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Aguirre esgrime motivos “de agenda” para acogerse a su privilegio de declarar por escrito

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"Yo destapé la trama Gürtel". Así se despachaba la por entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en abril de 2010. Hacía poco más de un año desde el estallido de este caso de corrupción y Madrid era una de las comunidades más golpeadas. Desde entonces, la presidenta de los conservadores madrileños ha llevado siempre muy a gala haber apartado a cualquier cargo de su gabinete señalado por la Justicia entendiendo así que las responsabilidades políticas quedaban cubiertas.

Con estos antencedentes como telón de fondo, no pocos en el PP mostraban este lunes su extrañeza por el hecho de que la presidenta haya decidido no comparecer ante el juez Pablo Ruz y acogerse al privilegio que tienen ciertos políticos a declarar por escrito cuando han sido llamados a rendir cuentas como testigos. La semana pasada, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz solicitó la comparecencia de Aguirre en calidad de testigo para aportar su versión sobre las actividades del que fuera consejero de Deportes y viceconsejero Alberto López Viejo en el marco del caso Gürtel.

En el entorno de la presidenta del PP de Madrid esgrimen "motivos de agenda" para justificar esta decisión de Aguirre. Además, precisan que, al hacerlo por escrito, lo que pretende es que su testimonio sea más "claro, ordenado y clarificador". Por contra, rechazan que quiera evitar el "desgaste" que supone su foto entrando y saliendo de los juzgados. "No es su intención. Todo lo contrario. Este mismo lunes ha tenido otro juicio –sobre la presunta estafa inmobiliaria del PSG en Getafe (Madrid)– y no ha tenido ningún problema en acudir", precisan las mismas fuentes.

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Pese a esta tesis, dirigentes del partido consultados por infoLibre apuntan a la posibilidad de que Aguirre se haya pensado dos veces acudir en persona después de la experiencia que tuvo hace semanas la secretaria general de su partido, María Dolores de Cospedal, en Toledo.

En esta vista, consecuencia de una demanda por intromisión al honor interpuesta por la propia Cospedal contra Bárcenas, la mano derecha de Rajoy pudo escuchar por primera vez la voz de Bárcenas –que compareció desde la prisión de Soto del Real– acusándola de haber recibido dinero negro. Concretamente, en billetes de 500 y en dos escenarios distintos: en la sede nacional del PP y en su despacho del Senado.

Horas después del juicio, sus compañeros del PP calificaban de "show lamentable" lo vivido en los juzgados de Toledo. Y criticaban que Cospedal se hubiese expuesto a sí misma y al partido de esa forma. Desde su entorno argumentaron que estaba en su derecho a defenderse y que había quedado "meridianamente claro" que jamás había cobrado en B.

"Yo destapé la trama Gürtel". Así se despachaba la por entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en abril de 2010. Hacía poco más de un año desde el estallido de este caso de corrupción y Madrid era una de las comunidades más golpeadas. Desde entonces, la presidenta de los conservadores madrileños ha llevado siempre muy a gala haber apartado a cualquier cargo de su gabinete señalado por la Justicia entendiendo así que las responsabilidades políticas quedaban cubiertas.

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