19J | Elecciones en Andalucía
El desembarco de Olona en Andalucía confirma la apuesta de Vox por la polarización frente al PP
Seguirá en su escaño hasta después de las elecciones del 19 de junio, pero en el grupo parlamentario de Vox en el Congreso van a echarla de menos. Macarena Olona (Alicante, 1979) entusiasma a la extrema derecha y eso se nota en el público cuando se dirige a sus seguidores —recuerda en parte la pasión que inspira Isabel Díaz Ayuso entre los suyos— y entre sus compañeros de bancada cuando sube a la tribuna de oradores de la Cámara Baja.
La decisión de convertirla en la candidata de Vox a la Presidencia de la Junta de Andalucía no ha sido fácil. Santiago Abascal y los suyos han dudado porque supone arriesgar en la arena electoral andaluza a una de sus piezas mayores en el combate político en el Congreso.
La potencia de la marca de Vox es, desde hace tiempo, muy estable y está por encima de quién sea su cabeza de cartel en las convocatorias autonómicas. Las encuestas refrendan esa fortaleza y las elecciones de Castilla y León, celebradas el 13 de febrero, lo corroboran. Los ultras cosecharon allí casi el 20% de los votos emitidos a pesar de que su candidato, el abogado Juan García Gallardo, era un perfecto desconocido.
Ahora mismo, el punto de partida de la formación ultra en Andalucía es más modesto (entre el 13 y el 18%) que el de Castilla y León. De ahí que Abascal haya decidido poner toda la carne en el asador y reforzar sus opciones con una candidata muy conocida que además forma parte del núcleo duro de la organización.
En la ultraderecha saben que cuanto más polaricen la campaña más pueden ganar. Se trata de un fenómeno bien documentado: los candidatos como Olona, cuya imagen pública está asociada a ruido, furia y polémica, les funcionan muy bien. Algunos analistas aseguran que en Madrid se dio un fenómeno parecido en las elecciones de mayo de 2021: la candidatura de Pablo Iglesias ayudó a la movilización en favor de Isabel Diaz Ayuso.
La cuenta de Twitter de la candidata de Vox está encabezada por una anotación que la retrata: “La Libertad no se pide. Se conquista. Adelante. Sin pedir permiso. Y mucho menos perdón. Que ladren”. Esa calificación de quienes la critican como si fuesen perros expresa muy bien la agresividad verbal que la caracteriza y que tanto celebran los partidarios de sus siglas, especialmente en las redes sociales.
Discurso antimusulmán
El pasado mes de enero aprovechó el aniversario de la toma de Granada por los Reyes Católicos, una de las efemérides sobre las que Vox construye su imaginario político, para lanzar un mensaje antimusulmán en el que afirmaba la identidad cristiana de España: “Hoy celebramos el triunfo de nuestra identidad cristiana, celebramos el fin de la ocupación musulmana con la caída del reino nazarí. Hoy es un día digno de conmemoración y, como tal, en Vox consideramos que esta gesta histórica debería ser conmemorada alzándola al Día de Andalucía y a fiesta nacional de España”.
El suyo es, efectivamente, un discurso marcadamente identitario.
Durante un mitin en Andalucía en marzo, en referencia a la retirada de un símbolo fascista en Córdoba, afirmó que “por cada cruz cristiana que derriben”, se comprometía a construir “50 cruces más, porque son nuestras raíces”. “Es una cuestión de leyes y de cultura, no de razas”, subrayó antes se asegurar que en España sólo hay sitio para quienes compartan su visión cultural: “En España, con mis leyes, con mi cultura, mandamos nosotros”.
Granada es la circunscripción que le abrió las puertas del Congreso. Abascal la situó en esa provincia a pesar de ser alicantina y de que nunca ha vivido en Andalucía, pero en Vox no creen que eso suponga una desventaja. Y ya están combatiendo a quienes opinan lo contrario. “Algunos piensan que yo no debería concurrir a estas elecciones por no haber nacido en Andalucía. No lo admito”, declaró en una entrevista concedida a VozPópuli. “Vox es un proyecto nacional. Nadie va a vetar mi posible candidatura como si yo fuera menos española o menos andaluza que otra persona que haya nacido en Andalucía”. “Los andaluces nacemos donde nos da la gana”, tuiteó poco después.
Olona es licenciada en Derecho y abogada del Estado. Ganó la oposición en 2009 y en diez años de ejercicio ha desempeñado sus funciones en Burgos, Euskadi y Sevilla. Entró en política en 2019 y en el Congreso ha sido la responsable de buena parte de la estrategia de judicialización de la vida política impulsada por su partido para combatir al Gobierno de Pedro Sánchez. Sus palabras gruesas y su violencia verbal son su seña de identidad, así como su facilidad para generar debates a partir de afirmaciones provocadoras e incluso comentarios insultantes. Esta misma semana hizo gala de su talante vociferando contra la presidenta del Parlamento desde la tribuna del Congreso.
Macarena Olona, designada candidata de Vox para las elecciones de Andalucía
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La apuesta de Vox por Macarena Olona busca marcar claramente las diferencias con el PP de Juanma Moreno y atraer el voto más ideologizado de la derecha. El partido de Alberto Núñez Feijóo decidió adelantar las elecciones animado por las encuestas que les sitúan en cabeza y con un amplio colchón de votos sobre el PSOE y pensando en una campaña tranquila, pero ahora no ocultan su preocupación a la vista de la decisión de Abascal de situar en primera línea a una de sus piezas más valiosas.
En el PP están convencidos de que la estrategia de polarización que encarna Macarena Olona no sólo beneficiará a Vox sino que meterá en la campaña electoral a los votantes de la izquierda, muchos de los cuales están en estos momentos muy desmovilizados y tentados por la abstención, pero que pueden pasar a una posición mucho más activa como reacción a la candidata de la ultraderecha. Los analistas consultados por infoLibre certifican esta posibilidad.
En el PSOE, en cambio, esperan que la candidata ultra se convierta en la piedra en el zapato de Juanma Moreno. La moderación política de la que hace gala el actual presidente andaluz tendrá que ponerse a prueba con el feroz argumentario de Vox, muy crítico con la gestión que la coalición PP-Ciudadanos ha llevado a cabo en los últimos tres años y medio.