El pasado domingo 1.599.902 andaluces metieron en las urnas las papeletas del PP, Vox y Se acabó la fiesta. La derecha y la extrema derecha ganaron de manera aplastante en el sur con el 55% de apoyos. Las formaciones de la izquierda reunieron 1.165.028 sustentos, quedándose en quince puntos menos que sus rivales al sumar un 40,04% las formaciones del PSOE, Sumar y Podemos.
Andalucía había sido durante décadas el gran corazón de la izquierda, el olímpico caladero de votos. Allí había dominado durante cuarenta años de manera rotunda el socialismo andaluz, hoy gripado y con los cuchillos volviéndose a afilar. Y también había sido la cuna de la parte más exitosa de Izquierda Unida, con rostros míticos para el progresismo como Julio Anguita, Rosa Aguilar, Felipe Alcaraz, Concha Caballero y Alberto Garzón. Sus voces se escuchaban en toda España, ahora apenas hay ecos.
Pero, en cambio, ahora el sur es un terreno fértil para las derechas. Juanma Moreno se ha asentado desde que llegó al Palacio de San Telmo y domina además con mayoría absoluta las votaciones en el Hospital de las Cinco Llagas. Y alcanzó este 9J una meta hasta ahora no vista por los conservadores: ganar por primera vez las europeas desde 1987 en Andalucía. Además, la comunidad se ha convertido en plataforma para la extrema derecha, ya que allí entró por primera vez en las instituciones Vox en 2018 y ahora Alvise Pérez se ha convertido en la cuarta fuerza con una media superior a la nacional.
"Moreno ha sabido ocupar el centro, ha abrazado los símbolos"
Moreno llegó al poder en diciembre de 2018 con el peor resultado de la historia del PP en la autonomía, pero un pacto a tres junto a Cs y a Vox le llevó a la Presidencia en un momento de declive del PSOE-A en los últimos coletazos de Susana Díaz. Pero desde entonces consiguió comerse a sus rivales y asentarse también en parte del electorado de centro. En 2022 lograría la mayoría absoluta y desde entonces ha encadenado victorias en las urnas: municipales del 28M, generales del 23J y europeas. En caso de que un día cayera Alberto Núñez Feijóo, todo el PP lo miraría a él y a Isabel Díaz Ayuso para una posible sucesión.
El PP andaluz también tuvo un mejor resultado que a nivel nacional Feijóo (un 37,87% frente a un 34,20%). Pero este fenómeno se da también en sus compañeros de viaje en la derecha, que cosechan también más porcentaje que en resto del país. Vox logró un 10,92% (frente al 9,62% en toda España) y Se acabó la fiesta se alzó con un 6,21%, mientras en global tuvo un 4,59%. Además, el partido de Alvise Pérez ha arañado sus mejores resultados a nivel provincial en el sur, con cuotas superiores al 7% en Málaga y en Almería, además de superar el 6% en Cádiz, Sevilla y Granada (las mismas grandes puertas de entrada que en su día tuvo Santiago Abascal).
Ana Salazar, politóloga y experta en el panorama político andaluz, analiza que no se trata de una cuestión de que la gente se haya desplazado ideológicamente: “El PSOE y el PP se mueven en esa escala de entre el cuatro y el seis, pero Juanma Moreno ha sabido ocupar muy bien el espacio de centro. Ha abrazado muy bien los símbolos, como muchos de sus consejeros que son jóvenes. Se han criado en un sistema público de enseñanza diseñado por el PSOE, con los valores de la flauta, el himno de Andalucía y el mollete con aceite”. “Llevan también en la piel esa identidad”, sostiene.
Salazar, directora de Idus 3, hace esta radiografía del actual PP andaluz: “Ha cogido como símbolo a Felipe González que era el gran referente del PSOE-A”. Para añadir otro factor de vital importancia para entender la situación: “Se ha producido una significación muy grande entre el PP y Juanma Moreno. En la propaganda buzoneada del 9J aparecía su cara junto a la de Alberto Núñez Feijóo y la de Dolors Montserrat. Con él, a la gente se le ha quitado el miedo de votar al Partido Popular. Es un hombre amable y las cosas no están cambiando significativamente”. “La sanidad no funciona… pero no hay gente en general manifestándose en las calles. La ciudadanía no tiene temor a votar a un partido de derechas aunque sea personalmente un poco más de izquierdas”, lanza, a lo que añade la idea de que el actual presidente de la Junta ha conseguido transferir ese sentimiento a la hora de votar también en las generales y en las europeas.
"En Andalucía se vota a Juanma, no a Feijóo"
A la vez se une el “demérito” del PSOE: “No termina de arrancar”. Salazar añade que existe otra situación: “Moreno y Juan Espadas son tremendamente parecidos. Son personas serenas, de consenso, simpáticas. Y el primero en llegar fue el líder del PP andaluz. Además, sigue habiendo heridas dentro del socialismo andaluz que todavía no se han curado”. A lo que hay que agregar, en su opinión, que el socialismo ha descuidado los liderazgos territoriales frente a Ferraz, algo que ahora no pasa en el PP: “En Andalucía se vota a Juanma, no a Feijóo”.
Para situar el marco completo hay que ver lo que sucede a la izquierda del PSOE. Se produce una situación contradictoria: Izquierda Unida tiene un gran arraigo municipal pero ese espacio no está funcionando a nivel autonómico o cuando hay una convocatoria general. Las experiencias de Podemos y de Sumar han sido un “fracaso” en la comunidad, remacha Salazar, quien sí ve potencial ahora con Antonio Maíllo, el veterano dirigente que se ha hecho con las riendas de IU en la última asamblea. Resume: “Es un tipo serio, conoce muy bien el territorio y la formación”. La fragmentación de ese espacio, prosigue Salazar, despista al elector: “No es cuestión de ideología, sino que hay mucho personalismo y ego”.
El factor procés y el marco de la derecha
Daniel Valdivia, politólogo y profesor de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, dice que en apenas unos años se ha producido un cambio “radical” en la política andaluza y recuerda al hilo que en las europeas de 2014 las derechas no llegaron ni al 30%. “Hay explicaciones multicausales”, analiza, para poner sobre la mesa “el deterioro” del PSOE andaluz tras los escándalos de corrupción. Y enlaza que en las europeas de hace diez años el voto de castigo se fue a formaciones a su izquierda como IU y Podemos, pero estas también se han desgastado. Por lo que, incide, ese voto de castigo va ahora hacia las derechas.
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Asimismo, el también sociólogo pone en el escenario que el procés catalán ha influido de manera determinante en la percepción de muchos andaluces sobre el modelo territorial: “Eso ha beneficiado a una cultura política dominada por la derecha”. “A eso hay que unirle la aparición de Vox, ya que se mueven los marcos políticos. Eso hace que parezca que el centro de Andalucía se va hacia Juanma Moreno”, reflexiona.
Manifiesta que se está viendo una tendencia: el supuesto “voto prestado” que hubo hacia el PP andaluz en las autonómicas se está consolidando. “En 2022 hubo una tormenta perfecta, mucha gente apoyó al PP para que no estuviera Vox. Pero parece que la lluvia que cayó ha conseguido calar un poco para el Partido Popular”, añade. Valdivia subraya otro elemento clave: la abstención. “Siempre ha habido mucha y antes estaba más distribuida entre las clases trabajadoras y las altas. Pero ahora se concentra en la parte más obrera. Por eso da igual que en barrios con menos renta la izquierda sume un 80% si la gente no vota. En cambio, la participación es muy alta en zonas ricas como las sevillanas de Los Remedios y Nervión”. Asimismo, hay una paradoja: “las políticas del Gobierno central están beneficiando mucho a Andalucía. Por ejemplo, se ha notado bastante la subida del salario mínimo interprofesional. Pero esa situación económica la capitaliza Juanma Moreno”.
Para sumarle el factor de la fragmentación “permanente” de las izquierdas: “Confunden a los electores. La gente no sabe a quién tiene que votar. Hasta tienen que preguntar en los colegios dónde se presenta IU o Pablo Iglesias. Ni siquiera se ha dado el paso de reflexionar sobre qué pasó en las últimas autonómicas”. Deja este vaticinio para terminar: “Ahora mismo si hubiera elecciones en Andalucía, Moreno tendría más riesgo de perder la absoluta porque entrara Alvise Pérez que por una subida de la izquierda”.
El pasado domingo 1.599.902 andaluces metieron en las urnas las papeletas del PP, Vox y Se acabó la fiesta. La derecha y la extrema derecha ganaron de manera aplastante en el sur con el 55% de apoyos. Las formaciones de la izquierda reunieron 1.165.028 sustentos, quedándose en quince puntos menos que sus rivales al sumar un 40,04% las formaciones del PSOE, Sumar y Podemos.