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Elecciones europeas

Dirigentes de IU ven posible un acuerdo con el partido de Iglesias

Cayo Lara, con los números uno y dos de la lista europea de IU, Willy Meyer y Paloma López, este 26 de mayo.

Izquierda Unida quiere converger con Podemos. Así lo señalaban este lunes tanto el coordinador federal, Cayo Lara, como el recién reelegido eurodiputado Willy Meyer, durante sus análisis de los resultados electorales, que han supuesto para la federación triplicar sus resultados pero que también han visto la potentísima irrupción de la formación dirigida por Pablo Iglesias. Y no son los únicos: varios altos cargos de IU aseguraron a infoLibre que la intención de IU, la que entra dentro de sus políticas, es la de hacer que en ese "amplio bloque social y político" al que intenta dar vida desde las últimas generales confluya el nuevo partido.

Desde dentro de la federación se insiste en resaltar el "gran" resultado electoral de IU en estas elecciones –seis eurodiputados y el 9,99% de los votos, por los dos escaños y el 3,71% de 2009–, si bien explican que su objetivo no es quedarse ahí, sino conseguir articular una alternativa de gobierno que derrote al bipartidismo. Y en este sentido, el coportavoz federal de Izquierda Abierta (IzAb) –uno de los partidos que configuran IU–, Gaspar Llamazares, se felicitaba de que el "espacio de ruptura" con los dos grandes partidos haya ganado apoyo ciudadano: "Antes tenía en torno al millón de votos, de los que medio millón eran nuestros, y ahora se ha ampliado a tres millones", señala el también diputado por Asturias.

No obstante, dado este amplio crecimiento, ¿por qué IU no ha conseguido erigirse de manera tajante como fuerza hegemónica frente a PP y PSOE? Según Llamazares, porque IU "no ha hecho sus tareas" a la hora de trasladar a la ciudadanía sus propuestas de regeneración democrática. "Podemos se ha posicionado con credibilidad en la fractura con el viejo régimen, mientras que nosotros lo hemos hecho en el eje izquierda-derecha", señalaba el portavoz de IzAb, que pone como ejemplo que la federación no ha elegido a sus candidatos a través de elecciones primarias, una decisión que en su día ya generó polémica al argumentar Lara que eran "un invento norteamericano" que no "interesa a la gente".

Por su parte, Ramón Luque, secretario de Acción Electoral de IU, afirma algo similar: "La irrupción de Podemos va más allá de la competencia en el mismo espacio electoral, han penetrado [...] en sectores muy reacios a la política clásica que pueden haber visto algo de eso, aunque muy poco, en nosotros". Y fuentes muy cercanas a Lara, pese a que insistían –como Llamazares y Luque– en que el resultado es "excelente", aportaban otra posible explicación para el batacazo de IU en lugares como Madrid, donde ha pasado a ser quinta fuerza política (tras PP, PSOE, Podemos y UPyD): en las grandes ciudades el gran protagonismo mediático de Iglesias –habitual de las tertulias televisivas– habría coincidido con el "apagón informativo" del que habría sido objeto IU.

En cualquier caso, para Luque "el análisis no puede ser que Podemos le haya quitado a IU los votos". O al menos únicamente, ya que si bien el secretario de Acción Electoral y exdirector de anteriores campañas reconocía que ha existido "transferencia de votos" de la federación al partido de Pablo Iglesias, explicaba que es de "sectores del PSOE desencantados" y de la abstención, así como de aquellos que pedían "rebeldía contra el estado de las cosas", de donde Podemos ha sacado la mayor parte de los sufragios. Fuentes oficiales ponían cifras a este análisis al asegurar que, según sus estimaciones, la formación dirigida por Iglesias ha conseguido cuatro de sus escaños a costa del PSOE.

La confluencia, posible y deseada

En lo que coinciden todas las fuentes consultadas es en que el programa de Podemos es muy similar al de IU. En este sentido, el diputado Alberto Garzón señalaba este mismo lunes en Twitter que "por supuesto, los cargos, militantes y votantes de Podemos son compañeros de proyecto político. No cabe pensar algo distinto", algo en lo que incidía Luque, que añadía que su cercanía hace que IU vea a Podemos "más que como un problema, como una oportunidad" para mejorar los resultados de la izquierda. "No despreciamos el efecto Podemos: no nos preocupa, pero sí nos ocupa", apuntalaban fuentes oficiales.

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Es precisamente la confluencia de los idearios de ambas formaciones la que, según todas las fuentes consultadas, hace posible un acuerdo futuro. El propio Willy Meyer subrayaba este lunes la necesidad de "levantar un gran bloque alternativo" con la vista puesta en las elecciones generales del año que viene, algo en lo que coincide Llamazares, que si bien advertía de que "es muy pronto" para hablar de algo concreto, sí existe la "disposición" para llegar a un acuerdo. "IU va a intentar que sea posible empezando por nosotros, realizando los cambios que sean necesarios, para que ese espacio de ruptura [con el bipartidismo] se amplíe", aseguraba.

Por lo pronto, destacaba igualmente Luque, IU y Podemos van a compartir grupo en el Parlamento Europeo y van a apoyar al mismo candidato a la Presidencia de la Comisión, el líder de Syriza, el griego Alexis Tsipras. El secretario de Acción Electoral, de igual forma, afirmaba que la posible convergencia con Podemos debe construirse "desde abajo" para terminar confluyendo, eventualmente, en una alianza electoral. Y en este caso concreto, Luque ve una mayor predisposición al acuerdo, ya que asegura que la federación comparte con el nuevo partido "la misma forma de ver el combate en la calle".

Sin embargo, cuestionados por la razón por la que se plantean estas propuestas ahora pero no se consiguió llegar a un acuerdo para los comicios europeos, la unidad de las respuestas de los responsables de IU se rompe. Fuentes cercanas a Lara son tajantes: la culpa de no converger fue, a su juicio, de Podemos, ya que hubo una reunión "y nunca más se supo". Llamazares es más conciliador al explicar que el acuerdo no fue posible porque "Podemos quería probar su presencia electoral" y dentro de IU había pareceres contrapuestos, a lo que se unió el escollo principal: la diferencia de opinión acerca de las elecciones primarias abiertas, que Iglesias quería sí o sí. Luque, por su parte, se lamentaba: "Las cosas se dieron quizá demasiado tarde".

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