Juicios
Condenado en Jaén a pagar 3.000 euros a UGT-A por insultos al sindicato en Facebook
El Juzgado de lo Penal número 4 de Jaén ha condenado a una persona a pagar 3.000 euros a UGT-A por un delito de injurias con publicidad tras publicar en su perfil de Facebook un mensaje en el que calificaba a sindicalistas de UGT como "inútiles, perrunos y borricotes, hijos de la gran puta".
En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el juez condena a J.T.J. a 12 meses de multa con una cuota diaria de seis euros por un delito de injurias con publicidad y, en concepto de responsabilidad civil, a indemnizar al sindicato UGT con 3.000 euros por los perjuicios morales ocasionados, más los intereses legales. Asimismo, el acusado deberá hacer frente al pago de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular.
El juez señala que el autor se movió por "un ánimo inequívocamente injuriante y utilizó su perfil en la red social Facebook para verter expresiones y acusaciones contra el sindicato UGT y sus integrantes"
"No cabe duda que, en su mensaje, el acusado realiza descalificaciones hacia el sindicato aludido que por su naturaleza, efectos y circunstancias, son tenidas en el concepto público por graves", apunta el juez, quien ve estas expresiones "inequívocamente atentarias contra el prestigio del sindicato afectado y contra el honor y la dignidad de las personas físicas que trabajan al servicio del mismo".
El acusado publicó el 26 de agosto de 2014 en Facebook un mensaje tras, según reconoció en el juicio oral, enfadarse por "las noticias que estaban saliendo en la prensa esos días, referidas a las facturas falsas en el caso de UGT y, si bien, aunque su perfil en esta red social es privado, supera los mil amigos.
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"UGT emitiendo facturas falsas, rebañando dineros públicos que no les corresponden, pagándose comidas de guá, financiándose ilegalmente. Sindicalistas inútiles, perrunos y borricotes, hijos de la gran puta. Sindicalistas aseñoritados que van a que se la chupen las obreritas del cortijo a cambio de pincharles en el pezón una chapica con el logo. Todos conocemos sindicalistas y sabemos que todos son iguales, los camareros aseguran que son los más irrespetuosos pidiendo Canadian con limón, los delegados sindicales cobran por emborracharse. Los sindicalistas hace tiempo que no engañan, aunque a la Justicia parece que sí, porque se está percatando ahora de que siempre han trincado a manos llenas y mordiéndose los carrillos, con esa cara azurullada que suelen poner cuando ven un euro. Lo gracioso es que todo aquel que, de una manera u otra, ha tenido relación con un sindicato, dice lo mismo ante las noticias de mierda expuesta: ¡pos claro, mía tú que la polla*!", señalaba dicho mensaje.
El acusado afirmó que "se limitó a hacerse eco de una noticia que estaba en los medios de comunicación, emitiendo una opinión, y que no albergaba intención de injuriar ni dañar la imagen del sindicato afectado".
Contra esta sentencia cabe interponer recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Jaén.