De cómo un pago realizado se puede convertir en coste

Cualquier persona, aunque no tenga conocimientos financieros, sabe que si debe 100 euros a otra y le paga 30 euros, la deuda queda reducida automáticamente a 70 euros y no a 130 euros.

Esto, que tan evidente es, se ha convertido en las cuentas del Tranvía de Parla en un verdadero galimatías de números, cada vez más inflados, con el que se intenta confundir a los lectores aprovechando de paso para difamar, cuando no imputar delitos, a Tomás Gómez, alcalde de Parla desde 1999 a 2008. Me explico.

Las obras de implantación del Tranvía de Parla con el material móvil, incluidas ampliaciones costaron 129,6 millones de euros. No lo dice el que este artículo escribe, lo dice la propia empresa, según consta en el certificado que aportamos. Ni un euro más que eso.

Por cierto, tan sólo 4,6 millones más que el presupuesto por el que el Consorcio licitó la obra (125 millones) y también, por cierto, el coste por kilómetro más barato de todos los trenes ligeros y tranvías ejecutados en España, según datos del propio Consorcio Regional de Transportes.

Antes del inicio de la operación del Tranvía y, tal como el Pliego preveía, el Ayuntamiento abonó a través del Consorcio Parla Este –en el que participaba precisamente porque el Tranvía venía a satisfacer una necesidad de los ciudadanos del nuevo barrio– la cantidad de 42,07 millones en concepto de subvención (se llama así en el argot de los contratos de financiación de infraestructuras a la cantidad que la Administración aporta en concepto de adelanto/renta anterior, canon inicial….). En todo caso, se llame como se llame, es una cantidad pagada y, por tanto, a reducir del coste total de la inversión. En relación con la realidad del abono, no lo dice quien esto escribe, sino que el mismo está acreditado por el certificado del Tranvía de Parla que también aportamos.

Es decir, siguiendo el ejemplo con el que encabezábamos, los 42 millones  se han de reducir y no sumar del coste del Tranvía (129,6 menos 42 es igual a 87,5). De manera que el día que comenzó a circular el Tranvía de Parla por sus calles, se había abonado el 32,4% de su valor. Lo que se paga se resta no se suma.

Entre 2007 y septiembre de 2013, el Ayuntamiento de Parla abonó al Tranvía de Parla la cantidad de 55,1 millonres en concepto de aportación por inversión. En relación con la realidad del abono, no lo dice quién esto escribe, sino que el mismo está acreditado por el certificado del Tranvía de Parla aportado. Se podría decir que en esa cantidad hay principal e intereses como en cualquiera de nuestras hipotecas, y es cierto.

Según el cálculo que podemos hacer aproximadamente 30 millones serían principal y el resto intereses. Es decir, a 87,5 millones habría que restar la cantidad de 30 millones de principal (87,5 - 30 = 57,5). De manera que en septiembre de 2013, se había abonado el 55,6% de su valor. Lo que se paga se resta no se suma.

La cantidad restante, es decir, los 57,5 millones (no tenemos los datos exactos de amortización entre 2007 y 2013 y pedimos, por ello, disculpas por alguna desviación que podría resultar en esta cantidad), es lo que ha de financiarse en los próximos 24 años que a 2013 restan de concesión administrativa.

Como se puede observar, absolutamente nada que ver con las cantidades que se han ido publicando cada día desde el inicio de esta campaña informativa a la que nos hemos visto sometidos. Si se observa la hemeroteca –por ejemplo, del diario El País– la supuesta deuda del tranvía ha variado en días más de 12 veces: cantidades dispares, todas ellas erróneas. 

También, por supuesto, es errónea la cantidad con la que nos sorprende el diario El País en el día de hoy, ahora por importe de 300 millones. Semejante disparate (sumar y no restar aquello que se paga, como todos hacemos en nuestra vida) sólo es posible desde el desconocimiento dramático o desde la mala fe consciente.

Creemos que los servicios económicos municipales del Ayuntamiento de Parla no estuvieron acertados o no tuvieron en cuenta estos datos para informar el acuerdo de la Junta de Gobierno Local del 29 de julio de 2013 (de la que recordemos Tomás Gómez dejó de ser miembro cinco años atrás).

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Son datos bien sencillos y los probamos con documentos. Sostenemos que la Junta de Gobierno Local del  29 de julio de 2013 fue mal asesorada por quien debería haberlo hecho correctamente. Si así hubiera sido la resolución adoptada habría sido, obviamente, bien distinta a la que finalmente se tomó.

Instamos desde aquí a las autoridades municipales para que procedan de una vez por todas a la revisión de ese acuerdo y los subsiguientes al mismo para que, de una vez por todas, este sinsentido (sumar y no restar lo que se paga de una deuda) quede aclarado.

Wilfredo Jurado es abogado y exconcejal del PSM en Parla