Jueves: En Madrid: dilema jurídico. ¿Habrá elecciones o mociones? En Murcia: dice el presidente que no adelantó elecciones porque no creía que lo de la moción fuera en serio.

Miras no lo vio venir… (perdón por el chiste) pensaría: “¿What, what, what?”, pero con acento murciano, como mi adorado Pedro Vera, genio y figura del dibujo y el humor.

Viernes: Me sumerjo a escribir un guion a años luz de la actualidad política. Me meto a grabar una historia a años luz de la actualidad política. Al final de la mañana echo un ojillo a la actualidad política y veo:

Que igual no hay moción en Murcia porque tres de Ciudadanos se van con el PP;

Que parte del partido naranja está negro;

Que Gabilondo vuelve a ser candidato;

La frase que me hizo parar

La frase que me hizo parar

Que… ¡que no me da tiempo a asimilar tanto junto, que voy de what en what!

Cuando tenía dieciséis, dieciocho, veinte años… había dos tipos de fin de semana:

  1. En blanco: no pasaba nada.
  2. Technicolor: pasaba de todo.

En esta semana ha explotado el Pantone, a ver la que viene. Oprah, vente pa’ España que aquí también vas a flipar

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