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La CUP decidirá en votación secreta si investir a Mas o repetir elecciones

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Después de todo un recorrido marcado por las negociaciones con Junts pel Sí y los debates internos, la CUP ha convocado la que será la asamblea definitiva para discernir el futuro de Cataluña tras las pasadas elecciones del 27 de septiembre, con la mirada puesta en el proceso soberanista que posibilitará la constitución de un Estado catalán independiente en forma de república.

La formación liderada por Antonio Baños tiene en sus manos la investidura del presidente en funciones, Artur Mas, que concurrió en septiembre como número uno de Junts pel Sí –integrada por ERC y CDC–. La división en el seno de la formación, no obstante, evidencia el choque de posturas existente entre los integrantes del partido. Precisamente, la celebración de la asamblea este domingo se postula como la única solución democrática al debate sobre Mas.

Durante la jornada, la CUP pondrá a votación las cuatro partes que conforman las negociaciones con Junts pel Sí. Mediante la implantación de cuatro urnas, los militantes valorarán del 0 al 5 los aspectos clave: el plan de choque social, el proceso constituyente, la ruptura democrática con el Estado español, y la estabilidad. La finalidad de este primer procedimiento es calibrar el posible acuerdo.

Finalmente, y en relación a la investidura, planteará cuatro alternativas que los militantes irán descartando mediante un sistema de votación electrónico –con mandos a distancia–. La opción que obtenga menos votos en una primera vuelta, desaparecerá. Se realizará consecutivamente de esta forma, hasta quede un sólo escenario, o hasta que una de las cuatro opciones obtenga directamente el 50% de los votos. Los cuatro posibles escenarios se dividen en dos tendencias: el sí a la investidura y el no a Artur Mas.

Aprobación de la investidura

Dos de las principales opciones que pueden resultar tras la votación de este domingo apuntan a una investidura del líder de Junts pel Sí.

En primer lugar, una de las posibles respuestas consiste en aceptar la investidura y además la propuesta de acuerdo político con el objetivo de avanzar hacia la creación de una república catalana.

La otra cara de la investidura a Mas, sin embargo, pasaría por el rechazo a las negociaciones. Esta alternativa evitaría la celebración de unas nuevas elecciones, pero supondría descartar los posibles acuerdos políticos alcanzados hasta el momento de la votación.

Rechazo de Artur Mas

Las otras dos alternativas, por el contrario, apuntan a la negativa de investir a Artur Mas como president.

Los integrantes de la CUP podrían, por un lado, votar en contra de la investidura y también de la propuesta de acuerdo político. En este supuesto, cabría esperar que Junts pel Sí propusiera un nuevo candidato a president, pero de no ocurrir así se asumiría la convocatoria de unas nuevas elecciones en marzo.

Finalmente, el otro escenario también pasa por rechazar un gobierno presidido por Mas, así como las negociaciones, con la diferencia de que Junts pel Sí, de triunfar esta opción, tendría que buscar apoyos más allá del grupo parlamentario de la CUP; apoyos que presumiblemente vendrían de la abstención de Catalunya Sí que es Pot.En caso de no conseguir dicha abstención –que a día de hoy resulta lo más probable dada la línea ideológica del partido–, se convocarían elecciones.

Debate interno 

El panorama tras los comicios catalanes del mes de septiembre y las negociaciones entre la CUP y Junts pel Sí no parecen indicar una tendencia nítida de cara al domingo. Por el contrario, el debate se encuentra más latente que nuncalatente.

Una de las posturas más destacadas dentro del partido es la de Endavant, que se opone rotundamente a investir a Mas. Junto a ellos se encuentra todo un conjunto de organizaciones externas a la CUP, pero que han ido coaligadas con ella en el 27-S, como Lucha Internacionalista o Corriente Roja, entre otras, y que priorizan en la cuestión social por encima de la nacional.

En el polo opuesto, Poble Lliure estaría dispuesto a ceder la presidencia a Artur Mas, entendiendo que unas nuevas elecciones en marzo serían "contrarias a los intereses inmediatos del independentismo", y que la prioridad en este momento consiste en una "ruptura independentista" frente a las posturas inmovilistas que dificultan el proceso.

Cabe destacar que estos dos sectores tienen mayor o menor peso según el territorio. En Barcelona prima Endavant casi en exclusiva, pero en Girona, donde se celebrará la asamblea, tiene mayor presencia Poble Lliure, que es más proclive a aceptar la investidura.

Aunque la respuesta que se obtenga tras la asamblea es difícil de prever, sí existen precedentes que ayudan a analizar la situación interna de la CUP y la inclinación de sus bases. En la asamblea deliberativa celebrada el mes pasado en Manresa entre más de 1.200 militantes, la gran mayoría optó por no investir a Mas.

Plan de choque social

El acuerdo político destinado a atender las necesidades de la sociedad catalana tiene un papel fundamental para la CUP, que lleva en su ADN la lucha y las políticas sociales

Mientras que las formaciones están esencialmente de acuerdo con la ruptura democrática –plasmada en el 9-N– y el proceso constituyente –que busca generar un debate social y participativo sobre la elaboración de una Constitución catalana–, las negociaciones sobre el plan de choque social han seguido hasta ahora sobre la mesa, con el objetivo de perfilar las líneas de un pacto aceptable para ambos. Este martes es la fecha establecida como límite para cerrar el preacuerdo que integre todas estas cuestiones.

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Uno de los asuntos más polémicos es la reversión o paralización de las privatizaciones puestas en marcha por el Ejecutivo de Artur Mas, pero también existen otros de carácter esencialmente ideológico como no dar conciertos educativos a escuelas que segreguen por sexo.

Entre las propuestas que requieren mayor inversión presupuestaria, se encuentran aspectos como garantizar prestaciones por dependencia, aplicar la ley contra la pobreza energética o aumentar las becas de comedor.

Después de todo un recorrido marcado por las negociaciones con Junts pel Sí y los debates internos, la CUP ha convocado la que será la asamblea definitiva para discernir el futuro de Cataluña tras las pasadas elecciones del 27 de septiembre, con la mirada puesta en el proceso soberanista que posibilitará la constitución de un Estado catalán independiente en forma de república.

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