Alejandro Palomas (Barcelona, 1967), escritor y ganador del Premio Nadal de 2018, denunció en 2022 ser víctima de abusos sexuales entre los ocho y nueve años a manos de un docente religioso de La Salle de Premià, Barcelona.
Es la primera vez que se hace un informe oficial sobre los abusos en la Iglesia católica en España. ¿Qué opinión le merece el resultado de esta investigación?
Creo que es un paso, pero uno muy pequeño. Desde el grupo de víctimas en el que estoy ya anticipamos que era un parche muy poco ambicioso. Hay unas conclusiones y muy poca colaboración de las instituciones interesadas: la Iglesia y las diócesis. No ha habido posibilidad de contar con toda la documentación que ellos tienen porque el Defensor del Pueblo no tiene capacidad coercitiva [forzar la voluntad o la conducta de alguien]. Por lo tanto, no se les ha obligado a dar la documentación oportuna. Es una ocultación de datos.
Tampoco ha habido una consulta con expertos extranjeros y hubiera sido lo suyo. Somos el último país en hacer esto. Todos los países en los que ha funcionado se han basado en una comisión de la verdad. Por ejemplo, Irlanda o Australia. En España, pudiendo elegir esta comisión, se decidió delegar en el Defensor del Pueblo, que solo ha hecho esta pequeña investigación y una encuesta para dar resultados de las víctimas. Además, el informe solo cuenta las víctimas vivas, que son 400.000. Se olvida de las que ya no están, por lo que la cifra se puede multiplicar.
¿Qué diferencia hay entre una comisión de la verdad y el trabajo del Defensor del Pueblo?
Hay dos grandes diferencias. La primera es que se hace un estudio a conciencia, que dura varios años, y se invierte mucho en él. La segunda es que en esta comisión existe el acceso obligatorio a toda la documentación de las diócesis y la Iglesia, por lo que tienen la obligación de participar. Con el Defensor del Pueblo el presunto culpable puede decidir si participa o no. Y no solo el presunto culpable, también el encubridor. Al no participar hay un gran déficit de información.
¿La colaboración de la Iglesia ha sido suficiente?
No han participado por la incapacidad del Defensor del Pueblo para obligarle a nada. Sí que ha habido algunas diócesis que se han mostrado abiertas a participar y a facilitar el trabajo, pero la mayoría no han ni abierto sus archivos, donde aparecen estas cosas. Lo peor es el encubrimiento tan bestia.
El encubrimiento de la Iglesia es la pared de cristal de la que no puedes salir. Como nadie les obliga, ellos no van a hacer nada. Es obvio.
¿Para las víctimas es una frustración el encubrimiento?
Claro. Es la pared de cristal de la que no puedes salir. Como nadie les obliga, ellos no van a hacer nada. Esto también dice mucho porque si no lo hacen es porque tienen mucho que encubrir.
En el informe se contempla una creación de un fondo estatal para las compensaciones a las víctimas. ¿Qué opina?
En un principio pensé que no era mala idea. Después, pensé, ¿por qué el contribuyente va a tener que pagar los delitos que no ha cometido el contribuyente, sino la Iglesia? Este fondo lo tiene que poner la Iglesia.
¿Es algo que ve imposible?
No es por falta de recursos. No es imposible. Es justo y necesario.
Para obligarles a eso, ¿qué hay que hacer?
Tendría que haber una voluntad política real. A partir de esta voluntad, hay que crear un vehículo que lo facilitara. De momento tenemos poca cosa, este tibio informe, una oportunidad perdida. Constata que hay una serie de carencias y requisitos y de acciones a tomar.
¿Qué espera que se haga a partir de ahora?
Sinceramente, creo que si el Gobierno es realmente progresista debe tener el bien común como primer lema. Creo que deberíamos tener una oportunidad de solucionarlo. No quiero no tener esperanza. Con este informe con tan pocos recursos ya salen a la luz 400.000 víctimas que necesitan más reparación, compensación y unos cuidados. Ahora el Gobierno tendrá que hacer algo. La pelota está en su tejado.
Si en Francia hay 300.000 víctimas y aquí hemos vivido 40 años en una dictadura hermanada con la Iglesia, pues a saber cuantas víctimas hay realmente. Probablemente sean el doble o el triple
Es una cifra enorme y con mucho impacto.
Ver másEl Defensor del Pueblo estima en más de 400.000 las víctimas de pederastia en la Iglesia
Es impresionante. Yo la esperaba así o mayor. Si en Francia hay 300.000 víctimas y aquí hemos vivido 40 años en una dictadura hermanada con la Iglesia, pues a saber cuantas hay realmente. Probablemente sea el doble o el triple. No me sorprenden, pero me horroriza.
El informe no tiene en cuenta la imprescriptibilidad de los delitos. ¿Cómo lo valoras?
Creo que es un gran error y uno de los grandes vacíos. No entiendo cómo no propone dentro del informe la imprescriptibilidad que es fundamental y necesaria. Los abusos sexuales en la infancia no deben tener prescriptibilidad. Las secuelas no prescriben y son de por vida, por lo que el delito no puede hacerlo tampoco.
Alejandro Palomas (Barcelona, 1967), escritor y ganador del Premio Nadal de 2018, denunció en 2022 ser víctima de abusos sexuales entre los ocho y nueve años a manos de un docente religioso de La Salle de Premià, Barcelona.