El discurso ultra
Feijóo se resiste a condenar sin matices la violencia ultra y mantiene el antisanchismo como eje de su discurso
Otra vez con la boca pequeña y con retraso. En esta ocasión, el Partido Popular (PP) ha tardado 36 horas en emitir una señal de condena a los actos contra Pedro Sánchez que la ultraderecha celebró esta Nochevieja cerca de la sede socialista de la madrileña calle de Ferraz. Allí, unos 300 extremistas colgaron y apalearon a un muñeco que representaba al presidente entre gritos que pedían hacer lo mismo “al de verdad”.
En la convocatoria tuvo especial protagonismo Revuelta, la organización juvenil afín a Vox, el socio indispensable del PP en comunidades autónomas y ayuntamientos. Una circunstancia que llevó al PSOE y a numerosos miembros del Gobierno a exigir a este partido y a su presidente, Alberto Núñez Feijóo, una condena expresa y sin matices de lo ocurrido, así como marcar distancias de una vez con la extrema derecha. Pero no sucedió.
Ningún dirigente destacado se pronunció ni el lunes ni el martes sobre este asunto. Lo más parecido a una condena llegó a media mañana del martes a petición de los periodistas y a través de fuentes del partido en la calle Génova: “No nos gusta lo que pasó esa noche y todo lo que no entre dentro de los límites del respeto cuenta con nuestro rechazo y condena”.
Feijóo, sin agenda pública desde los últimos días de diciembre, calla de momento sobre lo ocurrido. Pero sí tuvo tiempo para publicar una anotación en redes sociales elogiando la victoria del tenista español Rafa Nadal en la primera ronda del torneo de Brisbane (Australia).
Los matices del PP
Como en otras ocasiones, sin embargo, el PP limitó el verdadero alcance de su pronunciamiento con toda clase de matices. “El mismo PSOE que acaba de decir que no le parece mal a nivel penal que se quemen fotos del Rey o la bandera de España se muestra indignado por una piñata con la cara de Pedro Sánchez”, reprocharon las mismas fuentes.
No es la primera vez que el PP actúa así, culpando al PSOE y a Sánchez de los ataques que sufren. Lo hizo el propio Feijóo en diciembre, cuando acabó culpando al presidente del Gobierno de las declaraciones en las que su socio y aliado Santiago Abascal (Vox) pronosticó que el líder socialista acabaría colgado “de los pies”, igual que Benito Mussolini. “Estas palabras van en la misma línea que el presidente Sánchez de construir un muro en España, un muro de las dos Españas”, alegó.
Cuando comenzaron las movilizaciones ultras frente a Ferraz, el pasado noviembre, el líder del PP también tardó en pronunciarse. Y cuando lo hizo, fue excusándose en una declaración contra todo tipo de violencia: “La violencia no tiene cabida en democracia y debe rechazarse siempre. Ya sea por ultras de extrema izquierda o de extrema derecha”, proclamó en un acto del PP en el Congreso.
Culpa de Sánchez
Si los ciudadanos se manifiestan frente a Ferraz, declaró entonces Feijóo, es consecuencia del “malestar social” provocado por Sánchez y sus acuerdos con el independentismo, en particular la decisión de amnistiar los hechos relacionados con la declaración de independencia de octubre de 2017.
Esta vez el argumentario de Génova pasa por relacionar el episodio del muñeco en la noche del domingo con el supuesto respaldo de los socialistas a la proposición de ley que plantea despenalizar las injurias al rey o el enaltecimiento del terrorismo. Es el guion que siguió el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso Rafael Hernando, que no dudó en resucitar una fotografía de hace años en la que un grupo de militantes socialistas simulaba guillotinar a Mariano Rajoy para decir que “los que sonreían en silencio” ante esas acciones ahora se han convertido en “víctimas” de actuaciones similares. Una imagen que en su día ya fue condenada sin matices por el PSOE.
Una de cal y otra de arena fue también la respuesta del presidente de la Xunta y candidato del PP en las elecciones gallegas de febrero, Alfonso Rueda. Aunque no le “gustó” la protesta, en una entrevista en RNE echó en falta “la misma contundencia” en las condenas cuando los afectados son “otros”, como el PP. Y culpó al presidente: “Cuando se oye a Sánchez hablar de levantar muros entre españoles”, “eso es la equivalencia a la crispación, a la división y a todas esas cosas que no deberían pasar” (en realidad el presidente lo que planteó en su investidura es la necesidad de levantar un muro para evitar la llegada de la extrema derecha al Gobierno).
Es lo mismo que dijo el consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel García Martín, al reclamar la misma contundencia a la hora de posicionarse en contra de acciones parecidas contra la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso.
“Nosotros no tenemos ningún problema en decir que estamos en contra de que se utilice la imagen de una persona y de un político con esos fines. Pero, insisto, espero que la misma contundencia se manifieste también cuando se utiliza la imagen de otros líderes políticos como la presidenta Isabel Díaz Ayuso”, objeto también de burla a través de una gran muñeca en diferentes manifestaciones.
Insultos a Almeida
Las fuentes citadas de Génova siguieron la misma senda: “En esa concentración también se insultó de extrema gravedad a cargos del PP. ¿Qué opina el PSOE de los insultos a Almeida por parte de los mismos que golpearon la piñata? ¿Y de la quema de muñecos con la imagen de Feijóo en Galicia? ¿Y de la quema de imágenes del presidente del PP en la Diada? Nuestra postura es la misma en todos los casos. La suya, no”, zanjaron.
Lo cierto es que el PSOE sí ha condenado los ataques y los insultos contra el PP. El último ejemplo con ocasión de la protesta de Nochevieja, en la que los manifestantes también agredieron verbalmente al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Fuentes socialistas recordaron este martes que tras la agresión sufrida por el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP) en el año 2015, Pedro Sánchez, que entonces era líder de la oposición, lo condenó “sin peros”.
Rajoy fue agredido por un joven durante un paseo por Pontevedra durante la campaña electoral previa a las elecciones generales de diciembre de 2015. Ese mismo día, Sánchez daba un mitin en Murcia y comenzó su intervención condenando la agresión y trasladando la solidaridad de todo el PSOE.
En el PP, en cambio, no quieren distanciarse ni un momento de su discurso contra Sánchez, al que consideran responsable de todos los males. Prefieren seguir hablando de él (“el problema de España tiene nombre y apellidos y se llama Pedro Sánchez”, declaró su secretaria general, Cuca Gamarra); del independentismo (recordando “la promesa hecha por Pedro Sánchez de traer a Puigdemont para ser juzgado” hace “1.520 días”); e incluso quejándose de la participación de la futbolista Jenni Hermoso en la despedida del año de TVE y del guion del programa Cachitos, que La 2 emite cada año en la primera madrugada de enero (“la manipulación llega incluso a los programas de entretenimiento de la noche de fin de año TVE”, acusó su portavoz parlamentario, Miguel Tellado).
Esta vez la tibieza del PP, sin embargo, ha acabado por causar indignación en las filas del PSOE y en el Gobierno. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, dejó claro que las palabras del PP no se ajustan a la condena que demandan: “El PP ha ligado su suerte a la de la extrema derecha y ya es incapaz de condenar actos repulsivos como los que se vivieron en Ferraz”, proclamó.
El portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, urgió a atajar “de raíz” las críticas que conducen a “comportamientos violentos”. López calificó la protesta de Nochevieja de “acto de violencia cargado de odio” que responde a la “hipérbole permanente del discurso” de la derecha española.
El PSOE sigue esperando que el PP se deje de “peros” y muestre de manera muy “contundente” su “rechazo” a la violencia física de los manifestantes en Ferraz. “No nos valen los peros, porque los peros son justificativos de las acciones”, remarcó.
“El PP tiene que entender de una vez por todas que tiene que ser tajante. Porque estos ataques, si los hacen este tipo de fascistas, no son ataques contra Pedro Sánchez sino contra los socialistas. Al final son ataques contra la propia democracia, contra el propio sistema. Lo que se dice en las tribunas no es gratis, porque siempre habrá gente que lo utilice como justificante de sus acciones”.
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En el PSOE pusieron este martes el foco en declaraciones como las que realizó en octubre la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso: “La calle tiene que demostrar a Sánchez que esto [la amnistía] no le va a salir gratis”. O cuando su equipo aseguró que llamar “hijo de puta” a Sánchez es “lo mínimo que se merece” el presidente.
Los servicios jurídicos del partido, adelantó López, están estudiando “todas las vías legales” frente a la concentración en Ferraz de Nochevieja, ya que para el PSOE está “dentro de lo que es el delito de odio”. “Queremos que los culpables de esto comparezcan ante la justicia y si es un delito que paguen. Queremos cortar estas acciones”.
El portavoz del PSOE en el Congreso pidió además aprovechar el debate que va a tener lugar sobre la despenalización de las injurias a la Corona o del enaltecimiento del terrorismo —un aspecto que los socialistas no apoyan— para abrir un debate sobre “los límites de la libertad de expresión”.