Memoria histórica
La ciudadanía se organiza para exhumar la fosa asturiana de Parasimón: "Nuestro empeño es nuestra fortaleza"
"Parasimón es el lugar de un crimen de guerra, nosotros queremos que se convierta en un lugar de memoria". Las palabras pertenecen a la Asociación de Familiares y Amigos Fosa de Parasimón, una organización compuesta por aproximadamente 50 personas que trabajan por lograr la exhumación de la fosa, situada en una ladera cerca del pueblo de Pajares (municipio de Lena, Asturias), "ante la inacción de las autoridades". La asociación ha puesto en marcha un proyecto de micromecenazgo para recuperar e identificar los restos humanos que yacen en el territorio [consultar la iniciativa en este enlace]. El objetivo, recaudar los fondos necesarios para concluir la tarea, entregar a las familias los cuerpos recuperados y poder "darles una sepultura digna, donde se les pueda honrar como cada cual decida".
"Conocemos y tenemos localizado uno de los lugares de inhumación, y esta tarea para la que solicitamos las aportaciones es un paso imprescindible y necesario para poner nombres y apellidos a quienes ahí están y pretenden que olvidemos". Para ello, la organización lanzará el 4 de abril una campaña en la web goteo.org que permita cubrir los gastos imprescindibles de una excavación de este tipo, que prevén realizar en junio, y para la que acaban de solicitar los permisos correspondientes al Principado de Asturias. Los gastos presupuestados, tal y como confirma José Antonio Naves Cienfuegos, secretario de la organización, en conversación con infoLibre, ascienden a 5.700 euros aproximadamente y el grupo ciudadano solicita mediante el crowdfunding 4.500. "Con cubrir esa parte sería suficiente y nosotros, con nuestros recursos, cubriríamos el resto", señala Naves Cienfuegos.
El origen de la asociación surge en 2010 de la iniciativa de los nietos de Luis Cienfuegos, una de las personas que, sostienen, se haya en la fosa. El grupo de amigos, arqueólogos y familiares del desaparecido comienza a recabar datos, información y testigos. A partir de ahí, "se tiene conocimiento de dos lugares de enterramiento". Una primera fosa "con un número de entre ocho y diez cuerpos", y una segunda "con entre doce y catorce personas inhumadas". Entre los cuerpos que podrían encontrarse, señala la organización, se hallan Luis Cienfuegos Suárez y los hermanos Jesús y Félix Oca Pardo, según "datos obtenidos por el testimonio de Celesto García y la escasa información histórica disponible de los hechos".
Los testigos con los que contacta el grupo relatan que en los primeros días de noviembre de 1937 un conjunto de prisioneros que provienen de un "centro de detención ilegal son transportados en un camión, en principio con destino a León". El automóvil se detiene en Pajares y entonces uno de los testigos "observa cómo son divididos en dos grupos, de una docena de personas aproximadamente cada uno, y conducidos a dos lugares próximos entre sí". Los prisioneros, atados de pies y manos, son asesinados por quienes los conducían y "posteriormente los cadáveres fueron desfigurados con navajas y a culatazos para que no pudieran ser reconocidos". Los cuerpos son abandonados y el testigo avisa entonces al maestro del pueblo, quien se encarga de enterrar, junto a un grupo de alumnos, a los asesinados en el mismo lugar. Otro de los testigos es precisamente uno de los jóvenes que acompañó al maestro en la inhumación.
El grupo que compone la asociación comienza, a través de pesquisas conjuntas, a "encontrar los primeros restos materiales, vainas de fusil, en dos zonas que habían indicado los testigos", comenta Naves Cienfuegos. A partir de ahí encuentran restos óseos, momento en que se ven obligados a cesar la actividad porque para excavar necesitan "arqueólogos, forenses y la autorización del Principado de Asturias". En esta fase se hallan ahora, a la espera de los permisos pertinentes y de reunir los recursos necesarios para poder concluir con su labor. "Todo lo hemos hecho con nuestros propios recursos", señala Naves Cienfuegos, cuyo principal propósito es que "los cuerpos puedan descansar con dignidad", aunque, incide, "la dignidad nunca la han perdido". El hombre subraya que la perseverancia mantenida hasta ahora viene motivada por la memoria de sus familiares: Amadora Fernández, mujer de Luis Cienfuegos, y sus hijos, María Luisa, Maruja, Paco, Pepe y Ángeles, la única que sigue viva. "Por ellos lo hacemos", relata.
En Asturias existen documentadas 343 fosas comunes, de las cuales 27 están ubicadas en el municipio de Lena. Los familiares de Luis Cienfuegos tratan de "sacar del ámbito privado la memoria de los vencidos, para lograr que las injusticias del pasado no queden enterradas junto a los cadáveres". Se trata, dicen, de "luchar contra la pretensión de considerar el pasado como insignificante". Por ello su finalidad tiene una doble vertiente: "Una familiar, recuperar los restos de nuestro abuelo y los que están con él, pero también denunciar la inacción del Estado. Hacemos esto para demostrar que el Estado no hace su trabajo", denuncia el portavoz.
Naves Cienfuegos recalca que su caso es tan sólo uno de los muchos que existen a lo largo del país. Precisamente debido a la magnitud del asunto aspiran a sumar fuerzas para demostrar que no son los particulares quienes tienen que "asumir esa tarea". "Nosotros intentaremos llegar hasta donde podamos, pero es muy complejo para otras muchas familias, porque no saben dónde están sus familiares, no tienen medios o no pueden organizarse", destaca. "Privatizar este asunto", denuncia el asturiano, "aboca que el Estado se inhiba de su obligación".
"Nuestra fortaleza es nuestro empeño"
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La asociación de Parasimón lleva a sus espaldas un largo recorrido de ocho años de actividad incesante. "Hemos reclamado la intervención judicial, presentando una demanda en 2010, entendiendo que estamos ante crímenes de lesa humanidad y que corresponde al Estado y sus órganos judiciales la tutela de los derechos de las víctimas". La organización recuerda la recomendación del Relator Especial de la ONU y del Comité de Desapariciones Forzosas, en la que insta al Estado a "actuar con urgencia y celeridad de acuerdo con las obligaciones internacionales" así como a "ser parte de una política integral, coherente, permanente, cooperativa y colaborativa, proporcionando el apoyo institucional y financiero a los familiares y sus asociaciones". El Gobierno, denuncia la organización, "hoy sigue haciendo caso omiso a este mandato".
El grupo, que además está adherido a la conocida como querella argentina, que busca dar respuesta a las demandas de los descendientes de las víctimas, ha realizado todo tipo de actos e iniciativas para dar cumplimiento a sus objetivos y también ha solicitado a la Junta General del Principado de Asturias un plan de actuaciones sobre memoria histórica para que se establezca dotación presupuestaria destinada a las exhumaciones. "Nuestra fortaleza es nuestro empeño", subrayan.
La vía judicial, lamenta Naves Cienfuegos, es "un pequeño drama para las personas" que tratan de hacer "tareas de este tipo", especialmente "desde el juicio de Baltasar Garzón y desde que el Supremo cerrara esa vía". El hombre denuncia la ausencia de posibilidades para que los juzgados asuman las excavaciones y sostiene que "cuando se encuentren los primeros restos", la organización reactivará la demanda presentada en 2010 para solicitar la intervención judicial, actualmente archivada. Instará, de hecho, a la abogacía del Principado de Asturias a que se persone o presente una querella propia. "Estamos hablando de crímenes de lesa humanidad y es el Estado quien debe tener la obligación de asumir la tarea", zanja.