¿Los españoles tenemos un gen antibelicista? Esto es lo que dicen los estudios de opinión

El portaaeronaves Juan Carlos I ha afrontado esta semana la última etapa de su primer despliegue del año capitaneando el grupo de combate expedicionario Dédalo 25, tras mostrar a la OTAN su poder de guerra aeronaval en el Mediterráneo.

Francisco Sande

En los últimos días diversas de encuestadoras han publicado sus cifras sobre la posición de los españoles hacia un aumento del gasto en defensa y otras cuestiones cercanas. Los resultados difieren de unas a otras aunque en términos generales apuntan en dos direcciones:

  1. Crece el apoyo a un incremento del gasto militar.
  2. Hay división, especialmente entre votantes de izquierdas. 

Son dos presupuestos que podemos dar por válidos pero que no responden a la pregunta básica que da título a este artículo: ¿Es España un país belicista?

Cambian las prioridades

Ha llovido desde la contestación que hubo a la entrada en la OTAN (allá por 1986) o la oposición frontal a la guerra de Irak en el 2003. Ambos momentos fueron tratados en un artículo publicado estos días. 

Las prioridades han cambiado. Según el propio CIS de marzo las guerras importan a menos de un 1% de la población (recordemos que eran el tercer problema del país en el CIS previo a la invasión de Irak) mientras la vivienda (28%), la economía (20%), el paro (20%) o la inmigración (19%) copan los primeros lugares en número de menciones. Y no hay diferencias significativas por posicionamiento ideológico o partido votado. Tampoco por edad o género. 

Dicho de otro modo, las guerras no están entre nuestras principales preocupaciones, al menos de momento, en un contexto en que priman otros factores y la desafección con la clase política sigue escalando posiciones como bien hace referencia Antonio Ruiz Valdivia en un artículo reciente en este mismo medio.

España es el país menos belicista de la UE 

Si miramos los datos del Eurobarómetro de otoño (del 10 de octubre al 5 de noviembre), los resultados son concluyentes:

  • Ante la pregunta de “en qué áreas debería Europa tomar medidas en los próximos 5 años” los españoles nos situamos como los europeos que menos priorizamos la seguridad y la defensa: un 12%, cuatro veces menos que los finlandeses, holandeses, lituanos, polacos o alemanes y casi tres veces menos que otro país latino como Italia (32%). Europa en su conjunto arroja un 33% de menciones, lo que sitúa este factor como el primero en el ranking de importancia.
  • Del mismo modo, a la hora de marcar prioridades presupuestarias el fortalecimiento de la defensa y la seguridad europea solo es apoyado por un 14% de los españoles, la cifra menor de los 27 países que forman la UE, y muy por debajo de otras cuestiones como el empleo, la educación o la investigación.
  • Por último, los españoles nos situamos 9 puntos por debajo del promedio de los países europeos en el apoyo a una mayor inversión en defensa. A penas un 55 % piensa que se debería gastar más dinero en defensa en la UE frente a un 64% entre el conjunto de países de la UE. 

Europeístas pero no belicistas

Pero...¿qué significa la Unión Europea para los españoles? Si nos basamos el estudio de opiniones y actitudes ante la Unión Europea de abril de 2024 la conclusión es que los españoles vemos a la UE como una organización para blindar y aumentar los derechos individuales, la calidad y las condiciones de vida pero estamos menos interesados en cuestiones como la defensa.  

Observando el ranking de los temas más importantes para el futuro de la UE la defensa y la seguridad ocupan el último lugar con un pobre 6% de menciones muy por detrás de la economía (33%), la democracia (16%) o el estado del bienestar (17%).

La izquierda está dividida 

Los datos son claros. Mientras la derecha da un apoyo mayoritario a un rearme, la izquierda se encuentra dividida respecto a la necesidad de aumentar el gasto en defensa.

  • Entre los votantes del PSOE hay un nivel de oposición que oscila entre el 30% y el 35% a aumentar el gasto en defensa. En efecto, aunque el apoyo a un mayor gasto militar ha subido arrastrado por los últimos acontecimientos, las cifras son las que son. La última encuesta de DYM (campo entre el 12 y el 16 de marzo) habla de un 36% de oposición a un mayor gasto en defensa (frente a un 55% de apoyo) entre los votantes socialistas.
  • Los votantes de Sumar y Podemos son más críticos. Según la citada encuesta el 48% estaría a favor de un aumento del gasto militar frente a un 41% que estaría en contra. Otras fuentes apuntan a un rechazo mayoritario en estas formaciones.

Las nuevas generaciones menos interesadas por la inversión en defensa

Los jóvenes (los españoles y los europeos) son los menos interesados en una mayor inversión en defensa:

  • En Europa solo 25% de los jóvenes (18-24 años) considera prioritario tomar medidas en materia de seguridad y defensa. En los mayores de 55 años este resultado crece hasta 37%.
  • En España, dentro de una notable unanimidad, encontramos entre los jóvenes la mayor oposición a la creación de un ejército común europeo. En el último barómetro un 30% en la franja de los 18 a los 24 años se opone a la creación de “un ejército común perteneciente a la unión europea”. En la franja de los 55 a los 74 años la oposición se reduce a un 18%.

En conclusión: España no es belicista

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Volviendo al punto de partida tendremos que concluir que España no es belicista si no que es rehén de su historia, marcada por su papel en las dos grandes guerras, por su posición geoestratégica, y por su carácter templado, al margen de una creciente polarización. 

Hay que recordar el peso del voto a los partidos de ultraderecha en España que es alto (entorno a un 14%-15%) pero sensiblemente menor que la de otros países como Francia, Italia o Alemania. 

El gobierno está ante una encrucijada no solo en clave parlamentaria, sino de cara a la opinión pública. Y eso que hasta ahora solo estamos hablando de economía, de partidas, de quién paga la factura. Veremos cuando suenen más fuerte los tambores de guerra.

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