Feijóo y el narco (I)
“¿Es cierto que cuando murió su amigo Manolo Cruz usted llamó al Sergas para decir que no se le hiciera autopsia?”. Esta pregunta, y varias más sobre Cruz, las realizó la ahora vicepresidenta del Gobierno de España, Yolanda Díaz, en mayo del año 2013. En ese entonces era la viceportavoz del grupo AGE (Alternativa Galega de Esquerdas) en el Parlamento de Galicia.
Alberto Núñez Feijóo no respondió a la pregunta de Yolanda Díaz, sino que arremetió contra ella exigiendo disculpas mientras se declaraba “harto de tanta ignominia”
Nunca ha respondido a esa pregunta. Ni a otras muchas.
En la madrugada del 5 de agosto de 1999, un Audi A6 sale despedido de la calzada en el kilómetro 68,5 de la AP-9. Hay un fallecido. Es Manuel Cruz López, el hombre que sabía demasiado. Aparentemente no intervino ningún otro vehículo en el accidente.
La Voz de Galicia lo recogía así: "En este accidente, extraño para unos y no tanto para otros, perdía la vida su conductor, el ferrolano Manuel Cruz López, de 41 años. Dos días más tarde se celebró su sepelio con la asistencia de múltiples amigos y personalidades de la vida pública gallega, que llevaron el féretro a hombros”.
Él, Manolo Cruz, fue la persona que presentó a Feijóo al narco Marcial Dorado. Su trágico final ha estado siempre rodeado de misterio.
El actual líder del PP habla de él muy pocas veces. En una entrevista en marzo de 2020 en elDiario, menciona que conoce a Marcial Dorado a través de “un amigo” y que ambos acudían juntos a visitarle al chalé que el entonces contrabandista tenía en A Illa de Arousa.
Manolo Cruz tendría que declarar posteriormente como imputado ante un juez en la Audiencia Nacional pero ya no pudo comparecer ante el magistrado. Feijóo nunca quiere hablar sobre él. Evade las preguntas. Tal vez en los medios no se le han hecho las preguntas correctas. Aquí se las haremos todas.
En una rueda de prensa ya como presidente de la Xunta, a raíz de la publicación de las fotografías con el narco de vacaciones, en El País, en el año 2013, dijo que no había vuelto a ver a Marcial Dorado desde el entierro en 1999 de Manolo Cruz. Mintió claramente porque hay grabaciones telefónicas entre 2001 y 2003, ordenadas por el juez Vázquez Taín, que instruyó la causa por narcotráfico contra Dorado. El propio Marcial Dorado reconoce ante Jordi Évole, en su programa Salvados en el año 2020, que telefoneó a Feijóo en 2001 para quedar para comer, y que se vieron.
Es por ello que cuando Feijóo dice desconocer las actividades de Marcial Dorado está mintiendo. En Manuel Cruz están casi todas las claves.
El diario Público en abril de 2015, hacía un retrato de los inicios de Cruz como camarada “cadenero” de Arsenio Fernández de Mesa. Eran centurias fascistas vinculadas a los Guerrilleros de Cristo Rey, grupo parapolicial terrorista de ideología ultraderechista.
"En Ferrol le llamaban Manuel Cruz Gamada por su ideología fascista –se señala en el artículo publicado en este diario–. En la década de los 70, Cruz y otros jóvenes franquistas ferrolanos organizaron una centuria pedestre de Guerrilleros de Cristo Rey dedicada a apalizar demócratas, sindicalistas, curas rojos y niñas de instituto. Se les conocía como los cadeneros, pues acostumbraban a utilizar cadenas de bicicleta como arma. Aunque algunos de ellos, hijos de militar, también gustaban de airear sus viriles y patrióticas Glock, sus P38 y sus Astra nueve largo o nueve corto".
"El Ferrol era aún del Caudillo y vivía fuertemente polarizado entre el tradicionalismo castrense y franquista de sus militares y el oreo sindicalista del obreraje de Bazán. Los enfrentamientos eran constantes. Y la represión policial contra los trabajadores, feroz. Lo recuerda la escritora Ánxela Loureiro (Ferrol, 1956): 'Nací en una familia numerosa obrera marcada por las cotidianas incursiones nocturnas que la policía política hacía en nuestra casa. Desde muy pequeña vi cómo registraban cada rincón de mi hogar y cómo se llevaban a mi padre detenido por ser sindicalista. Siendo muy niña, escuchaba a menudo la frase no me dejan jugar contigo sin entender la razón'".
"Aquella mañana no estaba Arsenio Fernández de Mesa, alias Cuco, alias El Estirao, entre los agresores –prosigue el diario–. [...] Cuco era de los cobardes. No solía actuar a cara descubierta, salvo cuando arengaba a sus camaradas en el patio del instituto Tirso de Molina”, relata el novelista Xavier Alcalá, que vivió en primera persona aquellos años convulsos. Allí, en el colegio, se reunían los Guerrilleros de Cristo Rey los lunes al atardecer antes de lanzarse a perseguir rojos por Ferrol o A Coruña. Juan José Castro Couto y Manuel Cruz eran los mamporreros. De Mesa ejercía de ideólogo con su dicción aplomada aprendida de su mentor Jesús Suevos".
Jesús Suevos era en uno de los fundadores de la Falange en Galicia y fue nombrado jefe territorial de dicha formación política directamente por José Antonio Primo de Rivera, de quien era amigo personal. Fue miembro del Consejo Nacional de Falange.
Arsenio Fernández de Mesa fue el que avisó a Feijoo, de que, tras un registro policial en la vivienda de Marcial Dorado, habían aparecido unas fotografías del narco y el propio Feijóo juntos de vacaciones. Hablamos del año 2004. Por tanto, antes de que El País publicase las fotografías en el año 2013, Feijoo tenía información privilegiada del delegado del Gobierno en Galicia. Grave, ¿no les parece?
No podemos obviar en qué círculos se movía Cruz para poder entender toda la historia. Manuel Cruz era amigo de Arsenio Fernández de Mesa, delegado del Gobierno en Galicia en el momento del desastre del Prestige y después nombrado por Rajoy director general de la Guardia Civil.
Cruz se hizo militante del PP en Ferrol y entró a trabajar como chófer de Romay Beccaría, el mentor de Rajoy y de Feijóo en política. La Consellería de Romay, con Fraga de presidente de la Xunta, firmó contratos para el suministro de combustible para la calefacción de los hospitales y las ambulancias del Servizo Galego de Saúde (Sergas) con la empresa de gasolineras de Dorado. Desde esta sociedad también se surtía supuestamente de combustible a las planeadoras y camiones con los que el arousano habría transportado tabaco de contrabando, hachís y cocaína.
A principios de los años 90, Manuel Cruz comenzó a visitar Vilagarcía y A Illa de Arousa, localidades pontevedresas situadas en el epicentro del narcotráfico gallego. Ya a finales de 1994, Cruz llevaba una doble vida. Mientras frecuentaba el chalé de Dorado en A Illa para hablar de “negocios”, compaginaba su trabajo público como chófer. En esa época, cuando conoció al narco, Feijóo tenía 34 años de edad, vivía en Santiago y ya era el número dos de la Consellería de Sanidade que dirigía Romay. Ya siendo un prometedor alto cargo en las filas del PP, comenzó ó a acompañar a Cruz en sus visitas a la mansión de Dorado. Allí celebraban comidas y reuniones a las que asistía personal de confianza del entonces contrabandista. La amistad entre el político y el arousano se fue haciendo más estrecha.
El País cuenta en un artículo publicado en el año 2013, cuando salieron las famosas fotografías, que Feijóo acudió durante todos los veranos a otra casa que Dorado tenía en Baiona, cerca de Vigo. Marcial Dorado y Alberto Núñez Feijóo paseaban a bordo del yate que el narco tenía atracado en el Club Náutico de esta localidad turística. Dorado, en la entrevista con Jordi Évole, confirma la gran afición de Feijóo por la navegación.
Dorado presumía de sus posesiones con sus amigos, incluidos sus barcos de recreo. Fueron varias las ocasiones en la que pasearon a bordo de uno de los yates del contrabandista, el Oratus, que tenía fondeado en el puerto deportivo de Ibiza. Como informó El País, esta embarcación sería intervenida años después en una operación contra el blanqueo de dinero, tras la detención de Dorado en relación con un cargamento de seis toneladas de cocaína en octubre de 2003.
Manolo Cruz, testaferro de Dorado, era un conseguidor bien conectado con la la élite política del momento en Galicia. Una de las primeras operaciones que gestionó fue la compra de los Astilleros Hércules, SL. Esta empresa era una filial de Astafersa, sociedad vinculada al que fuera consejero de Industria de la Xunta con Manuel Fraga, el ferrolano Juan Fernández, para el que también trabajó de chófer, como también revela El País. Fabricaban supuestamente narcolanchas y tenían contratos con la Xunta de Galicia.
El amigo de Feijóo se implicó de lleno en empresas del entramado de Marcial Dorado. Tenían, al parecer, especial interés en el suministro de combustible a hospitales del Sergas, a través de gasolineras en Caldas de Reis o A Illa de Arousa, en el puerto deportivo. Tenía una concesión de la Xunta y también suministraba combustible a narcolanchas. El testaferro del contrabandista llegó a colocar a familiares en el entramado de más de 40 sociedades que creó Marcial Dorado.
El vehículo de Manuel Cruz se salió misteriosamente de la calzada en 1999 cuando iba sólo. Nunca pudo comparecer ante el juez de la Audiencia Nacional.
¿Es verdad que fue usted, señor Feijóo, responsable de que a Manuel Cruz no se le realizara la autopsia? ¿No le parece extraño que siendo usted jefe del Sergas ante una muerte así no se realizase una autopsia al cadáver de Manolo Cruz para conocer las circunstancias del terrible accidente?
Usted reconoce que vio al narco Marcial Dorado por última vez en el entierro de Manolo Cruz, ¿De qué hablaron? ¿Ya estaba siendo investigado Manolo Cruz ante las sospechas de que actuaba como testaferro de Marcial Dorado? ¿Cómo es posible que siendo Cruz el testaferro de Marcial Dorado, usted no supiese absolutamente nada?.
El narco Dorado le cuenta a Jordi Évole que Feijóo le telefoneó en el año 2001 cuando era ni más ni menos que presidente de Correos y quedaron para comer. ¿Es cierto? ¿Por qué el presidente de Correos decide ir a un encuentro con un narco al que en esa época se le estaba ya investigando? Hay grabaciones telefónicas. El juez que instruyó la causa, Vázquez Taín, así lo ha confirmado. ¿Sabía usted que les estaban grabando? ¿Llamó usted a Marcial Dorado para ponerlo sobre aviso de que lo estaban investigando? ¿De qué hablaron en esa comida, señor Feijóo?¿Dónde están las transcripciones de esas grabaciones?.
ElDiario destapa que cuando en el año 1996 Feijóo navegaba con Dorado y en España gobierna el PP, Jorge Dezcallar fue elegido por Aznar para dirigir el CNI y es justo ahí cuando una empresa del narco fue utilizada dentro de las misiones de los servicios de inteligencia que operaban en Marruecos. El espionaje español se habría servido de Dorado como caballo de Troya para introducir en Marruecos espías que se hacían pasar por empleados de sus compañías. La empresa que Dorado instaló en el reino alauí se dedicaba a la producción de aceite bajo el nombre Oil-Maroc S.A. Según una denuncia, “el propio embajador de España en Rabat (Sr Dezcállar) facilitó a través de sus consejeros la compra de dicha empresa para Dorado”. El señor Aznar era presidente del Gobierno y recordemos que nombró a Feijóo, presidente de Correos.
¿Y sigue afirmando Feijóo que no sabía quién era Dorado?
También en 2013, La Voz de Galicia publica las relaciones documentadas de Marcial Dorado en Suiza. Cuarenta y siete cuentas en siete bancos suizos. Los millones que Marcial Dorado tenía allí, y que el país helvético aceptó devolver a España en el marco de la investigación sobre blanqueo de capitales contra el narco arousano, sólo eran una pequeña parte de sus propiedades. Tras años de pesquisas, la Agencia Tributaria logró identificar y embargar a Dorado un patrimonio inmobiliario en España tasado en más de 20 millones de euros. Pudo demostrarse ante la Audiencia Nacional que su patrimonio procedía del narcotráfico y del blanqueo de capitales con apariencia de legalidad gracias a las “falsas” empresas y contratos, entre ellos los que tenía con la Xunta de Galicia para dar apariencia de legalidad.
El inventario de bienes no tiene desperdicio. Las autoridades confiscaron en Málaga cinco locales comerciales con una superficie total superior a los 500 metros cuadrados, un párking de cinco plantas, un ático de 530 metros distribuido en apartamentos y un piso de 70 metros cuadrados. En la ría de Arousa, la relación de bienes de Dorado está formada por un ático (211 metros), un párking de cuatro plantas, una casa de 600 metros, un piso en Carril, y su chalé de O Lagartiño (A Illa), una vivienda unifamiliar de 280 metros que Feijóo frecuentaba. 150 fincas rústicas, la mayoría con posibilidad de edificar. A escasos kilómetros de allí, en Pontevedra, el narco tenia en propiedad un piso de 125 metros y diez locales comerciales, y dos pisos en Santiago y cinco fincas rústicas en Caldas de Reis. Las propiedades de Dorado también se extiende a Portugal, donde viajó junto a Feijóo. Entre el patrimonio embargado en el país vecino, figuran la Quinta do Feital, en Caminha y la Quinta Dourado, en Melgaço. Las autoridades españolas también le confiscaron una flota de vehículos propiedad de Dorado y sus colaboradores entre los que destacan siete Audi. El narco había adquirido la Quinta do Feital en 1990, en Portugal por 598.000 euros. También Quinta Dourado, por la que pagó unos 100 millones de las antiguas pesetas. En estas quintas elaboraban además un vino verde con su marca Dorado Superior.
¿Nos puede decir Feijóo si estuvo en estas fincas? ¿Quién pagaba estos viajes? Feijóo viajó con Dorado a Portugal, donde éste tenía negocios y propiedades, y a Andorra. El Principado de Andorra era entonces uno de los destinos frecuentes de los contrabandistas para evadir dinero. Feijóo, a conciencia, nunca nombra Andorra. Cuando el diario El País publica las fotos de Feijóo con el narco, el que era presidente de la Xunta de Galicia reconoce haber viajado a Andorra, Portugal e Ibiza con el arousano. Pero en la siguiente declaración a los medios, Feijóo recula y dice que no recuerda si había viajado a Andorra, que cree que no. ¿Por qué vuelve a mentir?
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Cristina P. Marcote es la autora del libro 'Feijóo y el narco'.
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