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El Observatorio de la Sostenibilidad quiere hacerse eco de la noticia: se ha alcanzado la supremacía solar en la generación eléctrica en España, con más del 37,2 % aportada por dos tecnologías emergentes: la solar fotovoltaica con el 30,2% y la solar termoeléctrica con el 7,0%; y esto ocurrió el 5 de mayo de este año, a las 15.50 horas, superando al resto de participantes en la cesta de energía primaria para la generación eléctrica.
En 1984 se planificaba una entrada de renovables que desplazase al plan nuclear en vigor; con una incredulidad propia de aquellos tiempos y que hoy en día en mantiene, aunque residual, a pesar de haberse logrado instalar 14 GW solares y 26 GW eólicos, y que en marzo de 2021 las solares con el resto de renovables hayan aportado, el 55,1% de la demanda eléctrica.
Volviendo al hito actual, la histórica entrada de la nube lenticular solar en las bandas de aportación de las energías primarias para la generación eléctrica a lo largo del día, se apunta según el gráfico adjunto que, desde las 8.00 hasta las 20.00, la solar estuvo apoyando al sistema y, especialmente, en la punta de demanda de las 14.00. Este hito, el OS lo valora como una de las señales de esperanza que nos ofrece un futuro sostenible, en este año de pandemia y de transformación energética.
*Pie de foto: Curvas de demanda eléctrica el 5.5.2021 y los componentes de la oferta (en marrón y rojo las solares). A la derecha la aportación de la solar fotovoltaica. Fuente: REE
Conviene señalar que, en 2000, se planificó una estrategia de fomento de las renovables para los siguientes 10 años, con proyectos solares muy por debajo de las cuotas que luego se alcanzaron. Resultado que condujo a denominar la situación de: “Burbuja solar, chollo de inversión, errores de regulación...”. Esta planificación se basó en unas “expectativas de despacho” del espectro renovable y, quizás por ello, se llegó a unos desvíos importantes en bioenergía; una deficiente eficacia de la integración térmica renovable en la cesta energética, frente a una superación desbordante de la participación solar y en menor medida en la eólica. Y todo ello no por causas sobrevenidas, sino a pesar de la realidad que entonces ya emergía con fuerza señalada por una rentabilidad razonable y con incentivos estándar. Sin embargo, el mar de fondo existía y la regulación de 2004 vino a dar el empujón a un efecto exponencial de desarrollo, a pesar de las múltiples barreras de los estrategas sectoriales que trataban de amortiguar, sin entender o asumir, los cambios de los entornos económicos derivados por la innovación tecnológica.
El OS se pregunta: ¿qué hubiera pasado si se hubiera entendido correctamente el estado del arte de los temas renovables y no se hubiera planificado forzadamente, por incompetencia, a la baja, olvidando el arrastre que conlleva la innovación? Según el OS, las tecnologías renovables hubieran emergido con fuerza inundando a todos los eslabones de la cadena de valor española, muy por encima del importante valor aportado en la actualidad; pero se hubiera anticipado la oportunidad para el país una decena de años, aportando liderazgo tecnológico y económico a la transición energética. Esta enseñanza, según el OS, es vital que se asuma y se interiorice por los actores de la planificación estratégica que deberían reflexionar y asumir frente a los retos actuales.
Así, en esos momentos, se vuelven a reactivar las inversiones en plantas industriales de fabricación de componentes de renovables, aletargadas tras la ola precedente, con fuerte atracción para los capitales exteriores y a los que debieran integrarse los propios; y, en cierta medida, reconstruyendo un nuevo modelo sobre las cenizas de inversiones fracasadas, pero no estériles, pues se cimientan en ellas. Esa es la experiencia, el aprendizaje del ciclo anterior: no se debe planificar desde la “superioridad burocrática”, ni desde el pensamiento único; sino entendiendo los resortes del mercado, el liderazgo, y desde una comprensión más global del entorno. Errar en la planificación es propio del oficio. Procrastinar, sin embargo, nos lleva, además de a la pérdida de oportunidades hoy, a retrasos tecnológicos irreparables.
Volviendo al hito señalado: una aportación destacable no solamente en ese momento sino con crecimiento que alcanzará su culmen en el solsticio de verano, con una aportación solar del 50%, tal como los planificadores estratégicos de los 80 habían proyectado; superando aquellas tensiones y cuestiones sobre: gestionabilidad, previsibilidad, inestabilidades, etc, aunque con pérdidas empresariales importantes. Este camino debiera servir de ejemplo para consolidar un modelo de planificación, por encima de avatares burocráticos, económicos y tecnológicos, desterrando otros modus operandi desde donde se construyen las estrategias.
Pero los ciclos continúan. Así, en el horizonte inmediato tecnológico y medioambiental, una revolución energética global emerge con el hidrógeno como vector del cambio. Desde el OS no se quiere banalizar con el asunto, cualificando el efecto que se está produciendo en nuestro entorno geopolítico y tecnológico, pero, si no se asume la importancia que reviste y no se interpreta correctamente la situación, cimentada en parte en las experiencias indicadas, la oportunidad se convertirá en un nuevo ciclo de dependencia tecnológica e industrial, inasumible en la encrucijada actual. Es necesario señalar que el entorno del cambio está produciendo las tensiones para amortiguar, controlar y desdibujar el nuevo ciclo, tanto desde el lado más oscuro de los intereses como de la incompetencia.
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El OS, finalmente, además de hacerse eco del éxito alcanzado, quiere felicitar y dar las gracias a todos los que participaron en la parte más noble del esfuerzo, desde hace decenas de años, animándoles a seguir o entregar el testigo a los actores del ciclo siguiente; con mención especial para los autogeneradores, que poco a poco superarán próximamente los 100.000 generadores democráticos distribuidos que participan con su riesgo al conjunto. Así mismo, desea animar para que en 2030 se alcance, en España, el millón de autogeneradores en sus múltiples variedades: industrias, tejados domésticos y otros, explotaciones agrícolas y ganaderas, etc., y bajo el modelo de comunidades energéticas.
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Juan Avellaner es doctor ingeniero Industrial y Fernando Prieto es doctor en Ecología.
El Observatorio de la Sostenibilidad quiere hacerse eco de la noticia: se ha alcanzado la supremacía solar en la generación eléctrica en España, con más del 37,2 % aportada por dos tecnologías emergentes: la solar fotovoltaica con el 30,2% y la solar termoeléctrica con el 7,0%; y esto ocurrió el 5 de mayo de este año, a las 15.50 horas, superando al resto de participantes en la cesta de energía primaria para la generación eléctrica.
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