Hay gente que para dormir cuenta ministros imputados de los Gobiernos de Aznar

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José María Aznar acusa a Pedro Sánchez de “pagar el golpe de Estado” con su oferta de hablar con ERC sobre la financiación singular para Cataluña, si Salvador Illa es investido president. ¿Qué golpe de Estado? Hubo uno en 1936, que propició una guerra civil en la que su padre participó como oficial del Ejército sublevado y jefe de Falange encargado de las tareas de radiodifusión y propaganda de los rebeldes, pero obviamente no se refiere a ese. Lo que él llama “golpe de Estado” fue la celebración del referéndum ilegal de Cataluña y la subsiguiente declaración de independencia de diez segundos que encabezó Carles Puigdemont, el mismo con el que su partido se ha mostrado más que dispuesto a negociar, a cambio de la llegada a La Moncloa de Núñez Feijóo mediante una moción de censura. Claro es que para un cínico “el mismo” es otro cuando le da a él lo que quiere. Claro que a todo lo que diga Aznar hay que restarle el hecho de que lo dice alguien que sigue sosteniendo que lo del 11M y ETA no está tan claro. Hay gente que para dormir cuenta ministros imputados de sus Gobiernos.

Puigdemont, que ve cada vez más lejos el Palau de la Generalitat, está de acuerdo con Aznar, algo que no sería tan raro, porque lo lógico es que las derechas se entiendan, pero que es extrañísimo teniendo en cuanta que lo que se puede conceder, ya veremos en qué medida, es lo que se supone que él también pide, esa famosa financiación singular que quiere ser prima hermana del concierto vasco. Pero queda claro que para Puigdemont él va primero y Cataluña después y que lo importante no es lo que se consiga, sino a quién se le da. Su amenaza a Sánchez es de manual: si yo no soy presidente, tú tampoco. Es verdad que en las elecciones las urnas dieron un resultado poco dudoso: las y los votantes se decantaron por un candidato de izquierdas y no independentista, pero ahí también da la impresión de que a él sólo le merece respeto ese pueblo del que tanto habla cuando lo puede usar en su propio beneficio.

¿Qué golpe de Estado? Hubo uno en 1936, que propició una guerra civil en la que su padre participó como oficial del Ejército sublevado y jefe de Falange encargado de las tareas de radiodifusión y propaganda de los rebeldes, pero obviamente Aznar no se refiere a ese

En el año 2013, la jefa del Partido Popular en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, pidió exactamente lo mismo, ya estamos otra vez, que hoy hace a su formación rasgarse las vestiduras cuando lo insinúan otros: una financiación singular para la autonomía. María Dolores de Cospedal salió pronto a desmentirla y a negar que eso estuviera sobre la mesa, pero era otra de sus cortinas de humo: el quince de enero de ese año, el Partido Popular registró en el Parlament una propuesta alternativa a la declaración de soberanía acordada por CiU y ERC con un texto en el que se reconocía eso, “la singularidad de Cataluña” y en el que se proponía un sistema fiscal ventajoso para la región, siempre dentro de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas. O sea, lo mismo pero con otras palabras y muy al estilo de birlibirloque de aquellos tiempos: ¿se acuerdan de “la indemnización que se pactó que fue una indemnización en diferido y como fue una indemnización en diferido, en forma, efectivamente, de simulación de…, simulación, o de…. lo que hubiera sido en diferido en partes de una…, de lo que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social”..? Pues eso. Pero la propuesta registrada por el portavoz del PPC, Enric Millo, era cristalina y ofrecía “un nuevo sistema de financiación singular para Cataluña, que represente un modelo propio, con capacidad normativa, dentro del régimen común de la LOFCA". Se les habrá olvidado, a la vista del guirigay que montan ahora.

El asunto de la financiación autonómica es, obviamente, complejo, alambicado, incluso peligroso, dado que empuja a rivalidades, sospechas de desigualdad y celos territoriales comprensibles. Esa parte, la del ajuste económico del reparto, se la deberíamos dejar a quienes la dominan. Nosotros nos quedamos en la cara política del asunto y en el grado de hipocresía que demuestran algunas y algunos representantes públicos cuando se les ve el plumero de semejante forma y exhiben sus contradicciones con tal descaro. Por suerte, existen las hemerotecas. Por desgracia, también existen los hinchas y la fe ciega.

José María Aznar acusa a Pedro Sánchez de “pagar el golpe de Estado” con su oferta de hablar con ERC sobre la financiación singular para Cataluña, si Salvador Illa es investido president. ¿Qué golpe de Estado? Hubo uno en 1936, que propició una guerra civil en la que su padre participó como oficial del Ejército sublevado y jefe de Falange encargado de las tareas de radiodifusión y propaganda de los rebeldes, pero obviamente no se refiere a ese. Lo que él llama “golpe de Estado” fue la celebración del referéndum ilegal de Cataluña y la subsiguiente declaración de independencia de diez segundos que encabezó Carles Puigdemont, el mismo con el que su partido se ha mostrado más que dispuesto a negociar, a cambio de la llegada a La Moncloa de Núñez Feijóo mediante una moción de censura. Claro es que para un cínico “el mismo” es otro cuando le da a él lo que quiere. Claro que a todo lo que diga Aznar hay que restarle el hecho de que lo dice alguien que sigue sosteniendo que lo del 11M y ETA no está tan claro. Hay gente que para dormir cuenta ministros imputados de sus Gobiernos.

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