España se seca. Y el Gobierno se enfrenta a una situación de consecuencias desconocidas en el campo español, que sufre cada día más el cambio climático y que se está viendo afectado también por las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania. Por eso, en La Moncloa y en el Palacio de Fomento se mueve ficha a toda prisa.
Uno de los objetivos que tienen ahora en mente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, es lograr que se active el fondo de reserva de crisis de la Política Agraria Común (PAC), lo que supondría ayudas económicas para el país y los agricultores y ganaderos.
El Gobierno español ya ha lanzado esta idea a la Comisión Europea a través de la carta remitida por el propio Planas al comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Janusz Wojciechowski. Y ahora va a desplegar una ofensiva diplomática para lograr la luz verde ante el problema de la sequía que azota al país. Fuentes del Ejecutivo señalan que esperan que la respuesta llegue ya en el mes de mayo.
De la mano de Portugal
Países del este están haciendo piña durante estos meses en la UE precisamente para lograr ayudas agrarias por las consecuencias de la guerra de Ucrania, como Polonia, Bulgaria o Hungría. Pero ahora España pretende que la Comisión sea consciente de la situación que se vive en el sur y se abra a dar estas ayudas, aunque no concretan las fuentes cuánto dinero podría llegar.
Será una lucha en Europa que tiene algunos símiles con la negociación del mecanismo ibérico y España pretende ir de la mano también de Portugal para pedir la liberación de estos fondos de crisis. El ministro Planas ha mantenido en este sentido contactos ya con su homóloga lusa, María do Céu Antunes, con la que tiene una muy buena relación.
Planas es un ministro con mucha experiencia en Bruselas y quiere jugar todas las cartas diplomática para lograr esta activación del fondo de emergencia. Este mismo martes el secretario general de su Ministerio, Fernando Miranda, pidió durante la reunión del Consejo de Ministros de Agricultura de la UE, que se celebró en Luxemburgo, que se adopten medidas “urgentes” frente a la sequía. El plan que quiere España también pasa por la autorización a las comunidades autónomas para utilizar fondos europeos de desarrollo rural no ejecutados para habilitar ayudas directas a agricultores y ganaderos.
Uno de los principales retos que tiene el Gobierno español ahora en Bruselas es convencer de la situación de gravedad en España por la sequía cuando todo el continente está sufriendo episodios de calor y falta de lluvias. Pero Planas confía en que la Comisión comprenderá perfectamente la situación de España, un país que vive un ola de calor ya en pleno abril y cuyos cultivos tienen que ir adaptándose a las consecuencias del cambio climático.
Acuerdos del Consejo de Ministros
Además, en clave política, se sucedieron a lo largo del martes declaraciones de apoyo a los ganaderos y agricultores, desde el propio Pedro Sánchez en su comparecencia en el Senado hasta Luis Planas, que fue uno de los protagonistas de la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros: “Pueden estar tranquilos porque vamos a seguir apoyándoles en unas circunstancias tan difíciles como en las que nos encontramos ahora como consecuencia de la sequía y las condiciones climáticas”.
El sector del campo es un granero de votos muy deseado por la derecha y la ultraderecha, que llevan toda la legislatura intentando presentar al Gobierno como defensor de los urbanistas progresistas y despreocupados por lo que pasa en el campo. Ahí radica también parte del impulso por parte del PP y de Vox de la proposición de ley en el Parlamento andaluz para legalizar pozos en la zona del parque nacional de Doñana.
Otro de los puntos en los que está trabajando el Ministerio es conseguir, como solicita en su carta Planas al comisario, es que haya flexibilidad en la aplicación de la condicionalidad para la ayuda básica a la renta para la sostenibilidad, por ejemplo en cuestiones como la rotación de cultivos, y en los requisitos para los ecorregímenes, ya que algunas de las prácticas contempladas no podrán realizarse por la situación en la que se encuentran los cultivos y las superficies vegetales como consecuencia de la sequía.
Planas llevó en su cartera al Consejo de Ministros dos acuerdos destinados a la agricultura y la ganadería en plena sequía. Por un lado, se autorizó la firma del convenio entre la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA) y la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) para la ejecución del plan anual de seguros agrarios combinados, que tiene una dotación de 317,7 millones de euros. Se trata de la aportación más alta del Gobierno en la historia con este fin.
Asimismo, el Gobierno dio luz verde este martes al reparto territorial entre las comunidades autónomas de un total de 292 millones de euros para distintos programas de actuación en materia agrícola y ganadera. La mayor cuantía, 158,2 millones de euros, corresponde a la aportación estatal para cofinanciar medidas de desarrollo rural.
Rebaja fiscal de 1.800 millones de euros
La sequía amenaza con echar a perder el 40% de las cosechas y disparará más el precio de los alimentos
El Gobierno también publicó este martes, por sorpresa, una orden en el BOE que supone una rebaja fiscal para más de 800.000 agricultores y ganaderos, que se ahorrarán en su conjunto 1.800 millones de euros. Una decisión impulsada por Agricultura y ejecutada por Hacienda con los motivos de la sequía y las consecuencias de la guerra de Ucrania. Determinados sectores en situación más vulnerable se benefician además de reducciones específicas, que son del 50% en el caso del olivar, el almendro y la apicultura, y del 30 % para cereales, oleaginosas y leguminosas, castaño, melocotón, nectarina, albaricoque y los demás sectores ganaderos.
El tema del agua fue otro de los puntos en los que Sánchez y Alberto Núñez Feijóo chocaron durante su ‘cara a cara’ en el Senado, con el presidente del Gobierno defendiendo que ya se aprobaron en enero los planes hidrológicos nacionales y, por lo tanto, no hace falta ponerse a negociar un pacto por el agua. El líder de los populares, en cambio, prometió escuchar a los presidentes autonómicos y firmar un gran acuerdo si llega a La Moncloa. En el duelo en la Cámara Alta, el socialista reprochó al PP que intente legalizar los regadíos que están secando Doñana, ya en una mala situación por la sequía.
Esta semana, la ausencia de precipitaciones ha producido un descenso de 326 hectómetros cúbicos en la reserva de agua de los pantanos españoles, que en este momento acumulan poco más de 28.000 hectómetros cúbicos, al 50,1% de su capacidad total. Según la asociación agraria Asaja la situación es de tal magnitud que el 6’% del cereal de secano está perdido.
España se seca. Y el Gobierno se enfrenta a una situación de consecuencias desconocidas en el campo español, que sufre cada día más el cambio climático y que se está viendo afectado también por las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania. Por eso, en La Moncloa y en el Palacio de Fomento se mueve ficha a toda prisa.