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23J | Elecciones generales

Feijóo prepara el escenario para provocar una nueva crisis en el PSOE exigiendo su abstención

Alberto Núñez Feijóo conversa con Juanma Moreno en un acto en Sevilla.

Obligar a que un PSOE en plena crisis, previsiblemente sin Pedro Sánchez a la cabeza, facilite con su abstención la investidura de Alberto Núñez Feijóo. Ese es el plan B en el que trabajan los estrategas de la calle Génova para después del 23J. Tanto si los diputados del PP y de Vox suman mayoría absoluta, como predicen algunas encuestas, como si los votos de la extrema derecha no son suficientes para llevar a Feijóo a la Moncloa.

Para hacerlo realidad, el PP cuenta con el apoyo de la derecha mediática. Y, llegado el caso, espera atraer a esa posición a otros medios más centrados, especialmente si la distribución de escaños en el Congreso de los Diputados a partir del 23 de julio deriva en un nuevo bloqueo institucional porque ni la derecha ni la izquierda sean capaces de plantear una investidura viable. Es una segunda edición de lo que pasó en 2016, cuando la vieja guardia socialista forzó la caída de Sánchez para dar el Gobierno a Mariano Rajoy.

El plan, naturalmente, parte de la convicción de que la candidatura más votada en las elecciones generales será la del PP. Por eso, porque están seguros de que eso es lo único posible, su líder repite, siempre que tiene oportunidad, su compromiso de dejar gobernar al PSOE de Pedro Sánchez si los socialistas tienen más escaños en el Congreso. Algo que el PP no ha hecho ni en Extremadura ni en Canarias, donde ha preferido pactar con Vox y con Coalición Canaria en vez de permitir gobernar a los socialistas.

Agitar a los barones

“Sánchez es el primer presidente que aspira a serlo perdiendo y debe ser el último. En lo que de mí dependa, así será: si gano las elecciones, llamaré al líder del PSOE, sea quien sea, para que me deje gobernar. Y si no lo hace, llamaré a todos y cada uno de sus barones para que le convenzan”, declaró Feijóo hace unos días en el acto de presentación del programa electoral de su partido.

De momento, dentro del PSOE sólo apoya la idea el expresidente Felipe González, al que Feijóo ha convertido en la antítesis de lo que él llama “sanchismo”. En un artículo publicado por la Nueva Revista de la Universidad de la Rioja por Internet (UNIR), González defendió esta semana “soluciones en las que la lista más votada sea aceptable cuando no haya otra opción. ¿Qué pedimos a cambio de permitir gobernar? No pedir nada. Si no pides nada, tendrán que llegar a acuerdos en cada proyecto de ley y en el presupuesto”.

Feijóo insinúa a menudo que hay barones socialistas, en alusión directa al más crítico de todos ellos, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, dispuestos a respaldar una abstención del PSOE para facilitar la investidura del candidato del PP. Hay dirigentes socialistas con “experiencia” y “responsabilidad” de gobierno que “entienden” que si el PP tiene un resultado “muy claro” y “contundente” en las urnas “lo lógico sería dejarle gobernar”, ha dicho Feijóo en más de una ocasión, aunque Page ha negado de inmediato que esté en esa disposición. 

“Indecencia”

Entre ellos no está, desde luego, el presidente de la Junta de Extremadura en funciones y líder del PSOE en esta comunidad, Guillermo Fernández Vara, que no ha dudado en tachar de “indecencia” que Feijóo amenace con presionar a los barones socialistas para que después del 23J obliguen a Sánchez a dejarle gobernar. “Que diga eso quien ha pactado con Vox en Extremadura me parece una indecencia. Lo de la derecha en este país es una broma. Que apelen a la conciencia de los socialistas cuando ellos pactan con la ultraderecha sin respetar la lista más votada, me parece una broma”, denunció.

A la idea, sin embargo, acaba de sumarse el PNV, descontento con la rentabilidad que EH Bildu está obteniendo de la decisión de Sánchez de incluir a la izquierda abertzale entre los partidos con los que llegar a acuerdos para sacar adelante sus iniciativas en el Congreso. El portavoz del PNV en la Cámara Baja, Aitor Esteban, explicó esta semana que la “prioridad” de los dos grandes partidos debería ser “mantener a la ultraderecha” fuera de los gobiernos y animó al PSOE a llegar a acuerdos con el PP y facilitar que gobierne en el caso de que la de Feijóo fuese la lista más votada el próximo 23 de julio y los socialistas no tengan una mayoría alternativa para la investidura.

La razón no es otra, según Esteban, que el PNV ve a Feijóo “absolutamente decidido a incluir a la ultraderecha cueste lo que cueste con tal de alcanzar el poder”. En vez de seguir el ejemplo de la CDU alemana, explicó, el líder del PP ya rompió en 2022 los diques de contención contra Vox en Castilla y León.

“Se trata de hablar y no de ir a bloqueos siempre”, porque “lo que faltaba” sería ir a una repetición electoral. Hay que afrontar el panorama que salga de la urnas “y dar una solución sin normalizar a Vox”. “Cada uno verá lo que hace, pero hay que llegar a acuerdos”, insistió.

Mayoría suficiente

La “mayoría suficiente” con la que Feijóo pretende invocar su supuesto derecho a gobernar en solitario, sin dar a a Vox ministerios, pasa por obtener más escaños que la suma de los del PSOE y Sumar. Es lo que le pronostican algunas encuestas, como las que están publicando El Mundo (Sigma 2) y Abc (GAD3), por no la de El País (40dB). 

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Las cuentas que traslada Génova, sin embargo, tienen trampa. Para tener más escaños que la izquierda hay que tomar en consideración a Esquerra, Bildu y BNG, al menos, a quienes las mismas encuestas otorgan entre 17 y 20 escaños y que votarán siempre contra una investidura del PP. De manera que, al menos de momento, todo hace suponer que Feijóo va a necesitar el voto afirmativo de Vox, no su simple abstención. Algo que hasta él vincula a la entrada de los ultras en su gobierno.

Esa es la razón por la que el PP ya trabaja en trasladar a la opinión pública la idea de que el PSOE se abstenga para facilitar la investidura de Feijóo. Algo que el actual presidente y secretario general del PSOE ya ha descartado recordando que el PP no sólo no hizo lo mismo en las dos convocatorias electorales de 2019 —a pesar de que los socialistas sí dieron la presidencia a Rajoy en 2016— sino que no está respetando la lista más votada en las comunidades y ayuntamientros en las que no fue primera fuerza.

En Génova, no obstante, esperan que si el PSOE sufre el castigo que predicen las urnas, la caída de Sánchez será inevitable. Y en ese escenario es en el que confían en que los socialistas acaben cediendo a su demanda, presionados además por el riesgo de una repetición electoral a la que llegarían sin liderazgo. Y si no lo hacen, razonan en el PP, Feijóo tendrá la excusa perfecta para justificar sus pactos con Vox.

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