Reunión antes del cónclave

El periodista Juan Ramón Lucas, con amplia experiencia en radio y televisión, elige y comenta cada sábado ‘El vídeo de la semana’, una “cita con las imágenes con las que se vaya dibujando la actualidad para recogerlas, compartirlas y comentarlas” en un encuentro “de ida y vuelta” con los lectores.

Dos centenares de caballeros con sotana y majestad han celebrado esta semana la última reunión antes de volver a reunirse para decidir quién será el próximo Papa. Nadie sabe de lo que hablan, pero cabe imaginar alambicadas discusiones con fondo que trasciende lo humano y temporal, con alguna concesión quizá menor a mundanas consideraciones de poder e influencia. O quizá no tan menor, quién sabe. ¿Cómo serán esos debates? ¿Qué autoridad se impondrá, y con qué artes?

Siempre me ha parecido inquietante una reunión secreta de hombres uniformados, dicho sea con todo el respeto a cualquier uniformado, incluidos los cardenales que encabezan la jerarquía de una institución tan extendida en el tiempo y el espacio como misteriosa por definición. Su historia está llena de contradicciones y secretos y cuando en su presente asisto como fugaz espectador a las imágenes de su congregación no puedo descargarme del peso de esa historia de dos siglos que tan a menudo ha descendido a lo terrenal para construir, destruir, modificar o influir. Con mucha serenidad y paz, dice Monseñor Amigo; a este espectador, que no duda de que la atmósfera que la reunión secreta destile sosiego y sabiduría, le evoca la concentración tiempos de escuela y palio, de imposición y castigo, de culpa y poder. Hasta alguna vocación acariciada. También, una inmensa lejanía de esa otra iglesia que comulga y se sacrifica con los parias de la tierra. Como si el tiempo no hubiera transcurrido, como si la imagen de los cardenales con su atuendo de siempre y su evocación de tiempos pasados estuviera por encima de la perspectiva de futuro con que probablemente aborden sus misteriosos encuentros. O quizá no sea sólo una impresión.