El desequilibrio territorial
La España vaciada se enfrenta al dilema de seguir el modelo de Teruel Existe o consolidarse como grupo de influencia
La idea está encima de la mesa desde agosto de 2019. Fue entonces, en pleno bloqueo de la política española después de las elecciones de abril que dieron lugar a una legislatura fallida y a la repetición electoral de noviembre, cuando las organizaciones y plataformas de la España vaciada lanzaron su advertencia: o los partidos y las instituciones se toman en serio sus demandas o en el plazo de cuatro años darían el paso y presentarían candidaturas al Congreso.
Teruel Existe no quiso esperar, dio la campanada cuatro meses después y desde hace año y medio su único diputado en la Cámara Alta, Tomás Guitarte, ha hecho valer su peso en un Parlamento fragmentado en el que el Gobierno a menudo necesita hasta el último voto para sacar adelante sus iniciativas.
En la Coordinadora de la España Vaciada conviven en estos momentos en torno a 160 plataformas de muy diverso orden. Las hay locales, regionales y nacionales. Y son las provinciales las que se pueden sentir más tentadas por emular a Teruel Existe y disputar escaños a la política tradicional. Lo pusieron por escrito hace dos años:
“Si la acción política durante esta Legislatura que se inicia no evidencia una voluntad real —manifestada en los sucesivos Presupuestos que deben aprobarse— de buscar solución a esta crisis estructural territorial, reiteradamente denunciada, priorizando la cohesión y el reequilibrio territorial de España, seremos capaces, y que no quepa la menor duda de que lo seremos, de articular una respuesta firme, estable y permanente”.
Eso significa candidaturas. Algo que todavía no está decidido, ni mucho menos, pero que muchos de quienes llevan décadas trabajando en favor de las provincias más olvidadas defienden.
Forzar la máquina
Antonio Saz, coordinador de modelo de desarrollo de España Vaciada, cree que “este movimiento ha madurado. Ha crecido, se ha consolidado, hemos conseguido hacer una propuesta de 101 medidas sen el Congreso”. Él es de lo que piensan que a la España vaciada se le acaba el tiempo. “Cuanto más estrangulados estemos, menos miedo tenemos a perder. No tenemos otra salida que forzar un poco la máquina para que se nos tenga en cuenta”.
Tomás Guitarte, el único diputado de la España vaciada en el Congreso, en su caso en representación de Teruel Existe, está de acuerdo con Saz. “Hay voluntad decidida de no dejar pasar la ocasión; hay que hacerlo ahora sí o sí. No aguantamos 15 años más. Hay que cambiar el rumbo y hay que hacerlo ahora”, subraya.
En opinión del portavoz de la agrupación de electores que ganó las generales en Teruel, la dirección correcta es la de que su modelo no sólo se consolide en su provincia, sino que se reproduzca en otras demarcaciones. Sobre todo “si no hay cambios significativos con hechos, no con palabras. Estamos cansados de escuchar palabras, de oír que se van a hacer planes”.
“Hace falta estar aquí para que las cosas se consigan”, admite Guitarte en referencia al Congreso. “Ha sido necesario estar para que el problema se considere prioritario. Y creemos que seguirá siendo necesario estar aquí, con cuanta más fuerza mejor, para que las medidas de verdad se tomen”.
La España vaciada tiene conciencia de que el plazo marcado es 2023, cuando finalice la legislatura. A menos que para entonces exista un pacto de Estado suscrito por los grandes partidos —que no cambie gobierne quien gobierne— y por todas las instituciones que garantice un 1% anual del PIB durante 30 años para luchar contra la despoblación y los desequilibrios territoriales, serán varias las provincias que ensayen la estrategia de Teruel Existe. “La reflexión está hecha”, recuerda su portavoz en el Congreso. “Lo que las plataformas han decidido no consentir es que este problema no se solucione de verdad, ahora, en este momento. No hay un momento más idóneo que este. La mayoría de esos territorios no aguantan diez o quince años con las mismas condiciones de despoblación y ausencia de actividad económica”.
El plazo de 2023 no se moverá a pesar de que la pandemia ha condicionado la primera parte de la legislatura. “Ha habido un año y medio en el que las prioridades del país han sido otras”, reconoce Guitarte. “Pero, dando por supuesto que tenemos una recuperación rápida, creemos que se tienen que ver cosas en estos dos años”. “Nadie entendería que se saliese de esta crisis y no se solucionase el problema del desequilibrio territorial. Esta no es la España que pregona la Constitución. Y eso hay que conseguirlo”, remarca.
“Nos hemos encontrado conunas inercias tremendas en los propios ministerios y en la maquinaria del Estado” confiesa Tomás Guitarte
La experiencia de estos dos años y medio largos en el meollo de la política española ha mostrado a Teruel Existe que aunque haya buena voluntad por parte del Gobierno para hacer cambios, algo que reconoce, también “es muy fácil caer en las inercias. Lo que nos hemos encontrado es que pese a que la clase dirigente asume que hay que actuar, hay unas inercias tremendas en los propios ministerios y en la maquinaria del Estado” que hacen “que las cosas sigan como estaban”. Y pone un ejemplo que estos días le trae de cabeza: el Ministerio de Fomento asume la necesidad de pasar de la España radial en materia de comunicaciones terrestres a la España en malla, pero Renfe sigue cerrando servicios en el ferrocarril convencional en perjuicio cada vez más de la España vaciada. “La movilidad es un tema trascendental y un ejemplo clarísimo de que todavía no se ha asumido de verdad que hay que hacer políticas distintas”.
Lo mismo pasa, por ejemplo, en materia de telecomunicaciones. “Si queremos romper la brecha real tenemos que empezar por la que va retrasada. Si empezamos a implantar el 5G con el mismo criterio territorial que el 3G y el 4G, primero grandes ciudades y luego al final y a base de empujar el mundo rural, no va a ser posible”. Lo que hay que hacer, propone el portavoz de Teruel Existe, es “empezar al revés, sobre todo ahora que hay una demanda de verdad, inusitada, de trabajar desde el mundo rural. Si conseguimos dar servicios equivalentes habrá muchísimos españoles que opten por vivir en el mundo rural porque tiene ventajas objetivas. Pero era conseguirlo hemos de cambiar esos patrones”.
Y pone otro ejemplo: la desconcentración de la administración —desde ministerios a empresas públicas— en Madrid. Algo que, asegura, el presidente Pedro Sánchez ha asumido de palabra, pero que todavía no se ha llevado a la práctica.
Lo que no va a haber en 2023 es una estrategia electoral común por parte de las organizaciones que forman parte de la Coordinadora de la España Vaciada. Cada plataforma tiene que decidir si, en su caso, las cosas están lo suficientemente maduras como para intentar repetir el éxito de Teruel Existe. ¿Y cuáles son los candidatos ideales? Los territorios en los que ahora mismo más ha prendido el sentimiento de agravio.
“Hay varias provincias que se sienten muy agraviadas. Jaén es ahora una de las que se sienten más olvidadas. Castilla y León tiene muchas provincias que se sienten abandonadas desde hace muchísimos años, como Zamora, León, Palencia o Burgos”, apunta Antonio Saz. Y todas miran el ejemplo de Teruel Existe. “Eso quizá anime más para que alguno pueda dar ese paso, porque somos conscientes de que las cosas se pueden ir cambiando. Probablemente varias plataformas se estén planteando que si Teruel Existe lo ha hecho y encima esta cambiando alguna cosita, pues qué menos que arriesgar”.
“Teruel Existe es sólo un ejemplo de los muchos terueles existe que hay en España”, argumenta Guitarte, que también cree que si otras plataformas dan el paso lo harán “donde se sienten más las carencias. Soria siempre ha ido un poco a la par. En Jaén también. Zamora, Burgos, León. Hay muchos sitios. Y está creciendo la convicción de que o somos nosotros los que ponemos el trabajo para salir del problema o no van a venir nadie a solucionárnoslo”. Muchos territorios están asumiendo que el Estado no es el ente benefactor que distribuye equitativamente, “No es así. En el fondo esto es una lucha de influencias y de intereses. Esa desazón es la que está haciendo a muchos territorios pensar que tienen que tomar la palabra”.
Un cambio de décadas
Sabiendo, eso sí, que “salir de ahí”, de la despoblación y de la involución económica, “no va a ser cosa de una legislatura ni de dos. Va a ser de varias décadas. Lo que queremos ver es con certeza una apuesta real y decidida por empezar a plantear las soluciones. Por encima de veleidades partidistas. Un proyecto de país en el que estemos de acuerdo Gobierno y oposición” a la altura, por ejemplo, de lo que hizo Alemania durante la reunificación. Entonces el Gobierno alemán puso en marcha un pacto de solidaridad que durante 30 años invirtió un presupuesto fijo para equilibrar la situación del Este con el Oeste. “No inventamos nada. Hay un camino que es posible recorrer”, señala Guitarte.
La presencia de Teruel Existe en el Congreso lo que ha hecho en poner el problema de la España vaciada en la conciencia de la clase política y de la sociedad española, sostiene su portavoz. Una agrupación de electorales, la traslación directa de un movimiento ciudadano a una campaña electoral que acaba siendo la fuerza política más votada en su provincia, por encima de los partidos tradicionales, recuerda. “El hecho de que llegue, y también de cómo llega, contribuye a que el problema se ponga en primera línea del debate político”, pero ahora falta lo más difícil: traducir ese consenso en medidas que de verdad cambien las cosas.
La fe en que otras plataformas de la España vaciada consigan dar el salto al Congreso no la tiene todo el mundo. Sergio Andrés Cabello, doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad del País Vasco y autor del libro La España en la que nunca pasa nada. Periferias, territorios intermedios y ciudades medias y pequeñas (Akal, 2021), lo ve “complicado”.
“Cuando ocurren estos escenarios es porque son plausibles para la ciudadanía”, asegura. “Después de la movilización y la organización, el paso siguiente es dar el salto a la política: el discurso del agravio se puede comprar” en las urnas. Pero “es difícil”. Especialmente en las provincias uniprovinciales, donde Andrés Cabello observa que es más fácil que echen raíces reclamos políticos regionalistas. Ese es, precisamente, el caso en Navarra (UPN), Cantabria (PRC) o Asturias (Foro). En cambio, reflexiona, Teruel Existe “es periferia de la periferia, porque se reivindica también frente a Zaragoza. Como Segovia frente a Valladolid”.
Lo más difícil es prever el efecto que una hipotética multiplicación de plataformas de la España vaciada pueda tener sobre la cosecha de diputados de los partidos tradicionales. “Hay un conservadurismo sociológico que viene del pasado”, explica el autor de La España en la que nunca pasa nada. Y son territorios predecibles: “las corrientes de voto suelen estar más estructuradas”.
Andrés Cabello observa en los grupos de la España vaciada“componentes progresistas. Yo los veo más cercanos a valores de la izquierda”
Pero, en su opinión, los grupos de la España vaciada obedecen a corrientes caracterizadas por “componentes más progresistas. Yo los veo más cercanos a valores de la izquierda, muy basados en conceptos de participación ciudadana”. Aunque eso no significa que su éxito vaya a perjudicar más a unos que a otros: va a depender “del contexto” y, sobre todo, de cómo se adapten a la situación los partidos tradicionales. Hay que tener en cuenta que cuando estas plataformas dan el salto “es porque ya no se fían de los partidos mayoritarios”.
Donde sí ve un riesgo es en que las reivindicaciones de estos territorios acaben siendo capitalizadas a través de la extrema derecha. Aunque él mismo admite que hoy por hoy es improbable que Vox pueda hacerlo, porque es un partido “hipercentralista. Y España es un país muy descentralizado. La ventaja de España”, frente a lo que puede estar pasando en Francia y en otros países de nuestro entorno, “es que ciertos discursos de Vox espantan a los electores”.
Es algo que, según Sergio Andrés Cabello, tampoco supo ver la nueva política. “Ciudadanos era centralista y Podemos son supone leer la diversidad de España” más allá de los territorios con identidad más marcada. Y “eso les ha penalizado en las urnas”.
Los expertos consultados por infoLibre coinciden en que es demasiado pronto para saber si la España vaciada será capaz, más allá de Teruel Existe, de articular propuestas con posibilidades de éxito en las elecciones de 2023.
Con todo, Verónica Fumanal, especialista en comunicación política, sí cree posible una multiplicación del fenómeno de Teruel Existe. “Muestra la preocupación de lo próximo, el ‘qué hay de lo mío’ de toda la vida”. En su opinión, un ciudadano que viva en Calamocha (Teruel) no tiene los mismos problemas que los que viven en Chamberí, en plena capital. “Y es cierto que la política española peca mucho de madrileñocentrismo. De que lo que pasa en Madrid es importante y lo que pasa en el resto de España no”. Así que no le extrañaría que si las plataformas dan el paso tengan éxito y que acaben restando apoyos en sus demarcaciones tanto a izquierda como a derecha, porque sus reivindicaciones son “transversales”.
El problema de los umbrales
En cambio, Lluis Orriols, profesor titular y vicedecano del grado de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid lo ve “muy difícil”. La España vaciada, advierte, “también tiene un problema de umbrales elevados en las elecciones generales. No es que con un seis o siete por ciento puedan conseguir un escaño. Necesitan un triunfo incontestable y rotundo, y esto dificulta el éxito de estas expresiones”.
El profesor der Sociología Aplicada de la Complutense Antón R. Castromil cree que todo depende “de la arena electoral y de cómo se politice” la oferta de cada plataforma. “En Teruel se ha politizado muy bien, se ha construido un agravio en torno a la España vaciada y se ha canalizado a través de un partido político diferente”. Pero “en Galicia”, por ejemplo, “ese componente lo canaliza el PP”, igual que “los partidos independentistas conservadores lo hacen en la Cataluña profunda”.
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El abandono de las áreas rurales puede ser recogido a través de nuevos partidos, pero también puede ser asumido por los partidos tradicionales. “Depende un poco de la estructura de oportunidades que se abra en las comunidades. A veces existe un vacío que es ocupado por un nuevo partido, algo que es complicado y otras veces son los partidos tradicionales. Pasa también con las políticas verdes. Hay partidos específicamente verdes y en otros lugares suelen ser los partidos de la izquierda los que recogen esas demandas y las hacen suyas. Depende un poco del lugar”.
Paloma Román Marugán, profesora de Ciencia Política también en la Complutense, no ve a estas alturas que sea viable “un contagio” del fenómeno Teruel Existe a otras provincias. “La España vaciada cada vez tiene un eco mayor, pero es un eco más social que político”. La pandemia y la crisis, apunta, tampoco ayuda a situar el problema en la cabecera de los periódicos. “Vivimos en una montaña rusa”.
El presidente de GAD3, Narciso Michavila, cree que “a mitad de legislatura es muy difícil” prever lo que puede pasar. En Castilla y León “hemos tenido que medir [en una encuesta reciente] un partido que se llama Por Ávila y es muy difícil medir su apoyo”. Lo ocurrido con Teruel Existe puede repetirse en otros sitios “pero sinceramente no lo sé”, admite.