Escándalo de las tarjetas
Blesa maniobra para culpar de las 'tarjetas B' a su antecesor en la presidencia de Caja Madrid
El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa tratará de descargar la culpa por la creación de las tarjetas B tarjetas B en su antecesor en la presidencia de la entidad financiera, Jaime Terceiro.
Blesa presentó el pasado 16 de diciembre un escrito al juez Fernando Andreu en el que le solicitaba que reclamara a la empresa Visa y a Bankia los contratos marco de las tarjetas B que se hubieran suscrito, desde 1988, para la emisión de tarjetas de crédito a los consejeros y directivos de Caja Madrid.
Además, en su declaración como imputado ya aportó diversas actas de 1988, 1994 y 1995 con las que según su versión se probaría que el origen de las Visa se encuentra en la decisión del consejo de administración de Caja Madrid de 1988 de delegar en Terceiro una subida de sueldo para los directivos.
13 de enero
La intención de Blesa, según aseguran exconsejeros de Caja Madrid imputados en el caso Bankia basándose en las diligencias solicitadas por el expresidente, es tratar de probar entre el 13 y 16 de enero, durante la comparecencia en la Audiencia Nacional de los peritos designados por el Banco de España, que el acta de la reunión del 4 de mayo de 1988 incluye un apartado que sirvió para que Terceiro creara las tarjetas, que serían de esta forma un complemento retributivo.
infoLibre ha tenido acceso a este acta, que en su punto tres, denominado 'Análisis de los sistemas retributivos al personal directivo y acuerdos a adoptar', se especifica que el presidente, en referencia a Terceiro, propone una nueva política de retribución de los directivos de la entidad, "elaborada sobre la base de fijar unos complementos por desempeño del puesto de trabajo que agregados a los salarios actuales acerquen en lo posible el total de remuneraciones a la media del sector".
Según el acta, esta propuesta de Terceiro abrió un debate, poniéndose de manifiesto que los incentivos los concedía de forma discrecional el presidente. Y el consejo de administración acordó finalmente "delegar en el presidente para que anualmente fije como incentivo de gestión a cada nivel de categoría, hasta una cantidad equivalente a la señalada como plus por dedicación y desempeño del puesto".
Convencer a Andreu
Este acta, que no cita para nada la creación de las tarjetas B, sería la génesis de las mismas, según Blesa, que tratará de convencer al juez Andreu de que esta decisión dejó las manos libres a Terceiro para crear las tarjetas. Y por eso la importancia de otra de las peticiones de Blesa: que se aporten a la causa los contratos con Visa desde 1988, que se habrían creado como un complemento en la retribución de los consejeros y otros directivos.
La versión de Blesa se completa con una segunda acta, de 20 de junio de 1994. En la misma se incluye un cuadro en el que se identifica a las áreas de la entidad encargadas de adoptar las decisiones de los diferentes asuntos en la caja de ahorros. No obstante, en la misma solo se hace alusión "a las tarjetas de empresa para pago de gastos", que se asignaban por el comité de Medios a propuesta de Recursos Humanos.
Fuentes del consejo de administración de Caja Madrid argumentan que se trata de las tarjetas como un complemento retributivo, haciendo especial hincapié en la palabra "gastos", que identifican como asuntos personales y no de empresa. Las mismas fuentes llaman la atención en el hecho de que en un cuadro aparte se incluye el apartado de "política de gastos de viaje y de representación". De esta forma, ya desde 1994, siendo Terceiro todavía presidente, habría una diferencia entre los gastos de representación y los personales, de las tarjetas.
Gastos de representación
Y finalmente, Blesa ha aportado un tercer acta, de 30 de octubre de 1995, adelantada hace dos días por infoLibre. En la misma se especifica que la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre participó en la reunión del consejo de administración en la que Terceiro dio cuenta de "reintegros diversos por la función de consejero". Y ahí sí se hace referencia a las tarjetas Visa, aunque especifica que eran de "empresa, para los miembros del consejo de administración y de la comisión de control exclusivamente para gastos de representación".
Pese a la referencia clara de "gastos de representación", fuentes del consejo de administración de Blesa aseguran a infoLibre que la existencia de las tarjetas se incluye en un apartado que alude a las retribuciones de los consejeros, por lo que no sería lógico incluir ahí gastos de representación.
Asimismo, al menos dos exconsejeros explican que pese a que se incluye este apartado en el orden del día, en ese consejo de administración no se aprobó la asignación de las tarjetas Visa, sino que simplemente el presidente Terceiro informó sobre las condiciones establecidas para los consejeros por su pertenencia a los órganos de gobierno de la caja y su grupo de empresas.
Unanimidad
En la página 20 del acta se da cuenta de la votación de los consejeros, que por "unanimidad" dieron su conformidad a la propuesta del presidente. Pero según esta versión en ningún momento se votó nada en relación con las tarjetas, pese a que los consejeros podrían haberlo solicitado.
Esta versión contrasta con el auto de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en la que ratificaba la imposición de una fianza civil de 16 millones de euros a Blesa. "Ninguno de los acuerdos adoptados y reflejados en las citadas actas autoriza el pago por parte de la entidad a los consejeros y directivos, ya directamente ya a través de entrega de tarjetas de crédito, de otros gastos que no sean los derivados de gastos de viaje y representación o los ocasionados como consecuencia del ejercicio de sus funciones dentro de la entidad".
Para los magistrados resulta "evidente" que en aquellos consejos en ningún momento se aprobó el abono de gastos de los consejeros de carácter personal y ajenos al ejercicio de sus funciones dentro de la entidad o la entrega a los mismos de tarjetas a tales fines. "Por ello, ninguno de los acuerdos alcanzados en dichos consejos amparaba la emisión, entrega y uso que se hizo de las tarjetas".
"Contraria a la Ley"
Asimismo, la Sala aclaró que incluso si Blesa tuviera razón y las tarjetas eran un complemento retributivo, "a partir de la promulgación de le Ley 4/2003, de 11 de marzo, de Cajas de Ahorro de la Comunidad de Madrid", la posibilidad de crear complementos de remuneración "era contraria a la Ley".
Las mismas fuentes del consejo de administración que defiende la legalidad de la gestión de Blesa consideran que su sucesor en la presidencia de Caja Madrid, Rodrigo Rato, tendrá mayores dificultades para defender su actuación en relación con las tarjetas B.
Y llegan a esta conclusión aludiendo a la declaración de Rato en la que reconoció haber ordenado al director financiero y de Medios, Ildefonso Sánchez Barcoj, de crear unas tarjetas de crédito para cuatro directivos de Bankia, sin delegación del consejo de administración. Durante varios meses estas tarjetas fueron utilizadas por el propio Rato, por José Manuel Fernández Norniella, Matías Amat e Ildefonso Sánchez BarcojIldefonso Sánchez Barcoj.
Y se crearon y utilizaron sin respaldo legal, siempre según las fuentes mencionadas del consejo de Caja Madrid, que adelantan que los imputados en la pieza separada de las tarjetas black tratarán de recurrir a otros precedentes para demostrar que en otras entidades financieras se utilizaron las tarjetas como una parte de la retribución.