El futuro de Cataluña

El 155 aleja a Rajoy del pacto presupuestario y de su propósito de agotar legislatura

Mariano Rajoy preside la reunión del Comité de Dirección del Partido Popular.

La respuesta a la crisis con Cataluña por parte de Mariano Rajoy puede dar al traste con el propósito del presidente del Gobierno de agotar la XII Legislatura. Si el pasado junio, cuando los Presupuestos Generales del Estado para 2017 superaron el trámite parlamentario, en el Ejecutivo cundió el optimismo al considerar que la legislatura estaba encarrilada porque habían logrado extender el compromiso de apoyo de esas cuentas a las de 2018, a día de hoy ese pacto presupuestario PP-C´s-PNV está seriamente herido.

El Partido Nacionalista Vasco advirtió hace unas semanas de que no se sentaría a hablar con el Gobierno en el marco de los Presupuestos Generales del Estado para 2018 hasta ver la reacción del Ejecutivo el 1-0. Esto provocó que la Moncloa desistiese de llevar al Consejo de Ministros el proyecto de cuentas públicas para el próximo año. Lo hicieron con el convencimiento de que había que dar tiempo al PNV para volver a sentarse con el PP. De que había que esperar a que bajase la tensión. Llegó el 1-O, y las imágenes de las cargas policiales y el malestar, lejos de bajar, subió. Y llegó este fin de semana y la tensión siguió subiendo tras el anuncio de Mariano Rajoy de que aplicará la versión más dura del artículo 155 de la Constitución.

El mismo sábado, después de que el Gobierno desvelara algunos de los detalles de la aplicación de esta herramienta constitucional, Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados se quejaba de la "interpretación laxa y abusiva" que el Ejecutivo había hecho del 155 y advertía de que sentaba un "peligroso precedente".

¿Vincular las cuentas de 2017 a 2018?

"No es un secreto que lo que está ocurriendo en Cataluña y la reacción del Estado complica y enrarece el clima que ha de haber para avanzar en la negociación presupuestaria y también la duración de la legislatura", señala uno de los dirigentes conservadores consultados. "A ver cómo evolucionan los acontecimientos esta semana, antes del pleno del Senado. Pero, a día de hoy, tenemos muy complicado atraernos los cinco escaños del PNV", añade.

Las fuentes más optimistas recuerdan que los nacionalistas vascos tienen que aprobar también los presupuestos de Euskadi y que, para eso, necesitan que haya presupuestos estatales. En este sentido, sostienen que en el pacto para las cuentas de 2017 también se vinculaban compromisos para 2018.

Pero también hay quien añade otro elemento a la ecuación y es el coste electoral en Euskadi que podría tener para el PNV ir de la mano del PP. "Estarán midiendo todos los elementos. En política todo cambia de un día para otro. Hay que mirar con un poco de perspectiva y no precipitarse. Cuando antes se aprueben las cuentas, mejor. Pero ahora el clima no es nada propicio".

La dificultad de sumar al PSOE

La abstención del Partido Socialista bastaría para que los Presupuestos Generales del Estado para 2018 salieran adelante. Así lo van a repetir en las próximas semanas desde el PP y desde el Gobierno. Pero más como un recurso para los argumentarios que como una posibilidad real. No ha pasado ni una semana desde que el artículo 155 pasó por el Consejo de Ministros y el apoyo brindado por Pedro Sánchez a Mariano Rajoy ya le está pasando algunas facturas internas, sobre todo en las relaciones con el PSC

Las elecciones autonómicas están previstas para mayo de 2019 y cuanto más se acerque esta fecha en el calendario más cuesta arriba se le pondrá al PP lograr complicidad de otros grupos.

El grueso de las fuentes consultadas consideran que el presupuesto de 2017 podría aguantar prorrogado hasta otoño de 2018. "Técnicamente no hay ningún problema en las prórrogas. Pero el problema está en que, sin presupuesto, estás maniatado", mantiene. Esto lleva de forma directa a otro debate: el de la duración de la legislatura. 

"Veo a Rajoy con fuerza y ganas de agotar la legislatura", respondió este mismo lunes el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, preguntado sobre la posibilidad de que el presidente del Gobierno hiciese coincidir unas elecciones generales con las elecciones autonómicas en Cataluña. El pacto al que Rajoy ha llegado con el PSOE y Ciudadanos, y que figura en el documento que el Senado tiene que debatir para dar luz verde a la aplicación del 155 contempla que en un periodo máximo de seis meses debe disolverse el Parlament para la convocatoria de comicios en Cataluña.

En el entorno del presidente del Gobierno sostienen que "va a día a día" y que "no tira la toalla". "Está gestionando todo con cabeza y con tranquilidad y no va en su carácter convocar elecciones y huir dejando abierta la crisis con Cataluña", añaden.

En este sentido, ponen más el foco en cómo se resolverán las autonómicas en Cataluña. "La clave es que se puedan hacer esas elecciones y cómo se gestiona el resultado. A partir de ahí todo se puede precipitar", sentencian.

Pendientes de Puigdemont

La duración de la legislatura y si la ruptura del pacto presupuestario es definitiva o no tendrán mucho que ver con lo que ocurra esta semana antes del viernes, cuando el Senado ha convocado el pleno para el debate sobre el artículo 155 de la Constitución una vez sea estudiado en una comisión creada ad hoc.

En el Gobierno y en el Partido Popular no se muestran nada optimistas respecto a la posibilidad de que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdmont, aproveche esta semana para "volver a la legalidad" y convocar elecciones.

La sensación más extendida es que el president ha ido tan lejos con su actitud y con todos sus gestos políticos que él mismo se ha complicado dejarse abierto un resquicio para la marcha atrás

En este sentido, tras participar en el Comité de Dirección presidido por Mariano Rajoy, Casado aseguró que el artículo 155 de la Constitución "ya está en marcha" y admitió que su formación confía "poco" en que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, vaya a dar algún paso que haga replantearse las medidas que aprobó el sábado el Consejo de Ministros.

La semana pasada, destacados miembros del Gobierno extendieron la idea de que Carles Puigdemont tenía hasta este mismo viernes, hasta que los senadores voten en el pleno, para dar marcha atrás, ser él quien convoque elecciones y evitar la suspensión de la autonomía. La idea no caló bien en otros círculos conservadores, que consideraban que el Govern ha desafiado ya tanto al Estado que la respuesta del Ejecutivo ha de ser contundente, sin marcha atrás. De ahí que el presidente, en la rueda de prensa en la que esbozó el 155, lanzara el siguiente mensaje: "El artículo 155 sólo se puede paralizar si el Senado no lo aprueba", poniendo el foco en la Cámara de representación territorial.

En manos del Senado

En la Moncloa subrayan que el Gobierno ya ha dejado en manos del Senado el documento con las medidas y que ahora corresponde a la Cámara alta tomar las siguientes decisiones. De hecho, recuerdan que Puigdemont tiene un plazo para responder. El presidente del Senado, Pío García-Escudero, le ha ofrecido que comparezca en el pleno el viernes para exponer su posición sobre la aplicación del artículo 155 si no puede hacerlo ante la comisión el jueves.

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El ministro de Justicia, Rafael Catalá, sostuvo que el propio Senado podrá modificar las medidas inicialmente anunciadas el pasado sábado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "si las circunstancias cambian en los próximos días" en Cataluña.

Catalá hizo estas declaraciones tras salir de un acto celebrado con graduados sociales y ser preguntado por lo que pasará si el próximo viernes el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, plantea la declaración unilateral de independencia (DUI) y convoca elecciones. "Veremos que ocurre y lo valoraremos y tomaremos en consideración, ya que podemos ver la posibilidad de que durante el trámite del Senado podamos cambiar parte de las medidas", dijo, según informa Europa Press.

Las fuentes consultadas no tiene una postura unánime sobre cuál debe ser la actuación ante una probable declaración de independencia si esta va acompañada de una convocatoria electoral. Hay quienes creen que la declaración quedaría automáticamente invalidada puesto que las elecciones se desarrollarían en el marco autonómico bajo la ley electoral. Otras fuentes consideran que una declaración de independencia exigiría una reacción inmediata. La última palabra la tiene Rajoy, que no quiere bajo ningún concepto que se rompa su pacto con PSOE y Ciudadanos.PSOE 

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